OPINIÓN

Un pájaro en el ojo

Un pájaro en el ojo es un libro en el que nos encontraremos distintos cuentos cortos que nos hacen reconsiderar el misticismo casi tribal de la naturaleza y el cuerpo | Miguel Ángel Martínez Monter

Twitter: @MtzmonterPsic
Opinión | Miguel Ángel Martínez, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @MtzmonterPsicCréditos: Twitter: @MtzmonterPsic
Escrito en HIDALGO el

Un pájaro en el ojo es el libro que Xóchitl Olivera Lagunes publicó con el sello Casa Futura, editorial hidalguense que se caracteriza por publicar obras de ciencia ficción, fantasía y terror.

En este libro nos encontraremos distintos cuentos cortos que nos hacen reconsiderar el misticismo casi tribal de la naturaleza y el cuerpo. Abre ante nosotros posibilidades por igual fantásticas y desconocidas, y, por eso mismo, que pueden erizarnos la piel o dar sensaciones de calidez, ambas, sin quitar extrañeza en el lector.

Los cuentos exploran, desde mi perspectiva, lo mítico que oscilan a través de cierta relación con la naturaleza, en específico con los animales, y la corporeidad. Estos elementos los encontraremos, fuera de la obra de Xóchitl, en todas las tradiciones humanas. Se podría decir que, si bien la literatura es una evolución natural de los cuentos tribales e historias contadas alrededor de la hoguera, Un pájaro en el ojo es una obra que nos da esa misma sensación a través de sus historias, pero planteadas en una realidad contemporánea.

El texto que abre el libro es “Hormigas bajo la piel” historia que cuenta la reflexión de una persona que siente el andar de una pequeña hormiga por dentro de la piel. Este cuento inicia fuerte, desde un primer momento nos muestra el constante reflejo al que llegaremos: al cuerpo. Eso implica la sensación de identidad, pero ésta se comienza a desmoronar (para el lector, no necesariamente en la obra) porque rompe con el principio de un agente extraño en un lugar en donde se supone, en primer lugar, no debería estar; y por otro lado, por que el personaje no actúa con el terror, preocupación o consideraciones que para nosotros serían las primeras reacciones, sino que permite continuar la situación. Y entonces, el texto se cubre de un velo etéreo de ensoñación, ideal para este tipo de textos que, definitivamente, tiene una relación que naturalmente podríamos considerar psicodinámica, principalmente desde Jung.

El cuento anterior es un claro ejemplo de lo que nos encontraremos a lo largo del libro, cada uno con una relación distinta entre el cuerpo y lo vivo externo que, si bien pueden ser animales, el tema se desdobla hasta la vegetación y, ya en un estado permisivo de seminconsciencia al cual nos invita el libro, llegamos hasta la convivencia con seres fantásticos: concatenación mística de lo humano con lo animal.

Todos los mitos tienen como finalidad dar explicación al mundo desde sus distintas aristas y perspectivas culturales. En este sentido Un pájaro en el ojo logra lo propio al cuestionarnos cuestiones de nuestro tiempo. La autora nos muestra preocupaciones casi universales, pero también actuales: temor a lo externo, a lo interno que no debería estar presente, el dolor en sí mismo, la cura, el cuidado y, en el último cuento: la desaparición.

A lo largo del libro algunos personajes salen adelante, otros no. Cada cuento es único e independiente, no sé si serán atemporales, aunque sí son proyecciones de un mundo actual, con sus problemas y preocupaciones. La identidad, la posibilidad, el cuidado mutuo, la sororidad y el temor a la desaparición son temas que el libro explora y que, desde la pluma de la autora y el gran manejo de la palabra, nos permite acompañarla en esta exploración que, definitivamente, creo que valdría la pena que vivamos al leer este título.

Opinión | Miguel Ángel Martínez, columnista LSR Hidalgo. Twitter: @MtzmonterPsic