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Esta es la tiendita del centro histórico de Pachuca con casi medio siglo de historia

La miscelánea Cecy abrió en 1977 en el número 303 de la calle Arista, el negocio es administrado desde hace más de 40 años por mujeres

Alejandra mantiene su miscelánea desde los años 70.Créditos: Lorena Rosas
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.– Por la miscelánea Cecy han pasado novias, mariachis, norteños, niños que se hicieron hombres y luego se fueron, señoras que ya no están. Durante 40 años el pequeño local ha sobrevivido cambios de hábitos de los pachuqueños, devaluaciones y hasta la pandemia de covid-19, esta última dejó grandes estragos en las ventas que no se han podido levantar por la inflación.

Alejandra González Blanco es la propietaria de la miscelánea Cecy, tiene 81 años de edad y su tienda de abarrotes se llama así en honor a su hija Martha Cecilia Verde. El localito está el número 303 de la calle Arista, en el barrio La Surtidora.

La señora Alejandra heredó el local de Juana, su mamá, en 1977 ella tuvo la visión de convertir el establecimiento en miscelánea, hoy este espacio forma parte de la historia familiar y están involucradas en las ventas su hija Martha y su nieta Sandra.

Foto: Lorena Rosas

Las ventas ya no se comparan a lo que comercializaban en los años 70, pero las dueñas mantienen vigente su negocio, sienten cariño por el lugar en el que pasaron años de su vida y a las historias del inmueble, situado a un costado del Exconvento de San Francisco.

“Hasta las novias han desfilado por aquí, antes de casarse venían, estacionaban sus carros, al ver la tienda a veces se les antojaba un dulcecito. Otros venían a comprar el arroz que les aventaban a al salir de la iglesia”.

Aunque el inmueble con techo de bovedilla tiene 46 años de ser tienda, en realidad fue adquirido hace 80 años por Juana Blanco Gámez, quien recibió una indemnización cuando su esposo minero murió electrocutado durante su trabajo.

“Mi mamá Juana compró hace 80 años esta casa al coronel Cravioto y después empezó a rentar el local, después ella lo tomó como tortillería y luego seguí yo en 1977”, dijo Alejandra.

Más de 40 años atendiendo su tiendita | Foto: Lorena Rosas

La adulta mayor recuerda que la calle donde se sitúa su negocio era antes de las avenidas más transitadas de Pachuca debido a las vecindades que estaban instaladas alrededor.

Las infancias y pobladores de esos complejos habitacionales eran los principales clientes, al igual que los soldados de la 18 Zona Militar que en esos años se ubicaba en esta parte de la ciudad, antes de que se mudaran a la colonia El Tezontle, al sur de Pachuca.

“Los niños venían a cada ratito a comprar sus dulces, los chicles motita, las calambrinas, estaba lleno de caramelos aquí, la calle era muy circulada, a pesar de que la miscelánea tiene una puerta muy pequeña, la conocía muchísima gente (…) pasaban a comprar refrescos y cerveza, esto ayudó muchísimo a que saliéramos adelante”, recordó Martha, la hija de Alejandra.

Tienda de abarrotes Cecy | Foto: Lorena Rosas

Cuando había un evento en la explanada de Plaza Juárez, el Reloj Monumental o sus alrededores, Arista era paso de los habitantes de los barrios altos, así se convirtió en una de las más conocidas de la vialidad, además tenía un plus: por las noches vendían chalupas.

Sobre Allende además de la miscelánea Cecy hay otras igual de antiguas, pero pertenecen a Jardín Colón y otra más que atendía una adulta mayor que fue cerrada tras asaltos y por el fallecimiento de la dueña.

El cariño por el negocio familiar

Con el tiempo los vecinos que eran los principales compradores dejaron de vivir en la calle de Allende y sus alrededores que se llenó de negocios de otros giros comerciales, también surgió la competencia de tiendas departamentales y de conveniencia, así comenzaron a decaer las ventas.

Estantería | Foto: Lorena Rosas

“Los niños crecieron, los jóvenes se fueron, hay personas que vienen, pero a veces o los reconocemos hasta que nos dicen, desafortunadamente tiene tanto tiempo que se fueron de aquí que la memoria no nos alcanza para poderlos recodar, pero nos da mucho gusto que se sigan acordando.

El cariño por el negocio familiar es lo que mantiene con la puerta abierta a la tienda porque después de la pandemia las ventas en la miscelánea de Martha Cecilia y su mamá Alejandra no volvieron a ser las mismas, las ganancias de 500 a mil pesos diarios se redujeron a 70 pesos que actualmente obtienen en un día.

Dulces | Foto: Lorena Rosas

La ganancia es poca y la inversión sale de la bolsa de Martha Cecilia, quien tiene un trabajo formal, independientemente de la tienda. Al mes, invierte de mil a mil 500 pesos para comprar el producto faltante. Las dueñas dejaron de comprarle a sus proveedores y ahora se surten en el supermercado de productos no perecederos que tardan hasta seis meses en revender.

“Le invertimos con las ganancias de mi trabajo, mantengo la tienda porque ya tiene una gran historia y por salud de mi madre, a ella le gusta estar aquí, también por recomendaciones médicas porque nos dijeron que a ella le ayuda estar activa”, mencionó Martha.

Chicles | Foto: La Silla Rota Hidalgo

Martha y su mamá Alejandra dijeron que, a pesar de las dificultades, seguirán resistiendo junto con el negocio que vieron nacer hace más de cuatro décadas.

“Para mí la tienda ha representado mucho amor, porque me ayudó, de aquí les di lo que pude a mis hijos, voy a continuar mientras que Dios me dé salud”, dijo Alejandra, mientras que Martha agregó: “Esta tienda si platicara yo creo que diría todo lo que hemos pasado, es un amor tremendo el que le tenemos, me cuesta dimensionar cuanto dejaré la tienda porque estamos acostumbradas al trabajo, le tenemos tanto amor, cariño y aprecio que es parte de nuestra vida”.

sjl