PACHUCA.– Meses previos al 2 de febrero, la familia de Nelly comienza a confeccionar ropa miniatura para Niño Dios, una actividad económica que desde hace 50 años comenzó su bisabuela en la ciudad de Pachuca.
Durante cinco décadas, la familia de Nelly Yazmín Camarillo Vargas sigue la tradición de vender ropones a los feligreses que asisten a las iglesias el Día de la Candelaria, ni siquiera la temporada de pandemia detuvo el comercio familiar, como la gran mayoría de los negocios, se promocionaron por redes sociales.
Este año la venta es de forma presencial en los portales que circundan la Plaza Constitución del centro histórico y entre los puestos, las lonas, los anuncios, los devotos y comerciantes, está Nelly en compañía de su tío y su prima.
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Su puesto está anclado con barras metálicas que sostienen una lona gruesa de color amarillo, al centro hay una pequeña mesa y a los costados unas rejas blancas donde exhiben la ropa que diseña, corta y cose su abuela en compañía de sus hijos, mientras que Nancy vende el producto.
“Es un negocio familiar, es pura familia la que nos dedicamos a hacer la vestidura del Niño Dios, viene de generaciones. Mi abuelita y mis tíos son los que se dedican a confeccionar, meses antes se preparan, van cortando, cosiendo, viendo qué es lo que hace falta para que esta temporada no nos agarren las prisas”.
Lo que más piden los feligreses es un ropón de color blanco que es el tradicional e incluye calcetas, zapatos de estambre y tejidos a mano, lo mismo pasa con la vestimenta del ‘Sagrado Corazón’, que es dorado. Los costos van desde los 120 a los 300 pesos.
La familia también confecciona ropa para El Niño de la Abundancia, que lleva accesorios como pescados, uvas y monedas; mientras que los modelos de ángel se entregan con arpa, espada y alas.
Aunque Nelly cuenta que sí le piden ropa para El Niño de Misericordia cambia el diseño a cuatro listones bordados en el vestido; hay otros como el de San Judas Tadeo, que porta una medalla con capa verde en el pecho, bastón y huaraches.
“También nos dedicamos a la reparación de Niño Dios. Eso se hace en casa de un tío. Se entrega la nota, en dos o tres días te entrego a tu bebé restaurado”.
Las personas interesadas en comprar o conocer el trabajo de Nelly, su abuela y los demás integrantes de la familia, pueden buscarla en frente al puesto de periódicos que se sitúa en la calle de Patoni.
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