PACHUCA.- El sábado 23 de julio se tenía programada la asistencia de 90 personas al Ajolotario Miquiztli Pachuca, 10 usuarios cada hora de 9:00 a 14:00; sin embargo, la mayoría canceló su visita días antes o de último momento, mientras que otros simplemente no se presentaron.
El 5 de este mes, Néstor Luis García Ángeles, responsable técnico del criadero de ajolotes, dio a conocer en redes sociales que el 9 sería la última vez que abrirían el lugar al público, ya que las visitas eran bajas o nulas y los gastos eran altos.
Durante esa semana puso a la venta ajolotes, peceras, hábitat, souvenirs, entre otras cosas para solventar algunos gastos, pero ante el anuncio del cierre, personas comenzaron a contactarlo a través de redes sociales para pedirle que no cerrara y agendar una visita.
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Ante la alta demanda, activó una plataforma para agilizar el registro de visitantes y horario, únicamente para los sábados, pero éste se saturó y bloqueó, por lo que regresó a las reservaciones por Whatsapp y logró una agenda llena para agosto.
“El sábado pasado se llevó a cabo la primera visita con apoyo de las redes sociales, pero no hubo repunte, sí hubo visitas, pues en comparación con ocasiones anteriores que no había visitas, esta vez hubo más. Se agendaron algunos horarios, y aunque se llenaron los espacios, nadie se presentó, quienes ingresaron fueron quienes no agendaron, pero llegaron a partir de las 2 de la tarde”, expresó.
Sin embargo, Néstor García aún confía que este fin de semana (30 de julio) y los subsecuentes, arriben al espacio las personas que agendaron su visita y así lograr mayor asistencia al ajolotario, pues de lo contrario podría volver a tomar la decisión de no abrir al público en general.
Así nació el ajolotario
Néstor recordó que el ajolotario lleva siete años; sin embargo, en 2021 apostó por abrirlo en periodos vacacionales, pero no tuvo la respuesta esperada.
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En abril de 2022, durante el periodo de Semana Santa, optó por abrir el espacio todos los sábados en un horario de 9:00 a 14:00 horas con grupos de 10 personas por hora, pero hubo poca afluencia, después, pensó en buscar un espacio más grande para tener a los 2 mil ejemplares o acomodarlos en otros lugares, “porque sí son varios y se lleva algo de dinero para la alimentación”.
El criadero inició con 500 ajolotes, pero tuvo una reproducción amplia y ahora alcanza 2 mil, lo que elevó los gastos en alimentación, agua, luz, insumos y adecuación de nuevos estanques.
“El proyecto nació con la finalidad de apoyar en la conservación de la especie y concientizar sobre la preservación de este anfibio y los ecosistemas donde se encuentran. En México hay 17 especies y están en diversos espacios. Estos no deben estar en criaderos, son nativos de Xochimilco, pero las condiciones de agua no les permite estar ahí”, señaló.
El ajolotario sigue en riesgo de cerrar
Las fechas que tiene agendadas para visitantes al ajolotario deberán cumplirse las próximas semanas, de lo contrario podría tomar de nuevo la decisión de cerrar; sin embargo, se seguirá promoviendo el lugar en diversas actividades culturales y de emprendedores para que más personas acudan al lugar.
García Ángeles invierte 12 mil pesos al mes para mantener el criadero, entre alimento y pago de servicios básicos como agua y luz.
El alimento, a base de lombrices acuáticas llamadas Tubifex, lo adquiere cada semana en la Ciudad de México, lo que implica un gasto de mil 400 pesos semanal por 10 kilos; además de mil pesos entre gasolina y casetas, lo que al mes representa una inversión de 9 mil 600 pesos para mantener el ajolotario.
Además de los 2 mil 500 pesos que debe erogar para el pago de luz y agua, entre otros gastos menores, como mantenimiento de bombas, cambio de mangueras en los filtros, entre otros.
“Además de la alimentación, se requiere una buena sanidad del agua, oxigenación, con bombas y filtros conectados 24/7 para que haya una buena filtración y oxigenación; cada tercer día o semana se cambia el agua de los 13 estanques, ahorita con la escasez que hay, eso implica un costo extra”, precisó.
Hasta el momento no se ha acercado a ninguna institución de gobierno del orden municipal, estatal o federal para pedir apoyo para solventar los gastos o conservar los anfibios, aunque no descarta hacerlo en algún futuro inmediato.
sjl