Pachuca.— El 10 de mayo es una fecha llena de emotividad y gratitud a la labor y amor incondicional de madres, pero detrás del festejo, muchas mujeres viven en silencio procesos emocionales complejos relacionados con la maternidad, como el caso de Alejandra Ramírez, madre primeriza de 24 años, quien además de redescubrirse en el rol de madre enfrenta tristeza postparto, también conocido como “baby blues”.
Sentimientos de profunda tristeza, llanto sin razón, dificultad para dormir y la constante sensación de no ser suficiente para cumplir el rol de madre han marcado el inicio de la maternidad de Alejandra, quien afrontó los últimos meses de embarazo y el parto sin su pareja, quien por motivos de trabajo debió instalarse en Estados Unidos.
“Identifiqué esta situación emocional a partir del cuarto mes de embarazo, mi pareja tuvo la oportunidad de trabajar en los Estados Unidos y desde entonces afronté varios cambios y procesos sin él, que se reflejaron en mi salud. Aunque siempre tuve el apoyo de nuestras familias, aún así, comencé a experimentar una sensación creciente de soledad, incluso con mi bebé”, dijo Alejandra.
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De acuerdo con la psicóloga Denis Ocaña Gómez, casos como el de Alejandra no son aislados, el Día de las Madres puede ser una oportunidad para entablar conversaciones sobre las formas de vivir la maternidad y los retos que se enfrentan en los procesos de crianza.
¿Qué es el baby blues?
Los trastornos, explicó la especialista, son alteraciones en la salud que dificultan vivir día con día, como tristeza profunda, sensación de vacío, cansancio extremo, incluso después de dormir, llanto constante, dificultad para vincularse emocionalmente con los bebés, sensación de no sentir felicidad, impotencia ante lo que “debería ser la maternidad”, ansiedad, irritabilidad, insomnio y pérdida de apetito.
“El término baby blues es una alteración en el estado de ánimo que puede vivirse en un periodo corto o extenderse hasta meses, caracterizado por episodios emocionales más breves que una depresión postparto, pero sí es importante contar con una red de apoyo emocional que escuche, comprenda y no juzgue, desde el silencio, afecto diario y respeto al sentir del otro”.
En el caso de la depresión postparto, precisó, la incidencia se da posterior al parto y cada mujer lo experimenta de forma diferente, algunas madres que la desarrollan incluso meses después del alumbramiento y las posibles causas son cambios hormonales, agotamiento físico y antecedentes de ansiedad o depresión.
Primeros meses postparto
En su experiencia, Alejandra comparte que los primeros meses del postparto pasó por aislamiento al sentirse incapaz de afrontar la maternidad a solas y revivió constantemente pensamientos intrusivos con episodios de llanto sin aparente motivo, que fueron aminorando con el paso del tiempo.
“No es que hayan desaparecido, ha ido aminorando el sentimiento de infelicidad, entendí que también necesitaba atención, porque aún teniendo a mi bebé en brazos no lograba comprender de la felicidad de la que se habla cuando se es mamá. En algún punto llegué a consulta por deshidratación y estrés, y me canalizaron a psicología, pero elegí dar prioridad a otras cosas”.
Atención psicológica
En este sentido, la psicóloga Ocaña Gómez afirma que la renuencia a la atención psicológica está arraigada a la cultura mexicana, en el que se normalizan los padecimientos, además de considerar “lujo” pagar y tomarse el tiempo para acudir a consultas, privilegiando el cuidado de los hijos y del hogar.
“La salud mental es importante, pero es muy recurrente escuchar entre la gente que se elige invertir esos recursos en alimento y otros rubros de la familia, y eso es válido; sin embrago, son patrones que se heredan. Como sociedad debemos empatizar con las madres, escuchar sin criticar y validar las emociones. Este Día de las Madres hay que hacer un espacio para hablar de la salud mental materna, porque ser madre no significa ser perfecta, pedir ayuda es parte de amar y recibir amor”.