MUNICIPIOS

Promueven atención a la salud emocional contra alcoholismo y drogadicción

Con conversatorios sobre salud emocional, en Santiago Tulantepec promueven la rehabilitación de alcoholismo y drogadicción

Las pláticas serán gratuitas.Créditos: Ilustrativa / LSR Hidalgo
Escrito en HIDALGO el

Santiago Tulantepec.— Grupo de Alcohólicos Anónimos (AA) “Aprendiendo a vivir”, de Santiago Tulantepec y Tulancingo celebra su segundo aniversario de fundación con una serie de conversatorios centrados en la salud emocional, dirigidos tanto a sus integrantes como al público en general. 

Integrantes del grupo y ponentes invitados acudieron a las instalaciones, que están ubicadas en la colonia Bosques de Santiago, para compartir experiencias, reflexiones y herramientas para fortalecer el bienestar emocional, uno de los pilares fundamentales en la recuperación del alcoholismo.

“El objetivo de las charlas es brindar un espacio donde podamos hablar sin juicios sobre los retos emocionales que enfrentamos, no sólo al dejar el alcohol, sino en el día a día”, compartió la coordinadora y veterana de AA, quien añadió que también se busca generar conciencia sobre la importancia de atender la salud mental en la comunidad.

Los temas abordados incluyeron el manejo de emociones, la construcción de relaciones sanas, la importancia del perdón y el autoconocimiento, así como el papel que juega la espiritualidad en el proceso de sanación. El programa de actividades es gratuito para miembros, sus familiares y público en general.

“Yo inicié tomando con el pretexto de relajarme con los camaradas los sábados, con el tiempo regresaba a tomar desde el viernes hasta el domingo, de esa manera creció mi alcoholismo y se fueron truncando mis sueños, dejé de aportar económica y emocionalmente a mi familia”, es el testimonio de un integrante, quien comparte que durante diez años vivió sin control de la enfermedad.

Asegura que muchas ocasiones la sociedad califica a los alcohólicos como inadaptados sociales no como enfermos que ya dependen de forma física y psicológica del alcohol, que trae consigo una serie de afectaciones en la salud física, mental y relaciones sociales.

“Nadie se convierte en alcohólico queriendo. Yo llegué a AA porque en Estados Unidos manejé borracho, policías me detuvieron y el juez determinó como sanción que después de ir a la cárcel debía asistir con regularidad al grupo de apoyo cuando tenía 24 años”.

Un veterano del grupo señala que en AA se viven diferentes procesos a través de las historias compartidas. “Llevo varios años sin tomar y sin drogarme, pero para llegar a ese punto en repetidas ocasiones tuve que aceptar y confrontar mi debilidad, en mi caso, mi mayor ancla para continuar en sobriedad fue mi mamá, quien pese a todo el desastre que soy, me apoyó, así como a los compañeros y amigos del grupo, gracias a eso mi vida cambió”.


sjl