Pachuca.— Tras haberse declarado culpable de malversar más de 66 millones de pesos, Manuel Hernández Badillo, expresidente municipal de Tula, salió libre y abandonó las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Pachuca.
El exservidor público accedió a un proceso abreviado, el cual implica que el imputado debe aceptar la responsabilidad, renunciar a un juicio oral y aceptar que el juez de Control emita una sentencia con base en los datos de pruebas que obran en la carpeta de investigación, así como cubrir la reparación de daños.
Manuel Hernández Badillo fue sentenciado a cuatro años de prisión, el cual es susceptible de intercambiar por trabajo comunitario a favor del ayuntamiento de Tula; además deberá pagar una multa de 200 unidades de medida actualización, así como una reparación de daños de 25 millones de pesos.
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La tarde de este martes 29 de enero de 2025, en los juzgados de oralidad se llevó a cabo la audiencia de procedimiento abreviado en contra del exalcalde señalado por el delito de uso indebido de atribuciones y peculado, en dicha audiencia el exfuncionario se comprometió a no repetir la conducta y emitió una disculpa pública.
Poco antes de concluir su mandato como alcalde, Manuel Hernández Badillo fue destituido del cargo, luego de que fue vinculado a proceso por el presunto delito de uso ilícito de facultades y atribuciones, agravado, en agravio de la administración pública.
Fue el 14 de agosto de 2023, el exalcalde fue aprehendido y presentado como imputado y el 19 del mismo mes fue vinculado a proceso por su probable participación en la comisión de un delito, en agravio de la administración pública municipal de Tula. Permaneció en la prisión un año y cuatro meses.
Se le señaló de autorizar en 2021, a nombre del ayuntamiento, la adjudicación directa ilícita de por lo menos tres contratos que en suma representan un gasto superior a los 66 millones de pesos.
Dichos contratos se firmaron con la finalidad de adquirir servicios y equipo médico, paquetes alimentarios, así como servicios de mantenimiento y limpieza de fumigación domiciliaria para evitar la proliferación de la larva mosco culex, así como por el control mecánico del lirio acuático, lo anterior para atender las consecuencias de la inundación ocurrida por el desbordamiento del Río Tula.
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