TÉCNICA JUAN RULFO

“Tomamos clase sobre sillas de fiesta que prestan a la secu de Tula”

Jhoanna cursa el segundo grado en una secundaria afectada por la inundación del 6 de septiembre de 2021

Johana cursa el segundo grado en la Secundaria Técnica Juan Rulfo.Créditos: Especial
Escrito en HIDALGO el

TULA DE ALLENDE.- Jhoanna tiene 12 años de edad y cursa el segundo grado de secundaria en la Técnica 52 Juan Rulfo, ubicada en el centro de Tula, a donde asiste dos semanas al mes porque no hay suficientes bancas para todos los estudiantes.

La escuela está localizada sobre la calle Heroico Colegio Militar, el inmueble fue afectado por el desbordamiento de las aguas negras del río Tula la noche del 6 de septiembre de 2021.

A un año del suceso, la secundaria no tiene bancas suficientes para que los 30 alumnos que conforman el grupo de Jhoanna asistan todos los días a clases.

Al igual que la joven y sus compañeros de clase, en la institución Juan Rulfo hay 900 estudiantes en los turnos matutino y vespertino que están en la misma situación. 

La escuela después de la inundación 

Cuando ocurrió la inundación, Jhoanna cursaba primer grado. En aquellos momentos las clases eran en línea.

La primera vez que conoció su escuela fue en el último trimestre del año 2021, al llegar al salón encontró solo sillas, no había pizarrones ni un escritorio para sus maestros.

"Cuando entré a la escuela, todavía había unos espacios con poquita tierra, no olía mal, ya estaba desinfectada, todavía cuando ya estábamos en el salón llegaron a quitar un pizarrón que estaba en muy mal estado, casi no había muchos muebles, en realidad no había nada". 

La situación cambió un poco con el inicio del ciclo escolar 2022-2023, actualmente, narró que en su salón ya hay bancas, pero solo 15, que alcanzan para la mitad del grupo.

"Cuando no había suficientes butacas, prestaban unas sillas que eran como para fiestas (...) alguna vez me tocó una de esas y tenía que levantar mis pies para poner mi libreta y poder escribir bien, no usaba diferentes lapiceros porque me era difícil, lo que hacía era sacar un lapicero negro". 

Jhoanna asiste una semana sí y la siguiente no. La joven y su mamá de nombre Tey, consideran que esa modalidad no ayuda al aprendizaje, aunado a las dificultades que Johana pasó en su primer año con las clases a distancia.

"En pandemia mi teléfono se saturó y se le infló la pila, por eso no pude entregar unos que otros trabajos y eso hizo retrasarme mucho", dijo la estudiante.

Sin material para soldar

En el aula del taller de estructuras metálicas pasa algo similar que en el salón de clases. Jhoanna entró para aprender a soldar, pero ni siquiera hay máquina.

"No hay nada de máquinas, incluso, el maestro consiguió una para soldar, pero no funcionó muy bien".

Jhoanna reconoció que su maestro tiene disposición para enseñar y les dice la teoría, pero no hay mobiliario donde practicar.

En la clase de educación física ocurrió algo igual, al principio cada alumno llevaba una pelota, con el tiempo llegaron algunos aros y balones.

"En primero el maestro nos pedía pelotitas para poder jugar, entrenar, teníamos que llevar nuestros propios materiales".

Jhoanna agregó que a pesar de la falta de mobiliario le gusta asistir a su escuela, le agrada dibujar y aspira a estudiar medicina con especialidad en cirugía plástica, mientras eso ocurre confía que su escuela esté mejor equipada.

"Si la escuela tuviera bancas, me imagino que todos podríamos estar en el grupo, podríamos practicar bien las estructuras metálicas, también en lo demás talleres como circuitos eléctricos, sería mejor si tuviéramos todo el material".

A finales de agosto del año en curso y previo al ciclo escolar 2022-2023, David Meza Trejo, integrante de la comitiva de padres y madres de familia de la secundaria, advirtió ante medios de comunicación de la región de Tula, que el mobiliario de la escuela era insuficiente para recibir a los alumnos.

sjl

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