REAL DEL MONTE

Entre leyendas y fantasmas, así trabaja María, cuidadora del panteón Inglés

En el Panteón Inglés descansan los restos de más de 700 personas, la vigilante María del Carmen asegura que ha visto espíritus deambular por el cementerio de más de un siglo

Hay visitas guiadas los fines de semana en el Panteón Inglés.Créditos: Especial
Escrito en HIDALGO el

REAL DEL MONTE.– Las más de 700 tumbas del Panteón Inglés ubicado en Real del Monte no solo albergan los restos de mineros ingleses que llegaron a trabajar desde el año 1824, en el cementerio también está el payaso Richard Bells, el cuerpo de una niña que enterraron viva y los restos de Helen, una joven que se enamoró de un mexicano y después de suicidó.

Las historias, leyendas y hasta anécdotas de las apariciones de espíritus las cuenta María del Carmen Hernández Skewes, la cuidadora del panteón edificado en el año 1830.

“He logrado ver algunos espíritus pero que no se espante la gente, son almas que reposan aquí, no les tengan miedo y visiten este lugar que es maravilloso, donde hay mucha magia, paz y tranquilidad”.

Espíritus de panteón

María del Carmen es la vigilante del panteón desde hace 14 años, entró el 1 de diciembre de 2008 y desde entonces también es la guía del cementerio enclavado en un pequeño bosque de Oyamel, rodeado con bardas de mampostería. 

Arriba de algunas tumbas, los visitantes suelen dejar monedas para pedir fortuna e incluso, felicidad, esa es la principal petición en la cripta del payaso Richard Bells, quien llegó a instalar su circo en uno de los patios de la Mina de Dolores, en Real del Monte.

“A él le gustó el clima del Real del Monte porque es un clima muy parecido al de Inglaterra, frío, con su clásica neblina. Así es que él pide que, si llega a morir, lo lleven al Panteón Inglés, pero que no lo sepulten como a todos, viendo hacia Inglaterra, a él lo sepultan de manera diferente como gratitud hacia los mexicanos, pero también puede ser su última payasada”, comentó la cuidadora.

En el panteón también se encuentra la cripta de Helen, una inglesa de 21 años de edad que se enamoró de un mexicano, aunque el padre de la joven se oponía a su amor y por eso ella se suicidó.

“Helen le dijo a su novio: tú serías capaz de seguirme hasta la muerte, a la eternidad, porque aquí mi padre siempre se va a oponer, nunca nos va a dejar ser felices. Ellos fijaron un pacto de amor, fijaron un día y una fecha en la que se iban a quitar la vida para amarse hasta la eternidad, pero el muchacho se arrepiente”.

Aun así, la cuidadora cuenta que Helen mata a su novio y después se suicida. El padre de la joven le construyó un monumento de mármol en donde reposan sus restos. Atrás de ese mausoleo están los restos del papá de Helen, su tumba fue partida por un rayo. 

Una de las historias más actuales data de 1950, se trata de una niña que enterraron viva y además de estos cuentos, María del Carmen asegura que ha visto a personas que no son de este mundo y también cuenta esas experiencias a los visitantes.

“Recuerdo cuando vi a un señor parado en un árbol, vestía un traje azul marino. Esa ocasión la puerta del panteón estaba cerrada, cuando yo le iba a preguntar qué se le ofrece, él volteó y se me quedó viendo con su cara blanca y esquelética. Yo le dije: tú no eres de este mundo”.

La vida entre los muertos

Desde niña, María del Carmen comenzó a escuchar las historias del panteón que le contaba su padre, “Don Chencho”, el antiguo cuidador que duró 47 años al frente de esa encomienda.

“Cuando mi padre empieza a trabajar en 1963 en este cementerio yo era pequeña, pero yo ya caminaba bien y me traía a mi hermanita y nos estábamos aquí en el panteón junto con mi papá”.

Con el tiempo, fue aprendiendo las leyendas y los símbolos masones que ahora comunica a los visitantes.

“Desde pequeña el panteón fue mi refugio porque mi mamá murió cuando yo tenía cuatro años (…) el tiempo no lo he sentido, ha pasado, pero no lo he sentido porque siempre estoy aquí y cuando yo me muera, también estaré aquí”.

María del Carmen es la quinta generación de su familia que lleva cuidando el panteón y espera que su sobrina o un primo, continúen comunicando las historias que le enseñó su padre.

Un panteón con 192 años de antigüedad

El cementerio fue construido por los habitantes ingleses que llegaron a Real del Monte en el siglo XIX, de acuerdo con la información que se localiza afuera del inmueble.

Actualmente hay 768 tumbas, algunas marcadas con epitafios en inglés. Todas –a excepción de la de Richard Bells- están dirigidas hacia el Reino Unido de la Gran Bretaña, una costumbre de las personas de ascendencia inglesa.

La reja principal que protege el lugar, fue colocada en 1869 y contiene la leyenda: “benditos aquellos que mueren en el señor”.

Hasta el año 2014, el piso de tierra que tenía en cementerio fue sustituido por concreto y con luces incrustadas en el piso debido a la visita del Príncipe Carlos de Gales, que acudió al panteón el 2 de noviembre de aquella anualidad.

Al interior del cementerio también hay un “jardín del recuerdo” que se edificó hace 12 años como un lugar de descanso, oración y reflexión.

sjl