TULA DE ALLENDE.- Luego de dos años, fueron localizados los cadáveres de dos personas posiblemente secuestradas en un conflicto ejidal en 2020 en una localidad de Tula de Allende, que además dejó confirmados un muerto, una herida y 11 vehículos incendiados.
Lo anterior fue posible porque la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro (UECS), de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), obtuvo de un juez la excarcelación de un testigo presencial que aportó datos para la localización.
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Por lo que una vez autorizado el acto jurídico, dicha persona condujo al personal de la UECS a un predio al que ingresaron mediante una orden de cateo y la división científica procesó el lugar de hallazgo y levantamiento de los restos humanos.
Ahora, serán sometidos a un proceso de identificación genética para conocer la identidad de las víctimas, que presuntamente habrían derivado de un conflicto entre pobladores ocurrido en octubre de 2020 en Bomintzhá, donde fueron privadas de su libertad.
El proceso de excarcelaniento fue desarrollado en cumplimiento con lo establecido por el juez de control, quien lo autorizó bajo los principios de garantizar el respeto a sus derechos humanos y sobre todo su garantía individual a la no incriminación.
ASÍ FUE LA PUGNA
El 5 de octubre de 2020, fue registrado un enfrentamiento entre transportistas en el auditorio Bomintzhá y ejidatarios que se disputaban el control de una dirigencia sindical y dejó como saldo una persona muerta, una mujer lesionada con arma y vehículos incendiados.
Además de dos personas desaparecidas, de cuyos familiares encabezaron una protesta en el palacio de gobierno de Hidalgo una semana después a lo sucedido para exigir la localización de los individuos, que son padre e hijo, respectivamente.
Domingo León López y Rodrigo León Hernández de 43 y 18 años, cada uno, y se encontraban presentes en el auditorio durante el conflicto en Tula de Allende y desde entonces sus familiares desconocían su paradero.
Los quejosos afirmaron que ambos fueron privados de su libertad y que las autoridades municipales no habían hecho nada al respecto, por lo que en ese entonces solicitaron una reunión con el secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar.
“911 no sirve”, “Seguridad para el pueblo de Bomintzhá” y “Justicia” fueron algunas de las consignas en los carteles que portaban los manifestantes, además de traer una lona en la que pedían llamar al 773 150 3170 en caso de conocer el paradero de Domingo y Rodrigo.
El adulto era de complexión delgada, tez morena, cabello corto y cano, su nariz era chata, tenía cejas semipobladas y medía 1.75 metros de estatura; mientras que Rodrigo era robusto y medía 1.83 metros, tez morena y su cabello es corto de color negro.
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