PACHUCA.- Desde que reabrieron las dos escuelas donde trabaja la maestra Alma se han suspendido las actividades escolares tres veces por alumnos positivos de covid-19, la docente que vive en Pachuca dijo que los padres de familia mandan a los hijos enfermos argumentando que solo tienen “una gripita”.
Alma trabaja en dos secundarías, una pública y otra privada. En el colegio privado regresó a actividades desde el año pasado y en el público, hace cuatro semanas. En lo que va del año, en tres ocasiones distintas ha suspendido actividades debido al riesgo de contagio de covid-19.
Nosotros ya sabemos cómo son los papás, es verdad que los niños ya tenían que regresar, pero también encontramos a los alumnos que mandan para que los papás puedan descansar de ellos y los mismos niños te lo dicen. En el público y en la escuela privada los han mandado con temperatura y con fiebre y de verdad te dicen: es una gripita”.
Cada suspensión ha durado cinco días, luego vuelven a las actividades presenciales, en cada una han solicitado juntas con padres de familia para redoblar el filtro en casa; sin embargo, algunas familias en ocasiones no aplican los protocolos necesarios, según comentó la docente.
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Del 30 de agosto del año pasado al 25 de febrero de esta anualidad se han registrado 325 casos confirmados de covid-19 en la comunidad escolar. Primaria y secundaria son los niveles de mayor incidencia. Le siguen en orden descendente preescolar, universidad y bachillerato.
Seis de cada 10 contagios son en escolares, tres de cada 10 en docentes y uno de cada 10 en otro personal educativo.
En la última conferencia virtual del panorama de la pandemia en Hidalgo, el secretario de Salud, Alejandro Efraín Benítez Herrera, indicó que en las últimas tres semanas epidemiológicas hubo un incremento en la curva de contagios, aunque este no representa una alarma debido a que la mayoría de los casos se contrajeron afuera de los planteles educativos.
La entrevistada comentó que además de los riesgos a los que está expuesta ha recibido constantes señalamientos de parte de los padres de familia que le dicen que debe reponer el trabajo que no hizo durante los dos años de confinamiento.
Nos ha tocado que en las juntas nos dicen que seguramente no trabajamos en el sistema virtual, y que ahora los regularicemos, los atendamos y hasta les enseñemos de más. Desde que inició la pandemia hacemos tres veces el trabajo que antes hacíamos”.
Actualmente, su jornada de trabajo incluye una planeación para las clases presenciales, una para clases en línea y otra para hibridas.
Agregó que recientemente tuvo una junta con un director general de la escuela privada, quien le solicitó a toda la plantilla el doble de trabajo para captar más inscripciones.
Además de las clases virtuales y presenciales, dedica hasta seis horas en calificar, revisar tareas y trabajo administrativo.
Es mucho estrés el que estamos manejando y se suma el riesgo de contagio. Nos interesan los niños, pero no es nada más de ya los llevo a la escuela y me desentiendo, como papás también deben entender que estamos haciendo lo que nos toca”.
En este sentido, explicó que ella gana cerca de 4 mil pesos en cada escuela, por lo que considera que debe haber una negociación entre padres de familia, la Secretaría de Educación Pública y las plantillas de docentes, para equilibrar las cargas de trabajo y los sueldos.
No se pueden recuperar dos años en un mes, tenemos que saber cómo adecuar los contenidos”.
La entrevistada subrayó que el regreso a clases debe dejar en las personas sentimientos de unión y solidaridad.
Creo que tenemos que ser más empáticos y tolerantes de todos lados, tengo compañeros que perdieron familiares por el covid, y este regreso a clases además les representa un reto de enfrentar sus miedos, no está siendo fácil para nadie”.
sjl