Debido a la dirección del viento, la cuenca atmosférica de Tula, conformada por 12 municipios, aporta 18 por ciento del dióxido de azufre (SO2) de la Ciudad de México, de acuerdo con el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (Proaire) 2016-2024.
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Este gas incoloro con olor penetrante se genera con la combustión de fósiles, es decir carbón y petróleo, la calefacción doméstica, la generación de electricidad y los vehículos automotores, menciona el documento.
El SO2 puede afectar al sistema respiratorio, las funciones pulmonares y causar irritación ocular. Provoca tos, secreción mucosa, agravamiento del asma y de la bronquitis crónica; asimismo, aumenta la propensión de las personas a contraer infecciones del sistema respiratorio. En combinación con el agua, el compuesto se convierte en ácido sulfúrico, principal componente de la lluvia ácida, causante de la deforestación.
CUENCAS ATMOSFÉRICAS
En la entidad existen tres cuencas atmosféricas, Pachuca, Tulancingo y Tula de Allende; esta última se localiza al suroeste de Hidalgo en una superficie de mil 730 kilómetros y alberga una población de 470 mil 985 habitantes, que representan 16.36 por ciento de la población del estado.
En la zona se asienta el corredor industrial que incluye empresas como la Refinería Miguel Hidalgo de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), además de industria química, cementera, calera, metalúrgica, metal-mecánica, entre otras.
La cuenca está conformada por Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Chilcuautla, Mixquiahuala de Juárez, Progreso de Obregón, Tepeji del Río, Tepetitlán, Tetepango, Tezontepec de Aldama, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan y Tula de Allende.
EMISIONES CONTAMINANTES
La mayor cantidad de dióxido de carbono en el estado fue detectada en Tula de Allende, por la actividad industrial. Le siguen Huichapan y Atotonilco de Tula por la fabricación de productos a base de minerales no metálicos, entre estas la producción de cemento, cal y concreto.
El monóxido de carbono (CO), producido por la combustión deficiente de gasolina, gas queroseno, carbón y petróleo, es altamente tóxico. La mayoría de las emisiones fueron identificadas en la capital del estado. Después se ubicaron Tula, Tulancingo, Tizayuca y Tepeji del Río. El origen son las fuentes móviles como los vehículos.
Las partículas más perjudiciales para la salud son aquellas cuyo diámetro es igual o menor a 10 micrones (= PM10), pues pueden penetrar y alojarse en el interior profundo de los pulmones. La exposición crónica a las partículas agrava el riesgo de desarrollar cardiopatías y neumopatías, así como cáncer de pulmón”, señala el texto.
Cuando se realizó la medición para el programa, en 2011, el municipio de los Atlantes concentró las emisiones más altas de material particulado.
El documento explica que también se emite amoniaco (NH3) por la vocación ganadera del estado, por lo que se concentra en Ixmiquilpan, Tulancingo de bravo y Zempoala.
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RECOMENDACIONES
El Proaire establece acciones a largo plazo para mejorar la calidad del aire en la región Tula, entre estas, modernizar la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, el aprovechamiento de residuales en la refinería Miguel Hidalgo, establecer un plan de emisiones de las industrias cementera y calera, además de instrumentar el Registro Estatal de Emisiones y Transferencia de Contaminantes.
También plantea fortalecer la regulación de las actividades en bancos pétreos, fomentar los esquemas de certificaciones ambientales de empresas en Hidalgo y la actualización de los instrumentos normativos.
jgp