Hidalgo (La Silla Rota).- Con el intento de linchamiento a un sujeto que pretendía robar una camioneta en Ixmiquilpan, el 23 de diciembre, son seis casos en los que, sin castigo o proceso penal previo, probables delincuentes casi han sido privados de la vida a manos de pobladores, desde agosto.
Para los investigadores Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), este tipo de violencia implica pensar el problema de crisis de autoridad, debido a que la acción colectiva evidencia que los límites sociales han sido rotos y que es necesario restituir o cambiar la autoridad o sus fundamentos (leyes e instituciones), o bien ambos al mismo tiempo.
Los docentes son autores del estudio Violencia social: geografía de los linchamientos en México, en el cual documentaron, mediante seguimiento a publicaciones periódicas, 12 casos de linchamientos, en tentativa o consumados, de 1988 al 30 de junio de 2016 en Hidalgo.
Sólo de agosto a diciembre de 2017, la cifra de dos décadas lleva 50 por ciento.
Tras un incidente en Santa Rosa, en Acatlán, donde los pobladores retuvieron el 15 de octubre a dos presuntos ladrones de ganado, a quienes ataron en el centro de la comunidad, hasta que, tras un operativo de seguridad estatal, fueron rescatados, el gobernador Omar Fayad Meneses reconoció que los intentos de linchamiento reflejan la falta de confianza de la población en los cuerpos de seguridad, situación que, dijo, “preocupa” a su administración, al ser actos de violencia que atentan contra la vida y vulneran la integridad física de las personas.
“Lo que preocupa es que, para que esto se dé, se requiere que la gente sienta que no hay la respuesta inmediata de la autoridad o que no hay una autoridad cerca”, expuso el mandatario sobre este hecho en el que los comuneros argumentaron que, cuando intentaron presentar una denuncia contra los supuestos abigeos, fueron agredidos por agentes que se encontraban en el ministerio público.
Tres días antes del intento de linchamiento en Acatlán, en la colonia Morelos, de Mixquiahuala, la población retuvo al presunto ladrón de un tractor del que, aseguró la víctima –un menor de 16 años–, se había apoderado con violencia.
Cuando dos elementos de la Dirección General de la Policía Investigadora (DGPI) trataron de rescatarlo, fueron tirados desde un kiosco, por lo quedaron inconscientes y fueron traslados a un hospital parta su atención médica.
Tras la declaración del gobernador, vecinos de la comunidad de El Huitel, en Tezontepec de Aldama, golpearon e intentaron matar a cuatro sujetos sorprendidos en un intento de robo. Estos fueron llevándolos a la feria del municipio donde estuvieron amarrados con la finalidad de que la ciudadanía los reconociera.
F.V.E., M.J.S., y A.J.L.M., procedentes de Ecatepec, Estado de México, y un cuarto hombre originario de la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México, fueron grabados ensangrentados, sometidos, mientras son interrogados por los comuneros, el 19 de noviembre.
Exhorto, sin avance
El 10 de octubre la diputada local Sandra Simey Olvera Bautista, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pidió que se exhorte al gobernador Omar Fayad Meneses para que establezca un Observatorio Ciudadano que cuente con la coordinación de especialistas, con el objetivo de evitar casos en los que, sin castigo o proceso penal previo, probables delincuentes sean privados de la vida a manos de pobladores.
En el planteamiento, al que se adhirió la legisladora panista Mariana Bautista de Jesús, se solicitó al Ejecutivo que dé conocer a fondo la problemática de los linchamientos, debido a que, citó Olvera Bautista, en julio dos personas más fueron liberadas, en Tlaxcoapan, antes de ser ultimados por su presunta responsabilidad en la desaparición de menores de edad, mientras que en agosto, en Actopan, los cuerpos de seguridad rescataron a otro sujeto que era acusado de robo.
No obstante, el exhorto permanece en la Comisión de Seguridad y Justicia Ciudadana, no ha sido dictaminado ni emitido al gobernador.
El estudio geografía de los linchamientos en México refiere que la violencia común, lo mismo que la violencia que ejercen grupos más o menos organizados, es expresión de la crisis de autoridad y/o del Estado que se vive en México, “y cuya tendencia principal la encontramos en el crecimiento sin límite de la delincuencia (individual y organizada); pero son las ejecuciones, los enfrentamientos entre bandas organizadas y policías o militares y los linchamientos en donde podemos tener un referente más acabado del grado de erosión de las instituciones y de los niveles de corrupción de las personas que tienen como función hacer respetar la ley y el orden social y político”.
“Párate, puto, ¿qué no tienes huevos? Muchos huevos para ir a robar. Aquí pónganse de huevos (…) Para que veas, hijo de tu puta madre”, advierte un poblador del Huitel a un presunto ladrón, quien está hincado, con la cabeza que roza el piso, mientras recibe patadas en las costillas, y tiene la ropa rasgada y el rostro ensangrentado. Los habitantes de Tezontepec lo grabaron como advertencia de lo que, dicen, le pasará a quien intente delinquir en su municipio.