León.- Parecen osos de peluche con vida. Aunque no se ven sus rostros, no lo necesitan para expresarse. Son los “furrys”, una cultura urbana que ha ido ganando terreno en Guanajuato.
“Connie”, una pequeña mapache café, recuerda que al principio eran apenas unos cuantos en León.
“La gente nos ve raro, porque no está acostumbrada. Inventan muchas cosas: que si somos pervertidos, que si tiene que ver con cosas para adultos. Nosotros solo queremos divertirnos”, platica.
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La comunidad furry se caracteriza por utilizar sus trajes de peluche que asemejan animales antropomórficos, llamadas “fursonas”
“Una fursona es tu versión ‘animal’”, platica Connie. “Cuando usas el traje, te transformas en otro, más libre, más tú”, comparte.
Para los miembros de la comunidad furry, su fursona se convierte en un alterego.
Aunque hace algunos años se relacionaba esta comunidad con fetiches sexuales, actualmente se ha diversificado, enfocándose más en la convivencia.
Por ejemplo, la Confuror, la convención de la comunidad furry más grande en México, se ha caracterizado por recaudar fondos para apoyar a la preservación de especies en peligro de extinción en el país.
En Guanajuato, los miembros de la comunidad se mantienen en contacto a través de redes sociales principalmente.
Aunque viven en distintas ciudades como León, Celaya o Salamanca, cada tanto organizan reuniones para volver a encontrarse.
“Somos como una gran familia. Por mi trabajo, tuve que alejarme de la comunidad un tiempo. Y cuando volví, todos me recibieron con abrazos y muy emocionados. ¡Son mi manada!”, recuerda Connie con cariño.
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¿Qué es un furry?
La comunidad furry es una subcultura que nació desde los años 80’s en Estados Unidos.
La palabra “furry” significa literalmente “peludo” en español y se caracteriza por el uso de sus disfraces que asemejan animales, llamados “fursuits”.
Desde hace algunos años, la comunidad furry ha tomado fuerza en México y el Bajío, popularizándose gracias a las redes sociales.
MM