León.- ¡Ya lloró la Virgen!, Es una frase aún en uso en los tradicionales barrios de León, como lo es el Coecillo, y es utilizada en el Viernes de Dolores. Pues es una costumbre, ya entrada la tarde, regalar agua fresca, paletas heladas y nieve de sabores en símbolo de las lágrimas de la Virgen de Dolores.
Este viernes 31 de marzo es el día de Dolores, una fecha que marca el inicio de las celebraciones de la Semana Santa.
A decir de Verónica Manríquez, una comerciante de flores y vecina de la zona, esta acción de regalar nieves le significa desprenderse un poco de lo mucho que recibe por parte de la Virgen todo el año.
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"Es un día muy especial para nosotros los católicos y los creyentes sobre todo, venerar a la santísima Virgen, regalar cómo reliquia un vaso de agua, unas paletas. Aquí en el barrio del Coecillo viene mucha gente", comentó.
En cuanto a la venta de flores para los altares, dijo que en años anteriores se disminuyó debido a la pandemia. Pero estimó que este 2023, hubo un incremento de hasta 60 % en el flujo de sus clientes, quienes llegan a buscar alguna opción desde los 30 pesos.
La tradición de regalar paletas, nieve y agua de sabores, se realiza año con año en los municipios de León, Silao, Guanajuato, Irapuato y desde luego en Dolores. Pero tiene también un significado desde el ámbito religioso y sobre ello habló el rector del Templo de San Francisco, fray Ramón Prieto Frías.
"Esta corona dolorosa que le ofrecemos a nuestra madre santísima tiene la función de meditar con ella y junto a ella estos misterios de dolor que sufrió su hijo, nuestro señor Jesucristo".
El mismo sacerdote habló de la tradición del regalar agua, nieves y paletas.
"Llora por el dolor de su hijo, se siente desolada (...). Precisamente el agüita que se entrega, la paleta que se entrega, tiene la razón o el significado de esas lágrimas", dijo fray Ramón Prieto.
Esta tradición de colocar un altar a la Virgen Dolorosa y regalar paletas, nieve y agua de sabores, se ve ya, en menor medida que en años anteriores, pues los pobladores del Coecillo creen, que es porque las calles se llenaron ya de comercios, sobre todo de la industria de la piel y el calzado y son pocas las familias que quedan habitando la zona.
cv