OFICIO DE PANDEMIA

Oficio de pandemia: surgen cantantes de taquería

Con una bocina, un atuendo de grupero, sombrero y botas, Miguel Ángel busca en el sustento de su familia a través de la música

Escrito en GUANAJUATO el

León-.Miguel Ángel anda en las taquerías, de noche cuando los taqueros ya sirven los de pastor, bistec, suadero y costilla, Miguel  de atuendo de grupero: una chaqueta rosa, un sombrero Tombstone y una bostas imitación de cocodrilo, entona los éxitos de música regional mexicana del momento, con micrófono y una bocina, no es quizá la estrella del momento, pero sí de sus tres hijo y su esposa.

 Sale a buscar el sustento de la renta y el pago de los recibos, como otras personas que luego de haber quedado desempleadas por la pandemia del coronavirus, buscan la manera de salir adelante de manera honesta. Miguel Ángel lo hace con una bocina y una memoria USB con pistas grabadas a las que su voz acompaña.

Inicia por la mañana en los almuerzos, cafeterías, rumbo al centro de la ciudad, dice que le gusta hacer feliz a las personas que disfrutan de su música, aunque dice tener algo de artista y estrella, pues algunas personas se toman fotografías con él y gozan el ritmo y bailan.

“Que le gente me saluda, le da gusto, se pone a bailar, que me graban y me piden fotos” dijo Miguel Ángel para la Silla Rota

Acompaña los alimentos de los comensales con pistas de Joan Sebastián y otros gruperos, pero no solo canta, baila para causar sensación y gusto con el fin de ganarse el pan de cada día, dinero que al final de día lo es todo para su familia.

Después de un día en las calles de León, Miguel Ángel hace el conteo de lo que ha de llevar a casa con su familia: “Cuando me va bien hasta 500 o 600 pesos”. En ocasiones lo dejan entrar a las cantinas para ofrecer su variedad grupera y norteña: “Donde me dejen canta”.

Su pasión ha sido la música desde los 18 años, desde entonces dice: “Echándole ganas en esto y es lo que me gusta”. Sin importar el peligro que representa andarse de noche, pese a que ha sufrido asaltos y golpes por quererlo despojar de su bocina y las ganancias que con su voz ha ganado durante el día, Miguel encuentra en sus hijos la inspiración para volver a empezar: “Me la rifo por mis hijos”.

Miguel Ángel termina su día en el fraccionamiento Hidalgo, en su casa con sus tres hijos, su esposa, con el dinero de la renta en los bolsillos: “Me gusta hacer feliz a la gente y que disfruten de mi música, que les guste y me gusta cantar mucho”.