DELINCUENCIA EN LEÓN

Taxistas en peligro: asaltantes evolucionan sus métodos

Los ladrones evolucionan para mal, no dejan la violencia, pero cada vez actúan con más plan y cautela, elaborando ideas para despojar a los choferes; varios de esos delincuentes están plenamente identificados, con su territorio bien definido, y alguno "por fortuna ya no está"

Algunos de los asaltantes más famosos, de los cuales ya están advertidos los trabajadores del volante, que en la gráfica aparecen en la 'Puerta 6' de Línea Dorada.
Algunos de los asaltantes más famosos, de los cuales ya están advertidos los trabajadores del volante, que en la gráfica aparecen en la "Puerta 6" de Línea Dorada.Créditos: Especial
Escrito en GUANAJUATO el

León.- La violencia en los asaltos contra taxistas sigue y seguirá existiendo, desafortunadamente, y los trabajadores del volante cada vez más han aumentado sus precauciones y organizado estructuras de apoyo que les ayudan a evitar convertirse en víctimas. Sin embargo, los delincuentes tratan de ir un paso más allá y desarrollan tretas para sorprender a los ruleteros.

El “gancho” más socorrido es un “pasajero señuelo”, en el que mujeres o personas mayores se prestan a ser cómplices de los asaltantes, pero esto también los choferes lo tienen identificado. Sin embargo, si se rechazara a cualquier pasajero sospechoso “¿entonces a quién vamos a llevar?”, pregunta Eduardo, chofer de servicio de plataforma, pero curtido con anterioridad en los taxis verdes.

Él ha sido asaltado en al menos 8 ocasiones, en 15 años que tiene trabajando como chofer, oficio heredado de su padre. Le ha tocado, en carne propia, ver cómo los delincuentes han modificado sus estrategias. Las 2 primeras veces fue a parar al hospital, una por una golpiza que le dieron 3 asaltantes en Los Olivos, y otra por un “piquete” en un antebrazo, causado por un asaltante solitario que le quitó el dinero, el radio, el reloj, la camisa, los zapatos y las llaves de su taxi Tsuru.

Lo que percibe es que los delincuentes han modificado su accionar. Aunque siguen estando armados, a Eduardo le parece que actúan más con el engaño y la intimidación, piden como destino una colonia oscura y peligrosa. Los Castillos, 10 de Mayo, la Morelos, Piscina, y ya estando ahí simplemente exigen sus pertenencias al chofer, quien estando en territorios hostiles no tiene defensa. “Pero al menos ya no te golpean ni te cortan con un cuchillo”.

Sin embargo, otros conductores en fechas recientes han sido sometidos de manera violenta. Rubén, afiliado a una línea de taxis verdes, hace menos de un año estuvo a punto de ser degollado con un alambre que un pasajero en el asiento de atrás le enredó en el cuello, apretando hasta casi desmayarlo. Sufrió una hemorragia mientras los ladrones se llevaban su cartera, celular, lentes y, también, las llaves del Nissan Tiida. Casi inconsciente, pidió ayuda a un tránsito que iba pasando.

 

Ahora, la extorsión

 

Un recurso que ya los ruleteros están identificando es que el supuesto cliente, inmediatamente después del servicio, llama a la línea de taxis y pide que el carro regrese enseguida, pues “olvidó algo importante” a bordo (celular, cartera, mochila). Aunque el taxista se presente de inmediato, es tiempo suficiente para acusarlo de que se robó el supuesto objeto olvidado. Ya el hecho no parece un asalto deliberado, sino que el falso cliente aparentemente exige lo que es suyo. Y para entonces el trabajador está rodeado de gente acosándolo y que le exige una compensación.

Por esto las empresas de taxis insisten a sus choferes que se aseguren de que el cliente no olvidó nada, y que el pasajero se dé cuenta de esto.

 

Faldas y bastones

 

Ya sea una mujer o un adulto mayor, se han convertido desde hace años en un gancho para que el chofer que llega a realizar el flete no pueda negarse. Saben los taxistas que está el riesgo, pero como dijo Eduardo: ni modo de no trabajar.

Cuando el pasaje pide desviar la ruta, por ejemplo que pida hacer una escala o “desviarse poquito” del trayecto original, el taxista ya puede ir empezando a rezar y decirle adiós a su dinero del día, en el mejor de los casos.

Lo que se recomienda es, de acuerdo con los protocolos de las diferentes compañías de taxis, reportar a la base el cambio de itinerario y señalar el nuevo destino, aunque sea un intermedio.

Sin embargo, una gran cantidad de taxistas andan “libres”, fuera de los beneficios y relativa seguridad que les da estar en una línea, llámese Taxitel, Obrero Mundial, Línea Dorada, Taxi Ser, Insurgentes, etc.

En la misma situación de soledad y desamparo están los taxistas “ejecutivos” o de plataforma, pues no hay quien los respalde en una situación de emergencia. Entre ellos tratan de darse auxilio mutuo, mediante grupos creados más con buena intención que con conocimientos y estrategia. Así surgieron, entre otras, agrupaciones como “Reacción 18”, nombre tomado de Línea Dorada, que entre sus claves, la “18” es una situación de peligro.

 

Raterazos identificados

 

En el gremio del volante la información va rápido, sin taxímetro que limite su alcance. Por eso, tienen identificados a algunos de los asaltantes más contumaces. Unos “por fortuna ya no están”, como el famoso “Cacarizo”, redomado ladrón al que casi todos los taxistas evitaban apenas lo veían. Al Cacarizo le llegó el final a manos, probablemente, de alguna de sus víctimas.

Pero siguen vigentes el Jordi, muy famoso y que asalta en la zona de Piletas y San Juan Bosco; Emmanuel, con radio de acción en San Juan de Abajo y en la colonia El Retiro; el Tuerto, que pide taxi con destino a La Sandía y ahí “tumba” a los choferes; Irazú, mujer asaltante de la zona de Los Castillos, y los hermanos López, Jonathan “el Cocoy” y Eduardo Israel “el Dino”, de Las Hilamas.

Ellos han sentado sus reales valiéndose de la escasa cultura de la denuncia. La mayoría han estado presos, pero salen pronto argumentando en su defensa que las cantidades robadas han sido pequeñas, por eso siguen actuando en la impunidad, pensando en las nuevas formas de despojar a sus víctimas.

 

cv