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Steve Bonilla: Un norteamericano que busca su pasado indígena en Guanajuato

A Steve no le enseñaron a hablar español, ni sabía cómo pronunciar su apellido, pero gracias a un accidente supo que su pasado mexicano era más de lo creía

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Escrito en GUANAJUATO el

León.- “Nunca pensé que hubiera algo especial en mi vida o de dónde vengo”, cuenta Steve Bonilla, un hombre norteamericano de 68 años de edad que hoy busca en Guanajuato su pasado indígena y los orígenes de su familia. 

Steve nació en Sacramento, California rodeado de una vida americana, jamás pasó por su mente algo sobre su extraordinario pasado ni sobre su historia ancestral que hoy lo condujo a su propio encuentro. 

Su familia era como la de cualquier otra familia estadounidense, llevaban siglos de haber llegado a Estados Unidos, solo sabía que tenía ascendencia mexicana gracias a sus padres, quienes le dijeron que sus antepasados provenían de Texas, ni siquiera el apellido (el cual pronunció como bou-ni-ya hasta su adultez) lo hizo sospechar de que en Guanajuato y más estados de México había hombres y mujeres indígenas, mestizos y españoles que formaban parte de su increíble árbol genealógico.  

Steve en 1995 dentro de su tienda de discos Holy Cow! que existió entre 1992 y 2004 en Nueva York. 

“La llegada más lejana de mi familia a Estados Unidos que encontré fue en 1730. El Rey de España envió 16 familias de Las Canarias para constituir un pueblo y un gobierno civil al lugar que luego se convertiría en San Antonio, Texas”, descubrió.

Guanajuato, una serendipia de su vida

Todo comenzó con Guanajuato gracias a un accidente, a una serendipia, es decir, un afortunado hallazgo inesperado mientras buscaba algo más.

A Steve no le gusta la música, es su vida, dice él. Desde siempre ha sentido una fascinación por ella y fue justo la música lo que llevó a su primer acercamiento con su pasado mexicano en el año 2000, cuando tenía 47 años. 

“Solía tener una tienda de discos. Un día entró un cliente y me mostró algunas fotos de un lugar que visitó en México. El lugar era tan hermoso, hermosos edificios coloridos, calles empedradas. Parecía mágico”, comentó Steve.

El lugar del que hablaba era San Miguel de Allende, su amigo le dijo el nombre, pero se olvidó. Desde entonces, las imágenes de la ciudad patrimonio de la humanidad se enraizaron en su mente y no pudo olvidarlas jamás.

Ya por el 2005, estaba leyendo una revista cuando de repente volvió a ver la misma ciudad, leyó el nombre y supo que era ella, la primera que lo enamoró 5 años atrás. Atraído por el encanto del pueblo mágico, sintió la urgencia de conocerlo.

Steve visitó la tumba de una persona con apellido Bonilla, sin embargo señala que en realidad no son parientes, pues su abuela adoptó el apellido.

“Tenía que ir, así que planeamos unas vacaciones a la región del Bajío”, menciona.

Visitó San Miguel, Guanajuato, Dolores Hidalgo,  León, donde recuerda haber comprado botas vaqueras muy caras, y Querétaro. Describe la impresión que tuvo de todas aquellas ciudades como amor: “Me enamoré de esos lugares”.

Cuando le contó a su papá del viaje, él  (su padre) compartió recuerdos de su pasado. Una de las cosas que su papá le dijo fue que su madre (la abuela paterna de Steve) lo llevó a él cuando era niño a una peregrinación desde San Antonio, Texas, hasta una parroquia en San Miguel para pedir por la salud de su hijo, pues estaba enfermo. La abuela y padre de Steve recorrieron largos kilómetros en condiciones poco cómodas y seguras en el año de 1935.

Lejos de satisfacer sus dudas, cada historia generó más y esto lo motivó a dedicar el resto de su vida a encontrar la respuesta a la pregunta ¿quién soy y de dónde vengo?.

Compró botas en la capital mundial del calzado, es decir, León, Guanajuato.

Conquistadores, realeza, y sangre indígena en su vida

"En la conquista no hubo ni vencedores ni vencidos, fue únicamente el doloroso nacimiento de una nueva nación mestiza que ahora es México", se le en una placa ubicada en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, CDMX

Así, como muchos mexicanos, Steve también tiene un origen mestizo, donde antes que él hubo conquistadores e indígenas.

En el 2009, cuando se involucró con más seriedad en la genealogía, descubrió que sus antepasados se asentaron en Guanajuato entre 1690 y principios de 1800. Supo que sus familiares habían estado en San Miguel el Grande (nombre anterior de San Miguel de Allende) en el siglo 16. Fue ahí donde conoció a Juana Apolonia, la primera mujer indígena en su familia.

"Los antepasados como Juana Apolonia fueron los primeros indígenas que descubrí en mi árbol genealógico. Cuando supe que tenía antepasados en Guanajuato, sentí que tenía una conexión real con el lugar".

Certificado de nacimiento de Juana Apolonia. Se alcanza a leer: "En la Parrochia de la Villa en veinteyquatro de Feb de seteciontos y uno... echado el agua el... hija de Xstoval (Cristóbal) de la Encarnación y de Isabel de la Cruz. Fue su madrina Ignacia de (...) Ponce...".

Además de Juana Apolonia, supo que en su familia hubo otras personas interesantes entre las que está el conquistador Luis de Carbajal, quien proviene de su lado materno desde 1500.

“Un pocho con mucha mexicanidad”

Steve Bonilla se dice a sí mismo en tono de broma un pocho con mucha mexicanidad, cumple años el 16 de septiembre, el Día de la Independencia de México, en esa fecha él lleva celebra doble: su nacimiento y el de México independiente.

Steve también llegó a tomar clases de cocina mexicana donde aprendió un poco de náhuatl. Preparó pozole rojo.

Está orgulloso de su pasado, abraza sus orígenes y cada día quiere que su historia mexicana sea, en mayor grado, parte de él. Sus descubrimientos lo han llevado a interesarse por aprender español,  un lenguaje que sus papás jamás le enseñaron con la intención de protegerlo.

Estados Unidos siempre es un país multicultural, sin embargo nadie ahí está exento de sufrir racismo. Temiendo que Steve fuera víctima de la discriminación, sus padres prefirieron no enseñarle español, así nadie lo escucharía hablar y evitarían el riesgo de que su hijo fuera discriminado. 

“Venían de Texas y en esos días no se trataba bien a los mexicanos. Querían que me ‘americanizara’, pero, sinceramente, mi corazón es mexicano. Sé que mis raíces están ahí. Quiero seguir aprendiendo más sobre mis antepasados y los lugares de donde vienen.”

 

El día de hoy Steve vive en la ciudad de Nueva York, donde supo por primera vez la pronunciación real de su apellido. Conoció a muchos latinos que cuando lo escucharon decir su apellido le señalaron su error y lo cuestionaron sobre por qué sus padres no le enseñaron a hablar español, sin conocer la historia que había detrás. 

Desde Nueva York, Steve sigue dedicándose a la música como compositor y productor. Tiene una tienda de discos en línea que se llama Discogs y maneja otro sitio web llamado Holy Cow!

Reconocimiento por "haber vendido más de 500 mil copias de Island Records por el album ''The Unforgettable fire''".

Mientras trabaja como músico, la curiosidad por su historia sigue siendo una parte esencial en su vida y día con día investiga más sobre sus orígenes. No sabe cuándo terminará su búsqueda, pero sí sabe que cada vez hay más por aprender y que cada historia de sus antepasados lo condujo a donde está hoy. 

“Sí, ha sido un viaje fantástico”, admite Steve Bonilla.

Frente a The Record Exchange, su primera tienda de discos en Sacramento, California, 1972, cuando Steve tenía 19 años.



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