Seguro has escuchado todo lo que hay alrededor de los aranceles que ha impuesto el gobierno de Estados Unidos a distintos países. Ahora, para que pueda entrar un producto hecho fuera de Estados Unidos, hay que pagar un 25% extra sobre todos los productos.
Frente a esta realidad, surge la oportunidad de apoyar la economía de nuestro país consumiendo productos hechos en nuestras ciudades, pueblos y barrios.
Ya sea que me leas en México, Colombia, Guatemala, Ecuador o Estados Unidos, aquí te comparto seis ideas prácticas y poderosas para comenzar hoy mismo a impulsar la economía de tu ciudad.
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1. Elige productos locales en el supermercado
Conviértete en un consumidor consciente desde tus compras en el súper. Cuando tomes un producto del refrigerador o estanterías, voltéalo y lee la etiqueta. Asegúrate de que esté hecho en tu país o en tu ciudad.
En lugares como Guanajuato, existe la etiqueta Marca Guanajuato, que certifica el origen y la calidad de los productos. Al elegirlos, estás ayudando directamente a familias, emprendedores y empresarios locales.
Por ejemplo, si consumes fresas cultivadas en tu región, estás apoyando empleos locales. Ese dinero se queda en tu ciudad y circula: paga transporte, colegiaturas, entradas al cine y mucho más.
2. Compra ropa y calzado de diseñadores y fabricantes nacionales
Es muy triste ver que la gente utiliza tenis hechos en cualquier parte del mundo solo porque son de una marca famosa. Pero aquí, en León, San Francisco del Rincón o Jalisco, se fabrican zapatos deportivos de excelente calidad que muchas veces superan a las marcas internacionales en resistencia… y en precio.
Cuando eliges moda nacional, apoyas toda una cadena de valor: desde el curtidor de piel hasta la diseñadora independiente. Además, tu compra contribuye a salarios locales y mantiene viva la industria creativa del país.
Consumir local es un acto de amor por tu ciudad, por tu país y por tu gente.
3. Apoya a emprendedores y pequeñas empresas
Ahora que vayas al supermercado y veas marcas pequeñas de sal, tostadas (tortillas doraditas, infladas), salsas y pan artesanal, investiga si viene de una cooperativa, de una asociación civil o de una empresa familiar. Dale una oportunidad a esos productos: prueba y comparte.
Hoy en día, puedes comprar desde una silla hasta una mesa a través de redes sociales o plataformas locales. Lo que compras hecho en tu ciudad es dinero que sigue moviéndose en tu comunidad.
4. Consume café y chocolate 100% nacional
Hay gente que se jacta de ser gran conocedora de café o chocolate, pero cuando te muestran la marca que consumen: contiene aromatizantes, saborizantes o colorantes. No es café de verdad.
México es un gran productor de café y cacao de calidad. Cuando viajo por el mundo, siempre llevo estos productos y la gente los valora.
Apoya a marcas que promuevan el comercio justo y la producción sostenible. Compra directamente a pequeños productores o en mercados locales. Café de Chiapas, cacao de Oaxaca, cebollas de tu región… ¡Hay mucho qué disfrutar!
Recuerda: si quieres que alguien consuma tus productos o servicios,
tú también debes empezar por consumir los de tu ciudad.
5. Prefiere marcas nacionales de tecnología y electrodomésticos
Aunque hay pocas, sí existen marcas mexicanas que fabrican electrodomésticos con excelente calidad. En Querétaro, por ejemplo, se producen lavadoras y licuadoras que pueden costar un poco más, pero duran mucho más que otras marcas extranjeras.
Invertir en tecnología nacional es una forma inteligente de apoyar empleos locales y fomentar la innovación en el país.
6. Regala productos y artesanías nacionales
Regalar una camisa bordada a mano, una pieza de cerámica, una piñata hecha en tu barrio es una manera valiosa de difundir nuestra cultura y apoyar a creadores locales.
En tu próxima fiesta infantil, compra el pastel a tu tía o amiga emprendedora. Compra la piñata en el mercado cercano. Haz de cada celebración una oportunidad para fortalecer la economía de tu colonia.
Búscame en las redes sociales como Juan Pablo de León Murillo y recuerda que cuando eliges consumir local, estás construyendo una red de bienestar que te incluye a ti, a tu familia y a tu comunidad.
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