No tienen ningún interés.
Así ha quedado claro este 3 de febrero.
Los diputados de Morena se abstuvieron de votar para designar al Fiscal General del Estado. No quieren ser responsables de nombrar a alguien. No quieren avalar a nadie. No quieren contribuir a tomar la mejor decisión para el futuro de Guanajuato.
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El mensaje es claro y contundente para Guanajuato: Morena no tiene interés en que las cosas mejoren en el Estado. No van a ayudar.
Ellos grillaron al fiscal anterior Carlos Zamarripa -principalmente Andrés Manuel López Obrador-, hasta que lo tronaron.
Y ahora ellos, no quieren escoger a uno bueno.
Tuvieron la oportunidad de proponer a un fiscal de primera, pero no lo hicieron. Mandaron “a perder” a dos personas sin posibilidades reales de competir. Los diputados de Morena mandaron a Dalia Ramírez, una activista de Derechos Humanos, con preparación, pero que no tenía el perfil para hacerse cargo de la institución. Y mandaron a Antonio Mendoza, un viejo cartucho quemado del PRI que fue delegado de la Procuraduría General de la República, pero que tampoco tenía cartas para competir.
Entonces el plan de Morena era claro.
No votar.
No avalar a nadie.
No nombrar a nadie.
Y así, tener la oportunidad de seguir con la misma narrativa de los últimos 6 años:
El Fiscal de Guanajuato no sirve.
Guanajuato es el estado más violento de México -según sus datos-.
México está muy mal. Pero Guanajuato -del PAN-, está peor.
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