Llevamos muchos, muchos años escuchando distintas voces que dicen: “cuidado con México de la mano de López Obrador y su gobierno”, “Van a destruir el país”, “México transitará paulatinamente al socialismo” y varias más frases en ese sentido. Desde antes de su llegada al poder, hemos escuchado expresiones fatalistas, como aquel slogan publicitario que decía, “AMLO es un peligro para México” y demasiada gente creyó que era una exageración y, sobre todo, una expresión hueca producto simplemente de la publicidad y “que no era para tanto”.
Han pasado cuatro años y medio de gobierno, donde hemos visto y vivido en carne propia la descomposición social, económica y política de nuestro país, ante la indiferencia de millones de mexicanos, que solo observan sin hacer nada, esperando que “alguien” o “algo” de manera espontánea componga el gran desastre que todos, sin excepción vivimos. Hasta los pobres, ese segmento de la sociedad que ha empoderado a López Obrador y su movimiento de la 4T, hoy en día son más pobres y miserables, sin darse cuenta, de cómo los ha empobrecido y corrompido, a través de los populistas programas sociales.
La oposición política ha sido comparsa del actual gobierno de la República, acompañando a la 4T y a López Obrador con su silencio y tímidas críticas, que no han servido de nada, más que gritos a los cuatro vientos, llenos de vanidad y protagonismo de políticos mediocres y miedosos, más preocupados por cuidar su sucio pasado y con ello, no ser enjuiciados y encarcelados por el gobierno, dejando en total abandono al pueblo mexicano. No han realizado una sola marcha ni individual o colectivamente como partidos, sólo sumándose y escudándose en los brazos de la ciudadanía que en dos ocasiones han salido a la calle a manifestarse.
Las instituciones políticas, destruidas y desaparecidas por el autoritario presidente, con el aval corruptor de su partido político MORENA y los incondicionales legisladores que solo reciben órdenes y las acatan, por parte del tirano mandatario. Con el acompañamiento del PT y PVEM, serviles lacayos que han ayudado a desmantelar la administración pública federal, buscando en todo momento, la opacidad del actual gobierno de la 4T, para que sigan robando sin que nada ni nadie les pueda decir algo, mucho menos ser sancionados.
Es cuestión de ver la arrogancia y prepotencia con la que se conducen los responsables del gobierno, sabedores que pueden hacer lo que les venga en gana.
La corrupción está desatada por todo el país. Los familiares, amigos y funcionarios federales, estatales y municipales, cercanos a López Obrador y del partido MORENA, hacen cientos de negocios al amparo de la ley, esa misma ley que no sirve para nada, ya que tienen muy presente, la máxima que dictó el presidente de México: “no vengan con el cuento, de que la ley es la ley”. A robar todo el mundo y saquear el erario, al fin, que el actual gobierno no es igual a los del pasado.
Mientras siguen y siguen sumándose a MORENA y a la “gran” transformación del presidente de México, la escoria política proveniente del PRI, PAN, PRD, MC, PT y PVEM para que se sumen al saqueo nacional y se conviertan ellos sí, en aspiracioncitas de la “nueva clase política” que junto con los militares roban a manos llenas, con el beneplácito de AMLO. La 4T es un gobierno plagado de corrupción, donde hacen y deshacen con el visto bueno del mandatario y con la asociación política del crimen organizado.
Como cereza del pastel, para que ya no falte nada, hasta ahora, porque esto sigue y sigue y seguirá descomponiéndose aún más, para ser como Venezuela, el decreto y orden presidencial para expropiar y que se ocupen con la presencia de los militares, los tramos ferroviarios de la compañía Ferrosur, que ayer fueron tomados por los uniformados verde olivo y los agentes de la Marina Armada de México, convirtiéndose en una acción autoritaria y dictatorial de López Obrador. Que, junto con el sometimiento antidemocrático a los Poderes de la Unión, nos acercamos más a una dictadura.
¿No cree usted?
Dr. Carlos Díaz Abrego