OPINIÓN

Populismo criminal

Desde siempre se ha visto que grupos delictivos dan apoyo económico y regalos de diversa índole a la gente pobre, con la finalidad de aprovecharse de su situación y obtener de ellos el favor de su protección y simpatía

Escrito en GUANAJUATO el

Iniciamos un nuevo año 2023 y con él nuevos retos en materia de seguridad pública y justicia penal, la situación que prevalece no es nueva, pero es una buena oportunidad para renovar las metas y, con ello, las estrategias y los planes para alcanzarlas, no debemos hacernos bolas para definir cuáles deben ser esas metas, sugiero que seamos muy prácticos y las planteemos de una forma muy sencilla, tenemos que lograr disminuir sostenida y claramente los índices delictivos, no solo los de los delitos conocidos como de delincuencia común, sino también aquellos cometidos por grupos del crimen organizado y, de esa manera, lograr impedir que la delincuencia organizada realice tantos actos de violencia extrema que afectan sensiblemente a la población en general y, por supuesto, a las víctimas directas.

Me interesa comentar lo relacionado con los hechos de que dieron cuenta los medios de comunicación al finalizar el año, con motivo del reparto de bienes por parte de organizaciones criminales a pobladores de comunidades de escasos recursos y es que, ese tipo de acciones no son algo nuevo en nuestro país y en otras partes del mundo, desde siempre se ha visto que grupos delictivos dan apoyo económico y regalos de diversa índole a la gente pobre, con la finalidad de aprovecharse de su situación y obtener de ellos el favor de su protección y simpatía, además de motivar en la población en general una especie de respaldo por sus actos, generando una falsa idea de que ayudan a quienes los gobiernos o las autoridades no atienden porque no son capaces de resolver sus necesidades y carencia material en la que viven, tratando de llenar esos huecos o espacios de asistencia social, pero lo que no puede justificarse de ninguna forma es la impunidad con que pueden llevar a cabo estos actos en plena vía pública, a plena luz del día y con una especie de autorización derivada de la falta de presencia y de te reacción, puesto que lo hacen personas armadas, abiertamente identificadas como miembros de la delincuencia organizada.

Creo que, válidamente, podemos calificar estos actos, en cuanto a la forma y la finalidad que persiguen, como POPULISMO CRIMINAL que, tal como ocurre con el populismo político, es una forma de asistencialismo social que pretende obtener el favor y la simpatía de los más desfavorecidos social y económicamente; de esta forma, la delincuencia organizada logra que las comunidades aprueben y respalden sus actos delictivos con la errónea idea de que gracias a ello es que obtienen los recursos y medios que les permiten “ayudar” a las clases populares mejor de lo que pudieran hacerlo los gobiernos y las autoridades. En este mismo sentido se pueden interpretar los mensajes que se han localizado en diversos puntos de la geografía nacional, casi siempre sobre mantas colocadas en lugares públicos, con las que algún personaje o grupo criminal pretende hacer creer que defiende a la población condenando actos delictivos y violentos perpetrados por grupos contrarios y señalando que quienes publican son los dueños de la plaza y no permitirán que se lastime a la población por parte de grupos contrarios, en estos casos, es claro que se trata solamente de mensajes o declaraciones deliberadas que buscan distraer al pueblo de los verdaderos fines y objetivos de la criminalidad, que siempre van en contra de la gente.

El reto debe ser impulsar decididamente el fortalecimiento de todas las instituciones del Sistema de Seguridad y Justicia Penal para que la fuerza del Estado se enfoque en impedir, en la mayor medida posible y en la gran mayoría de los casos, que se sigan dando actos delictivos de la intensidad y nivel de violencia de los que se han registrado en los últimos tiempos, con la evidente facilidad con que se llevan a cabo, estamos viendo buenos proyectos y esfuerzos importantes en algunos Estados del país donde se apuesta por el blindaje del territorio en beneficio de la población, no dudo que estos ejemplos se puedan multiplicar paulatinamente con voluntad política.