TRADICIONES

Conchas gigantes: a que no puedes comer una solo

En León hay un panadero poco común que vende piezas de pan más grandes que un pastel

Escrito en GUANAJUATO el

León.-Don Gregorio es panadero, pero el pan que elabora en su horno es poco común, cada pieza es más grande que un pastel, una sola de sus hogazas puede compartirse entre una familia completa, sin importar la estación del año, días calurosos o fríos,  Gregorio sale en su triciclo para vender su pan que pareciera salido del cuento Jack y los frijoles mágicos.

Para elaborar cada una de estas piezas gigantes, antes de que lleguen al estómago de los leoneses, hay horas de trabajo entre la harina, la levadura y el horno. Dice Gregorio no es fácil de realizar este tipo de pan, pues requiere más tiempo de trabajo: “Este pan es bien entretenido, porque nadie lo hace y nadie lo vende”.

Vende los sabores que, comúnmente, se encuentran en las panaderías: las chorreadas, los de crema y nata, los de ajonjolí y los cocodrilos, pero, cada una de estas piezas, pueden alimentar a toda una familia y compartirse con leche, café y chocolate caliente.

Se ha dedicado a la venta de pan gigante desde hace más de tres décadas, pero los años pesan para Don Gregorio pues antes solía cargar el pan por encima de la cabeza en una gran canasta, ahora tira de su carrito por la ciudad en busca de alguien antojadizo de pan, así recorre 12 kilómetros diarios, aunque desea terminar pronto pues su trabajo es agotador, ha sido panadero durante 39 años, contó a la Silla Rota.

Con algunos males que le aquejan, como un problema en el corazón: “Tengo una válvula tapada y eso origina que no pueda respirar” comentó Don Gregorio con la respiración entrecortada.

El panadero encuentra en su fe la voluntad necesaria para salir adelante vendiendo su pan, por él y por su mujer, su esposa yace enferma en su casa: “Tengo mi esposa que tiene una hernia bien crecida, tengo mis hijos que están trabajando y ganan sus centavitos, de vez en cuando me dan una ayudadita”.

Don Gregorio tiene puesto letrero en su playera con la dirección donde reside y números de teléfonos a los cuales llamar en caso de emergencia, es un adulto mayor, pese a que está enfermo del corazón se dispone a ofrecer su particular alimento: “Para llevar un cinquito a mi casa” dice Don Gregorio quien vende cada hogaza en 48 pesos.

Tiene 67 años y todos los días camina de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. desde la colonia San Martín de Porres, le va bien cuando toda su mercancía se ha vendido, pero a veces le queda: “Se me va la ganancia porque se hace duro, más con el calor que hace”.