DELINCUENCIA ORGANIZADA

Cumbre de narcos en Guanajuato: intentaron reunir a la familia michoacana desde Apaseo

En un balneario de Apaseo el Grande se reunieron los principales líderes de la Familia Michoacana para definir el mando de la organización

Nazario Moreno “el Chayo”, Jesús Méndez Vargas “el Chango”, Enrique Plancarte Solís “la Chiva” y
Servando Gómez “la Tuta”.
Nazario Moreno “el Chayo”, Jesús Méndez Vargas “el Chango”, Enrique Plancarte Solís “la Chiva” y Servando Gómez “la Tuta”.Créditos: Especial
Escrito en GUANAJUATO el

Apaseo el Grande.- La reunión se dio entre los tres principales líderes de La Familia Michoacana, para tratar un asunto urgente que ponía en riesgo la estabilidad en la dirigencia de ese cártel criminal: la pelea por el mando de la organización, un asunto que ya amenazaba la paz entre ellos mismos.

La sede: uno de los balnearios en Apaseo el Grande, que había sido cerrado para la privacidad de los capos y su gente más cercana.

Estaban Nazario Moreno “el Chayo”, Servando Gómez “la Tuta” y Jesús Méndez Vargas “el Chango”.

De hecho, el surgimiento de otra organización, los Caballeros Templarios, aparentemente en apoyo a La Familia pero también con tintes de escisión (lo que posteriormente ocurriría), era algo que preocupaba a Nazario Moreno, "el Chayo".

La fecha precisa del encuentro no se dio a conocer, pero habría sido entre enero y febrero de 2011. El testimonio lo brindó, ante la entonces Procuraduría General de la República, un testigo protegido identificado como Emilio, quien había sido uno de los cercanos a los mandos michoacanos.

“Primera muerte” del Chayo

Las aguas dentro de La Familia Michoacana se habían agitado, pues estaba reciente la “muerte” del Chayo. En un enfrentamiento con el Ejército en Apatzingán se aseguró que el capo había sido abatido y que los miembros de su cártel recogieron el cadáver.

La versión de lo ocurrido el 9 de diciembre de 2010 se dio como cierta tanto a nivel gobierno como entre los secuaces, y el hecho de que Nazario había sobrevivido era conocido por muy pocos. Necesitaban reorganizarse para enfrentar a los cárteles rivales, que eran los Beltrán Leyva, los Zetas, el Cártel de Tijuana y el Cártel de Juárez. De su lado tenían al Cártel del Golfo y al Cártel de Sinaloa.

Por eso, estaba aún reciente el surgimiento de los Caballeros Templarios, un grupo reclutador y preparador de sicarios, que tomaba a sus elementos entre los centros de tratamiento de adicciones que promovía Nazario. Entre el tratamiento estaba, además de la desintoxicación, las prácticas de tiro y adoctrinamiento.

Los Templarios ya tenían tiempo operando pero sin haber salido a la luz pública, pues eran solamente una organización de apoyo. Aun así, dirigirlos era una ambición. Esto se vio cuando, tras la falsa muerte del Chayo, había aparecido en la escena un nuevo personaje: Enrique Plancarte Solís “la Chiva”.

Este quiso entrar al “círculo rojo”, pero nunca se llevó bien con Méndez Vargas “el Chango”, brazo derecho del Chayo.

Pero "la Tuta" y Plancarte sí hacían equipo y poco a poco comenzaban a poner distancia entre los Templarios y la Familia.

Esa reunión en Apaseo el Grande, de acuerdo con el expediente de la PGR que recogió el testimonio de Emilio, y que reprodujo en un reportaje el diario Milenio (14 de marzo de 2011) sirvió para liberar algo de presión entre ambos grupos. La presencia y supervivencia de Nazario, así como su autoridad, alargaron la convivencia todavía un poco más, aunque ya la cuerda estaba muy estirada y en marzo de 2011, un par de meses después de aquella reunión, los Caballeros Templarios anunciaron su llegada al mundo del hampa, disfrazados como “autodefensas” bajo el mando de "la Tuta".

Hoy ambas organizaciones están minadas, y los participantes en esas reuniones tuvieron el final previsto:

"La Tuta" está preso en Almoloya, en el penal del Altiplano, cumpliendo una sentencia de 55 años por secuestro y una más de 47 años por haber dirigido a los Caballeros Templarios.

"El Chayo" murió en Tumbiscatío, Michoacán, donde llevaba varias semanas escondido en cuevas. Elementos de la Marina lo abatieron mientras él montaba una mula e intentó dispararles, el 8 de marzo de 2014, justo el día de su cumpleaños 44.

"La Chiva" Plancarte murió días después, en un tiroteo también contra efectivos de la Armada, el 31 de marzo de 2014 en Colón, Querétaro.

"El Chango" Méndez fue sentenciado, apenas en diciembre de 2022, a pasar en la cárcel 45 años. Está interno en el penal de Puente Grande.

CM