CRIMEN ORGANIZADO

Cárteles extienden sus tentáculos: cervezas, sorgo y maquinitas

En Guanajuato, están presentes en actividades empresariales que parecieran limpias, pero detrás de eso hubo víctimas que fueron despojadas de sus empresas o mercancías

Un tráiler cargado con 25 toneladas de cemento, robado en una carretera de Guanajuato por integrantes de un cártel que opera en la zona. El material sería puesto a la venta a través de establecimientos aparentemente lícitos.
Un tráiler cargado con 25 toneladas de cemento, robado en una carretera de Guanajuato por integrantes de un cártel que opera en la zona. El material sería puesto a la venta a través de establecimientos aparentemente lícitos.Créditos: Archivo
Escrito en GUANAJUATO el

León.- Depositar unas monedas de a 5 pesos en las maquinitas en las tiendas de los barrios, fumar un cigarro de marca desconocida, comprar unos lentes o un cinturón de imitación, o pedir un préstamo a pagos pequeños va más allá de los aprentemente leves riesgos de consumir esos productos: es dinero que quizás vaya a dar a manos de organizaciones criminales.

Los cárteles han ampliado su campo de acción y sus actividades van más allá de las que a todas luces son delictivas, como el trasiego de drogas, secuestro, extorsión y robo de combustible. Giros empresariales aparentemente “normales” son dominados, cada vez más, por la delincuencia organizada, de acuerdo con investigadores de la Fiscalía del Estado que han conocido el tema.

En León, el Cártel Jalisco Nueva Generación ha diversificado su radio de operaciones. Está metido incluso en el transporte, pues, de acuerdo con un representante del gremio, maneja flotillas de autos para taxi ejecutivo, que renta a personas regularmente ajenas a la organización y que trabajan como choferes de plataformas como Uber o Indriver.

Las rentas semanales por esos vehículos están ligeramente por debajo de lo que se maneja en el mercado: alrededor de 1,800 pesos semanales, cuando la mayoría de los dueños de autos los rentan en 2,100 pesos.

¿Cerveza más barata? Viene de aquí

El pasado lunes 5 de diciembre, en la carretera de cuota León-Salamanca un grupo armado robó tres camiones cargados de cerveza. Ni la policía ni la empresa afectada recuperaron el cargamento, del cual extraoficialmente se sabe que las pesquisas de la Fiscalía General de Guanajuato condujeron a unas bodegas en la Central de Abastos de León.

Por esa autopista y cerca de donde se cometió el asalto hay un acceso al mencionado mercado, y las bodegas están muy cerca de esa entrada. De acuerdo con investigadores del estado que forman parte de las averiguaciones en distintos asaltos carreteros, la evidencia conduciría a la Central de Abastos.

A cualquier persona ajena le parece insólito que de León salga un tráiler cargado de cervezas Pacífico hacia Sinaloa, de Tecates a Baja California, o de Carta Blanca a Nuevo León. O que de aquellos lugares lleguen a Guanajuato camiones llenos de Modelo o Corona. La explicación está en el origen ilícito de las mercancías.

Ese es otro de los negocios que los cárteles originalmente de las drogas incluyen ahora en su cartera.

En la Central de Abastos, varias de las bodegas son propiedad de “los de la Nueva”, y los giros (fruta, abarrotes, etc.) son operados por gente de esa misma agrupación criminal.

A partir de 2019 fue cuando los de Jalisco comenzaron a tomar más presencia, y ello se vio reflejado en una serie de asesinatos dentro del mercado, pues fueron eliminando a los que ellos consideraban “competencia” en venta de drogas y extorsión. Dejaban mensajes en los que señalaban que habían llegado a “limpiar” la zona. Un grupo de ladrones de la colonia Ribera del Río, que se dedicaban a robar las bodegas de abarrotes por las noches, fueron asesinados cerca de sus casas. Las cartulinas, firmadas CJNG, señalaban la causa. 

 

El campo también es su campo

 

Apenas el año pasado, un grupo de criminales corrió de su terreno a un agricultor en la sierra al norte de León. Ahí tenía un vivero donde cultivaba frambuesas, y bajo amenazas lo hicieron que se retirara, quitando la fuente de empleo a una decena de personas.

Eran del Cártel Jalisco Nueva Generación, según supo la víctima, quien ya no ha regresado a esa propiedad. Un vecino le dijo que todo está abandonado, los cultivos de las berries se echaron a perder y las estructuras que las resguardaban están destruidas. Por los cuidados que requieren esos frutos, los delincuentes fracasaron en hacerse cargo de la producción.

En cambio, en la zona de Pénjamo operan al menos un sembradío de sorgo, cuya producción ha funcionado con normalidad, salvo que el dueño legítimo tuvo que retirarse del negocio, bajo amenazas a su familia. Él ya no vive en Pénjamo, y los pequeños propietarios que eran sus vecinos están en la zozobra constante de cuándo les tocará a ellos.

En Juventino Rosas, los criminales también intentaron incursionar en la cría de reses bravas. Extorsionaron al propietario de la ganadería “Riaño” para quedarse con la dehesa, y lo que consiguieron fue acabar con toda la vacada, novillos y sementales. Era una empresa exitosa que despertó la codicia de integrantes del Cártel de Santa Rosa de Lima, que invadieron el rancho, lo incendiaron e hicieron huir al dueño, quien dio a conocer su caso en una entrevista.

 

A la vuelta de la esquina

 

En León, las tiendas de abarrotes en colonias de la periferia tienen, a sus puertas, maquinitas en las que niños y adultos prueban suerte depositando una moneda en espera de ser premiados con 5 o 10 iguales. Estos aparatos están prohibidos por las leyes federales, y peor si los clientes son menores de edad, pero las autoridades prefieren mirar hacia otro lado.

Y no es que sea negocio de los tenderos, sino que llegan hombres extraños, dejan una o dos maquinitas en el local y adiverten que pasarán regularmente a revisarlas, a recoger las ganancias y a recargar los premios.

En busca de una opinión, La Silla Rota Guanajuato buscó hablar con tenderos en las colonias San Marcos y Las Hilamas acerca de esas tragamonedas, pero prefirieron callar.

CV