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Gobierno varado

El daño al patrimonio público no importa cuando se trata de sostener el discurso de austeridad. | Areli Quintero

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Escrito en OPINIÓN el

Pemex ha perdido 100 millones de pesos tan solo en el mantenimiento de un buque cuya venta se frenó por órdenes “superiores”.

Se trata del buque Ta´Kuntah, inservible para Petróleos mexicanos y cuya manutención le cuesta un millón de dólares al mes.

Es un buque que sirvió durante cuatro décadas a la paraestatal hasta que su tecnología resultó obsoleta y su rehabilitación más cara que adquirir otro. 

Por su capacidad de 2.3 millones de barriles fue anclado en alta mar para ser utilizado como terminal de almacenamiento y descarga. Durante años, fue la principal terminal para almacenar el petróleo extraído en Cantarell.

Después de años de resultar obsoleto fue puesto a la venta en mayo del año pasado a un precio considerado de remate, 84 millones de pesos. 

El derroche para mantenerlo se decidió pasadas las elecciones presidenciales de junio del año pasado, cuando el equipo de transición del presidente electo Andrés Manuel López Obrador comenzó a recibir informes de la situación de todas las dependencias, tomó decisiones e inició -con el gobierno saliente- un presupuesto de egresos para un 2019 desconfiado en los gastos. 

Entre julio y diciembre fueron públicos los anuncios en los que se prohibía hacer nuevas contrataciones, se restringieron nuevos contratos de servicios e incluso, en Pemex, se buscó evitar que la paraestatal firmara contrato de importación de crudo ligero.

En ese contexto, al nuevo gobierno federal le pareció sospechoso que un buque tanque fabricado en 1978 se malbaratara como chatarra.

La instrucción que recibieron en la Subdirección de Administración Patrimonial fue que, por decisión de los nuevos jefes en Pemex, su venta se posponía a partir de octubre hasta que la nueva administración conociera los detalles. Esto ocurrió más de dos meses antes de que iniciara el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El encargado de dar la instrucción de frenar la venta fue Carlos del Ángel Pérez, un ex funcionario encargado del registro público de la Ciudad de México en los tiempos que López Obrador era el jefe de gobierno, y que en la actual administración fue a caer a Pemex, la empresa más compleja del Estado mexicano. 

Ángel Pérez es la mano derecha de Marcos Manuel Herrería Alamina, actual director corporativo de Administración y Servicios de Pemex y familiar político del presidente López Obrador.

Cinco meses después de que ordenaron detener el proceso de venta, el buque sigue varado en la sonda de Campeche sin uso alguno, la Subdirección de Administración Patrimonial -encargada del tema- aún no tiene titular y el costo del mantenimiento de este lapso -20 millones de pesos por cada mes- ya superó el precio de venta de la embarcación. 

El proceso de venta del buque fue frenado por desconfianza, desconocimiento y prejuicio de la nueva administración. Optaron por paralizar los procesos de venta antes de informarse cuál opción resultaba menos costosa. 

La curva de aprendizaje de los encargados de manejar el patrimonio nacional es insondable. La soluciones chespiritescas que pierden pesos para ganar centavos empieza a ser el signo de un gobierno que sostiene un discurso en pérdidas económicas diarias. 

La historia del buque Ta´Kuntah es una hebra que pasa por todas las dependencias federales y termina mostrándonos una deshilachada administración pública. La historia del buque Ta’Kuntah es la síntesis perfecta del país durante la administración actual.

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