El famoso mercado de Sonora, que se encuentra al sureste de la Ciudad de México alberga la creencia a diversas deidades, entre las que se encuentra el culto a la Santa Muerte.
Los orígenes de la creencia son difusos. Muchos consideran que el culto surgió como una mezcla entre el catolicismo y la creencia azteca en Mictecacíhuatl, la reina del Mictlán o el inframundo. La relación con la religión católica se atribuye por la semejanza en los rituales utilizados en el Vaticano. En cuanto a las raíces de fe indígenas, se le atribuye ya que en muchas culturas se tiene una adoración a la muerte, además de que la mayor parte de los creyentes son mexicanos.
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En la Ciudad de México el culto a la "niña blanca" se practicaba en la clandestinidad. hasta que, en 2001, la señora Enriqueta Romero creó el primer santuario público a la Santa Muerte, el cual se encuentra en el Barrio de Tepito.
Actualmente se tiene un conteo de aproximadamente diez a 12 millones de adeptos al culto, de acuerdo con el libro Devoted to Death, del autor norteamericano, Andrew Chesnut. México ocupa el primer lugar en número de creyentes, seguido de países Centroamericanos y ciudades estadounidenses. Sin embargo, también se sabe que el culto también está presente en Japón, Australia y Filipinas.
El culto a la Santa Muerte no es reconocido por la iglesia católica y es conocida como un símbolo de fe para maleantes y narcotraficantes, al igual que a Jesús Malverde, considerado el "santo de los narcos".
En su última visita a México, el Papa Francisco dijo sentirse preocupado ""tantos que seducidos por la potencia vacía del mundo, exaltan las quimeras y se revisten de sus macabros símbolos para comercializar la muerte", aseguró.