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Fiscalía de Quintana Roo esconde feminicidios

En dos años registra solo dos casos; sin embargo, ONG’s documentan 21 casos en el mismo periodo

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Escrito en ESPECIALES LSR el

CANCÚN, Q.ROO.- El 24 de julio, de 2016, Margarita salió de su casa a comprar leche y pañales a una farmacia cercana. Eran las 10:45 de la noche y su familia no volvió a saber de ella.

A la mañana siguiente el cuerpo de la joven de 22 apareció sin vida, con golpes en todo su cuerpo desnudo y con marcas de agresiones sexuales.

Sin embargo, a pesar de que el crimen contra Margarita tenía todas las señales de feminicidio, el delito no se catalogó como tal, y por lo tanto su muerte se perdió entre cientos de carpetas de investigación por homicidio doloso.

A pesar de que existen cientos de familias en Cancún que piensa que sus hijas, hermanas, madres, esposa fueron víctimas de feminicidio, para la Fiscalía General del Estado (FGE) sólo han ocurrido dos casos de 2016 a 2018.

De acuerdo con la Fiscalía de Quintana Roo sólo tiene reportados como feminicidio dos casos, uno en 2017 y uno más en 2018, ambos en el municipio de Othón P. Blanco, además de que en 2016 no se “generó información del delito de feminicidio” en el estado.

A través de una solicitud de transparencia que realizó LA SILLA ROTA con el número de folio 00906918, la Fiscalía de Quintana Roo confirmó que en el caso de Cancún consultó el número de feminicidios ocurridos; sin embargo, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Mujer y por Razones de Género fue omisa al proporcionar la información solicitada por la Unidad de Transparencia a pesar de haberlo requerido.

 

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ha contabilizado como feminicidios en el estado tres casos en el primer semestre de 2018

Sin embargo, Organizaciones No Gubernamentales y medios de comunicación locales ha contabilizado 21 casos en el mismo periodo y de manera extraoficial, 6 en 2017 y 15 en 2018.

Además, organismos como el Observatorio de la Gobernanza, la Cooperación y el Desarrollo ha documentado asesinatos violentos de 100 mujeres de Quintana Roo dentro de un período inicial de 2010 hasta 2016.

FISCALÍA COMETE OMISIÓN, NO TIPIFICA EL DELITO: EXPERTA

Uno de las desventajas de no contabilizar de manera correcta los delitos como el feminicidio y no enviar de manera correcta la información oficial al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, provocaría a largo plazo que el gobierno de Quintana Roo no obtenga recursos suficientes para combatir la problemática en materia de seguridad, advirtió la investigadora asociada del Observatorio de la Gobernanza, la Cooperación y el Desarrollo, Mónica Franco Muñoz.

“Si no se está reflejando eso puede traducirse a que no haya los recursos suficientes en materia de seguridad en el estado, porque hay unas fórmulas matemáticas bajo las cuales les dan recurso a los estados acorde a su tasa de criminalidad, sino estas mostrando adecuadamente tus datos eso puede repercutirte en afectaciones presupuestales” dijo.

Para la investigadora asociada del Observatorio de la Gobernanza, la Cooperación y el Desarrollo, Mónica Franco Muñoz, uno de los retos en los que debe trabajar la Fiscalía de Quintana Roo es la tipificación del delito de feminicidio, ya que en algunos casos es subjetivo o a criterio de la autoridad investigadora, la cual aún presenta fallas en la generación de argumentos jurídicos sólidos.

“Es difícil de tipificar porque el tipo penal no es fácil, hay que acreditar muchas variables para poderlo consignar como feminicidio, si no alcanzan a cumplir todos esos criterios que están establecidos en el Código Penal les toca clasificarlo como feminicidio. Creo que todavía les cuesta argumentar jurídicamente, socialmente, antropológicamente porque ese cuerpo vejado es un feminicidio y no es un crimen con alevosía, ventaja, dolo, etcétera, de un homicidio usual”, dijo la investigadora.

Algunas de las características que deben investigar y presentar las autoridades investigadoras locales como la Fiscalía de Quintana Roo, para determinar un feminicidio, son si la mujer tuvo violencia familiar antes de su asesinato, signos de violación o agresiones sexuales, como son mutilaciones de genitales, senos, entre otros signos de violencia.

La investigadora del Observatorio de la Gobernanza, la Cooperación y el Desarrollo explicó que en Quintana Roo muchas mujeres asesinadas quedan tipificadas dentro del tipo penal como homicidio y no como feminicidio, que si bien es un delito grave el homicidio que da penas carcelarias altas, no se le da la connotación de feminicidio.

“Es difícil si no hay la preparación suficiente y no hay los peritos o peritajes suficientes en antropología social, victimología con perspectiva de género, tiene muchas carencias la Fiscalía lamentablemente sobre este tipo de periciales y básicamente quienes hacen la argumentación jurídica de todo esto pues sigue siendo las autoridad, que sin duda lo hacen con el mejor sentido pero si falta mucha capacitación y capacidad institucional desde los peritos y los profesionales que están ahí, no quiere decir que no sean sensibles al tema, pero cuando ya tienes que mostrarlo legalmente necesitas tener una formación muy sólida para poder argumentar porque el caso si es un feminicidio”, dijo la investigadora Mónica Franco Muñoz.

Agregó que la alerta de género se convirtió en un “coto de poder o político” en la entidad, que no llevó a resolver los problemas estructurales como son la violencia contra la mujer.

CONTABILIZAN UN CENTENAR DE MUERTES VIOLENTAS CONTRA MUJERES Y RIESGOS DEL ENTORNO

El Observatorio de la Gobernanza, la Cooperación y el Desarrollo construyó un estudio y documentó los asesinatos violentos de 100 mujeres de Quintana Roo dentro de un período inicial de 2010 hasta 2016.

Los resultados del estudio revelaron que en Quintana Roo la edad más frecuente que tenían las mujeres antes de perder la vida a causa de su agresor era de 18 a 29 años.

Uno de los fenómenos detectados en la investigación determinó que la movilidad de las víctimas era una de las causas principales que derivaron en agresiones físicas, sexuales y hasta la muerte, es decir, las mujeres que debían atravesar espacios públicos para llegar a casa o trabajo, como parques, callejones, avenidas, áreas verdes con poca iluminación, en abandono o solitario, fueron los sitios más comunes para asesinarlas. En este sector entró una tercera parte del centenar  de mujeres quintanarroenses.

Al menos 50% de los asesinatos contra la mujer fueron ejecutados dentro del núcleo familiar, la mayoría por la pareja sentimental de la víctima, un pariente o persona cercana a la mujer y un tercer grupo de mujeres entró en la estadística por tener trabajos de alto riesgo, como meseras, scorts, bartenders, bailarinas, trabajadoras sexuales, que son tomadas por el género masculino como objetos sexuales por lo que incrementa el riesgo de violencia perpetrado por usuarios o clientes, explicó la investigadora del Observatorio.

“Estamos repartidas en tres partes, las unas son mujeres que no tienen nada que ver con su agresor, que simplemente en la calle, en lotes baldíos (les quitaron la vida), otras son amas de casa en relación de pareja o de alguien muy cercano a ella y otras que son este grupo de trabajo sexual que son las que están en riesgo, estos son los tres grandes grupos identificados”, dijo Mónica Franco Muñoz.

Dentro del centenar de mujeres a las que se les documentó la forma de asesinato también se detalló que existieron mujeres extranjeras y todas provenientes de Guatemala.

De acuerdo con el estudio del Observatorio de la Gobernanza del total de mujeres asesinadas 55 sucedieron en Benito Juárez (Cancún), 19 en Solidaridad (Playa del Carmen), 15 en Othón P. Blanco y el resto en otros municipios de Quintana Roo.

Para la investigadora la forma de cobertura de los medios locales también influyó en la re-victimización de la mujer ya que son calificadas con adjetivos de acuerdo a sus actividades laborales, apariencia física, forma de vida o el entorno donde fallecieron.

Dos años después de la muerte de Margarita N, su hermana María de Lourdes C. E, dijo que su vida cambió por completo y que extraña constantemente a su hermana, y en ocasiones culpable por no haber podido hacer algo por ella antes. Actualmente tiene cuatro niñas y una de ellas es la hija de su hermana.

A más de dos años de la muerte de Margarita aún no existen responsables y para María de Lourdes C.E, con el paso del tiempo a las autoridades se les olvida el caso, ya no investigan, ni atrapan a los responsables.

“Mi tía Margarita no vivía con su pareja pero lo iba a ver, estaba con él pero salió a comprar sola a la tienda y en ese momento sucedió porque ya no regresó. Tenía 22 años y su hija en ese entonces tenía 2. Era una persona muy tranquila, era buena, no buscaba problemas. Para que le pasara eso estuvo feo”, dijo una de las sobrinas de Margarita.

En Agosto de 2016, días después de la muerte de Margarita, su familia acompañados de vecinos marcharon del Malecón Tajamar al Palacio Municipal de Benito Juárez para exigir justicia, también acompañaron a la familia de Amairani, joven de 16 años, que fue asesinada el pasado 20 de mayo de 2018, en la supermanzana 227 de Cancún. La menor fue violentada sexualmente y golpeada hasta su muerte.

“Un feminicidio es una agresión sobre una mujer, la violentan, le quitan la vida y la exhiben en público. Es por la manera que la asesinan, lo sabemos a partir de lo que pasó. Leímos unos artículos en las redes sociales que decían las características de un feminicidio”, sostienen Ángela y Estrella, sobrinas de Margarita.

Para María de Lourdes, hermana de Margarita, los casos como los que vivieron su hermana y la joven Amairani con el paso del tiempo la autoridad olvida y deja de buscar.

AJ