El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya había declarado a finales de octubre una emergencia nacional de salud por consumo de drogas, en especial los opiáceos, como la heroína.
Pero, una nueva droga comienza a arrebartarle el mercado y ahora el fentanilo se perfila como el favorito de los consumidores de drogas en el vecino país.
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Este narcótico provenía desde los laboratorios de China, pero los cárteles mexicanos le arrebatan a los consumidores.
La revelación la hizo el fiscal general Jeff Sessions, quien advirtió el jueves que el fentanilo es un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína.
Ante ello, urgió desmantelar laboratorios clandestinos mexicanos para evitar "un gran problema en el futuro", en el marco de una reunión bilateral de Estados Unidos y México sobre organizaciones criminales trasnacionales.
La emergencia por consumo de drogas
Ese dictamen de Trump fue para facilitar a los estados el acceso a recursos federales y combatir el exponencial incremento en el número de muertes provocadas por sobredosis.
La declaración no incluye nuevos recursos para combatir una epidemia, que en 2016 causó la muerte de 64 mil personas, en especial en zonas rurales de estados como Maryland, Pensilvania, Tennessee y Virginia Occidental, entre otros.
La directiva tiene alcances limitados, ya que el mandatario invocó a la Ley de Servicios de Salud Pública, utilizada de manera común para casos de desastres naturales, y por lo cual su vigencia será apenas de 90 días.
“La emergencia pública durará 90 días y puede ser renovada cada 90 días hasta que las autoridades consideren que no es necesaria”, dijo un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de anonimato durante una teleconferencia de prensa en anticipación del anuncio del mandatario.
Cifras dadas a conocer por la Casa Blanca indicaron que en 2016 más de 11 millones de estadunidenses reportaron uso indebido de medicamentos recetados, muchos de ellos opiáceos, y cerca de 950 mil reportaron haber utilizado heroína.
Bajo el plan de Trump, el gobierno federal podrá dispensar algunas regulaciones y dar a los estados más flexibilidad sobre la manera en la que pueden utilizar los fondos que reciben bajo el amparo de dicha ley.
Al amparo de una de estas dispensas, los estados podrán acceder a fondos del Departamento del Trabajo destinados usualmente para personas que quedan desempleadas a causa de desastres naturales y utilizarlos en programas para atender a personas adictas a los opiáceos.
Sin embargo, la declaratoria se quedará corta de los alcances que podría tener una declaración nacional de emergencia, al amparo de la Ley Nacional de Emergencia, la cual confiere al mandatario aún mayores poderes para ampliar el acceso a fondos federales.
Funcionarios de la Casa Blanca dieron a conocer que la administración trabaja ya con el Congreso sobre la asignación a ser incluida en el presupuesto de gastos del año próximo para atacar la crisis, y dijeron que desde que Trump asumió la Presidencia, el gobierno ha destinado más de mil millones de dólares para ello.