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Dos amigas, misma tragedia: feminicidios en Iztapalapa

El padre de Julieta, una de las víctimas de feminicidio a manos de su esposo, encontró justicia, pero vive con deudas y amenazado

Escrito en METRÓPOLI el

Julieta y Melani eran amigas y fueron víctimas de un mismo destino: ser asesinadas por sus parejas.

El caso de Julieta todavía tiene dos pendientes: capturar a uno de los sospechosos y proteger a su padre, quien vive asolado por amenazas luego que -por cuenta propia- investigó y ayudó a las autoridades a ubicar al autor material del feminicidio de su hija

Asesinada por querer abandonarlo

El 15 de agosto de 2015, Julieta acudió a una fiesta con unas amigas y desde entonces sus padres no volvieron a comunicarse con ella.

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Fueron nueve días de angustia, pues nada se sabía de la joven de 24 años de edad, vendedora de zapatos por catálogo y madre de dos pequeños.

Su esposo, Sergio, decía que tampoco él tenía noticias de ella, que de la fiesta Julieta no volvió a la casa que compartían en Iztapalapa.

El 24 de agosto de ese año, el cuerpo de Julieta fue encontrado en un paraje cerca de las lagunas de Xico, en Tláhuac. La habían ahorcado y golpeado.

De acuerdo con el expediente TLH-1/T2/1144/15-08, ella había denunciado un par de veces a Sergio por maltrato físico y psicológico.

Nunca hubo medidas precautorias para protegerla y cuando fue hallada sin vida, Sergio escapó.

Peritos de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) localizaron una chamarra de Julieta escondida en un clóset del inmueble donde vivía con su novio.

Era la misma que llevó a la fiesta, y cuyos asistentes lo corroboraron. Julieta sí regresó a casa tras estar con sus amigos.

Las indagatorias arrojaron que fue estrangulada y llevada en un taxi hasta el paraje solitario donde la abandonaron, ya sin vida.

“Sergio se la llevó (la mató), lo sé, es verdad. Yo te voy a decir dónde está escondido”, le decía una voz, vía telefónica, al padre de Julieta, José Luis Suaste.

En entrevista con La Silla Rota, el hombre recuerda que las llamadas para dar información sobre el paradero de Sergio, en ese entonces principal sospechoso del asesinato, se hicieron cada vez más frecuentes.

Sergio, el feminicida de Julieta (Especial)

Algunos datos eran erróneos, pero confirmaban que Sergio era el responsable y que el motivo fue que ella se iba a separar de él y solicitaría la custodia de sus dos hijos.

Quien proporcionaba la información de manera anónima, resultó ser el hermano de Sergio, Jonathan.

“Un día que nos quedamos de ver y no fue, cuando volvió a llamarme, le dije, ya sé que eres Jonathan, te agradezco mucho lo que has hecho, pero necesito verte. Y él me dijo que no, que tenía miedo de que yo le hiciera algo, pues él había ayudado a Sergio a llevar el cuerpo de mi hija”, relató el señor José Luis.

Con esa información, las pesquisas por fin pudieron avanzar.

La fatal confesión de Melani

En la misma colonia donde vivía Julieta, la Consejo Agrarista Mexicana -también de la delegación Iztapalapa- habitaba Melani, de 17 años de edad.

Ambas eran amigas y platicaban cada que se veían en la calle.

Cinco meses después del feminicidio de Julieta, Melani fue privada de la vida también por su novio, Francisco.

Según lo asentado en la averiguación FIZP/IZP-8/T3/118/16-01, a la muchacha la asfixiaron con las manos.

Ella había acudido al velorio y entierro de Julieta, y la madrugada del 17 enero también fue victimada.

Todo porque, acorde con el testimonio de Francisco, Melani le confesó que había estado con otros hombres antes que él, y que con algunos tenía contacto, aunque sólo por mensajería.

Como habían ido a una fiesta, Francisco admitió haber tomado alcohol y consumido drogas. En un pasillo oscuro de la Unidad Habitacional aceptó haberla asesinado.

Fue detenido el mismo día y enviado a prisión, donde aún espera sentencia.

Sin hija, y vivir bajo amenazas

La investigación que hizo el padre de Julieta, gracias a los datos aportados por el hermano del sospechoso, y las diligencias hechas por agentes de investigación rindieron frutos 7 meses después del feminicidio, cuando Sergio fue arrestado y posteriormente encarcelado.

Desde entonces, las amenazas de muerte y las intimidaciones no cesan para la familia de Julieta.

José Luis Suaste, su padre, quedó en bancarrota y divide su día entre el trabajo, las audiencias,  visitas a la Procuraduría y cuidarse la espalda.

“Desde que Sergio se dio a la fuga comenzaron a llamarme a mi teléfono desde un número privado. Me advertían: ‘ya deja de chingar, sabemos dónde vives’”, contó.

“Cuando metieron a prisión a Sergio se intensificaron las llamadas, la madre de este tipo me sentenció de muerte en persona, y empezaron a seguirme a mí y a mi esposa. Cuando ganamos la custodia de los hijos de Julieta, nos decían que no se iba a quedar así, que nos iban a matar”, recordó el señor Suaste en entrevista.

El hermano de Sergio, quien se comprobó que ayudó a éste último a trasladar el cadáver de Julieta la madrugada de los hechos, ya es buscado por las autoridades.

Pese a ello, el padre de Julieta anda solo, y la única protección que ha recibido es un policía que cada determinado día acude a su domicilio para que le firme una hoja.

“Tengo Código Águila, pero al principio me mandaban más seguido policías, iban en camionetas, ahora ya pasa sólo uno y en bicicleta. La verdad tengo miedo, pero tengo que ir a audiencias, salir a trabajar”, refiere.

“Las investigaciones las han hecho muy bien en la Procuraduría, pero la defensa de Sergio ha retrasado muchísimo el juicio, faltan a las audiencias y todo se retarda”, expresó.

Pese a los retrasos y que un testigo primordial a favor de la familia de Julieta murió atropellado en el Estado de México, el proceso apunta a una sentencia condenatoria contra el sospechoso.

Jonathan, hermano de Sergio (Especial)

En los próximos días podría ser obsequiada una orden de aprehensión contra Jonathan, hermano del probable feminicida, pues condujo el taxi en el que Julieta fue llevada, sin vida, hasta el sitio donde 9 días más tarde la localizaron.

Sin embargo, en sus llamadas telefónicas anónimas, él fue clave para que el padre de Julieta aclarara cómo pudieron ocurrir los hechos.

“¿Por qué me ayudó Jonathan? Él me lo confesó, estaba enamorado de mi hija, la quería mucho y sabía lo que su hermano le hacía; lo ayudó a él a llevarse el cuerpo porque es su sangre. Todavía falta que lo juzguen a él para que se haga justicia”, consideró el padre de Julieta.



fmma