Main logo

Cómo Estonia pasó de ser un satélite soviético a la meca digital de Europa

El diminuto país báltico pasó de la ruina durante los años de comunismo soviético a un exitoso presente en donde la cultura digital es la clave

Escrito en DINERO el

El crecimiento y el desarrollo de las economías en la era de la comunicación y la información son colosales. El caso de Estonia es particular, porque fue un país que tuvo dominación danesa, sueca, ocupación alemana con el nacionalsocialismo y dominación rusa. Se independizó de la ex Unión Soviética en 1991, ingresó a la Unión Europea en 2004, adoptó el euro como moneda en 2011 y hoy está llamado a convertirse en el Silicon Valley europeo.

La ciudad apuesta por las nuevas tecnologías. Su búsqueda es ser la capital de la Europa electrónica. A partir de diciembre de 2014 cualquier persona del mundo puede abrir una cuenta bancaria en el país, crear un negocio o trasladar el que tiene a cambio de rebajas impositivas para aprovechar las ventajas de infraestructuras digitales estonias.

Facebook abre oficinas en China para evitar censura

A través del E-bussiness Register se concede la residencia digital en el día a los extranjeros que lo deseen por 50 euros. Esto lo ha llevado a convertirse en el país con más start up per cápita del mundo con sólo un millón y medio de habitantes.

De hecho, el país tiene más empresas emergentes por persona que el Silicon Valley californiano y su revolución digital ha sido tal que ya cuenta con unos 600 servicios online.

El uso de tecnologías de la información en el sector público ha convertido a Estonia en un país con uno de los gobiernos más transparentes del mundo

Toomas Hendrik Ilves (presidente de Estonia entre 2006 y 2016)

Estonia es uno de los pioneros tecnológicos de Europa y una de las sociedades digitales más avanzadas del mundo. Tanto es así que se ha convertido en un modelo de gobierno único que se hace llamar "e-Estonia" ("Estonia electrónica").

Pero, ¿cómo funciona?

E-estonia, un gobierno digital

El país báltico fue el primero en permitir votaciones por internet en unas elecciones generales, y también en ofrecer todas las clases escolares por internet y gestionar los historiales médicos de sus ciudadanos a través de la red.

Los estonios pagan el estacionamiento por internet, tienen wifi pública en todo el territorio nacional y cuentan con el ancho de banda más veloz del planeta.

Su internet, a diferencia de su pasado histórico, es libre y abierta. Su acceso es amplio y sin restricciones ni limitaciones al contenido.

Estonia, el país con la internet más libre del mundo

El cambio fomentado por el gobierno transformó la manera en que los ciudadanos interactúan entre sí y creó un entorno de apoyo a los emprendedores en un país que tiene poco más que un millón de habitantes y que fue el lugar en el que nació Skype, entre otras muchas empresas tecnológicas exitosas.

En su sitio web oficial, la nación báltica define a sí misma como "una sociedad digital" gracias a sus "sofisticadas soluciones electrónicas".

Esa gestión electrónica se aplica a todos los sectores, desde la seguridad vial, hasta la educación, la sanidad y los servicios financieros, privados y gubernamentales.

Registrar un negocio en Estonia -por supuesto, se hace a través de internet- cuesta sólo 18 minutos y hacer la declaración de impuesto apenas cinco. Todo ello, sin moverse del sofá, explica el gobierno.

El sistema educativo completamente online es uno de los avances fundamentales.

Los trámites

Estos son algunos de los servicios electrónicos con los que cuenta e-Estonia:

Gestión de colas fronterizas: reduce los tiempos de espera.

Firma digital: permite la firma de documentos de forma segura.

Residencia electrónica: permite a todo el mundo hacer negocios digitales más fácilmente.

DreamApply: sirve para la admisión de estudiantes internacionales y optimización de procesos en instituciones educativas.

Registro electrónico de empresas: permite a los emprendedores registrar su negocio en minutos.

Gabinete gubernamental (e-Cabinet): para coordinar el proceso de toma de decisiones.

Tribunales y sistema legal (e-court y e-law): para presentación de demandas o publicación de proyectos de ley.

Sistema policial(e-Police): para mejorar la comunicación, coordinación y efectividad de la policía.

Sistema educativo (e-School): permite a estudiantes, profesores y padres colaborar en el proceso de aprendizaje.

Sistema sanitario (Electronic Health Record): historial médico digitalizado para todos.

Los residentes confían en el sistema de "e-Estonia" y el gobierno dice que es uno de los más transparentes del mundo.

"La flexibilidad de este sistema abierto permitió que se desarrollen y se añadan nuevos componentes de la sociedad digital a lo largo de los años. Por eso Estonia se ha convertido en una de las historias de éxito empresarial de la última década en Europa", continúa el escrito.

Otros, sin embargo, ven esa hegemonía de internet como una amenaza a la privacidad personal.

Pero el gobierno estonio dice que sus sistema es seguro y exento de intrusismos.

Confianza digital

Los estonios tienen el control de sus datos personales y pueden ver en línea qué agentes consultaron su información. Además, va contra de la ley que alguien vea los datos de otra persona sin su consentimiento, y los actores privados y gubernamentales deben solicitar un acceso especial.

Tal vez por eso las estadísticas indican que los estonios tienen un alto nivel de confianza digital.

Las políticas digitales afectan a distintos aspectos de la vida de sus residentes.

"El uso de tecnologías de la información en el sector público nos ha impulsado al frente de la modernización [...] y ha convertidó a Estonia en un país con uno de los gobiernos más limpios y transparentes del mundo", dijo Toomas Hendrik Ilves, presidente del país entre 2006 y 2016, en un video gubernamental.

Y todas estas ventajas no son sólo para los estonios.

Desde 2014, los ciudadanos extranjeros también pueden convertirse en "residentes electrónicos" de este pequeño país, que ha conseguido liderar toda una revolución digital y protagonizar un cambio sin precedentes en el mundo.

La "e-residencia" no permite votar, ni elimina la necesidad de visa para quienes vivan fuera de la Unión Europea, pero los residentes electrónicos reciben una identificación digital que hace más fácil abrir cuentas de banco, registrar empresas o firmar digitalmente todo tipo de documentos.

Y el proceso, por supuesto se hace a través de internet.

La canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro de Estonia Taavi Rõivas en una visita oficial en 2016.

La sociedad de "e-Estonia", sin embargo, no es perfecta.

Su actual primer ministro, Taavi Rõivas, tiene solamente 37 años y pertenece a esa nueva generación digital que no concibe el mundo actual sin internet y está al frente del gobierno estonio.

Sin embargo, solamente la mitad de los mayores de 65 años utilizan internet en el país, lo cual indica que existe cierta exclusión digital.

Además, la tecnología puede ser costosa, limitando el acceso de quienes tienen menos ingresos.

Pero, en términos generales, el balance es más que positivo. Y Estonia es un ejemplo de una república del futuro que ya existe en el presente.