Puebla (La Silla Rota).- Las pérdidas materiales son lo de menos, eso lo sabe bien la familia de Zoé, la pequeña de cinco años que murió mientras esperaba a su hermana al salir de clases, el día del sismo.
Cuando salió del kínder ese martes, Zoé se dirigió junto con la mujer que la cuidaba a la escuela primaria Héroes de Reforma, cuando el movimiento de tierra comenzó, un pedazo del edificio les cayó encima.
Inmediatamente después del sismo Zoé fue reportada como desaparecida; su foto apareció en la redes sociales, a la vez que sus padres Omar y Karla, la buscaban en los hospitales.
A Zóe la recuerdan como una niña traviesa, el rostro de sus padres se llena de tristeza cuando la cara de la niña acude a su mente, sin olvidar que tienen dos hijas más, de nueve y dos años por las cuales seguir luchando.
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En Puebla, edificios, templos, hospitales y viviendas se vinieron abajo como si fueran de papel, las construcciones con el tiempo se levantarán, la pequeña Zoé, no.
Omar, su padre bien sabe que los fenómenos naturales no avisan, no culpa al sismo, pero si destaca que la escuela Héroes de Reforma era un edificio antiguo.
La desesperada búsqueda por las niñas que comenzó pocos segundos después del sismo en los hospitales, culminó en el Servicio Médico Forense (Semefo) de donde les informaron sobre una niña con las características de Zoé y no tuvieron más remedio que identificar el cuerpo, esa misma noche confirmaron que se trataba de su hija.
El funeral de la pequeña se realizó el miércoles por la mañana.
Con información del Sol de Puebla