Sonora (La Silla Rota).- Fiestas, salidas nocturnas, paseos con amigos, son algunos de los pasatiempos que Diana Lizbeth tuvo que sacrificar cuando se enteró que a sus 16 años iba a ser madre.
Cuando supo que estaba embarazada, por su mente pasaron todos los planes y aventuras que esperaba cumplir con sus amistades y su novio, relación que había comenzado hace apenas unos meses. Diana Lizbeth se llevó la sorpresa más grande de su vida pues no se sentía preparada para ser madre.
A mitad de sus estudios de preparatoria, supuso que no podría llevar su embarazo y acudir a la vez a clases, primero por el temor a las críticas de sus compañeros y segundo porque el subir y bajar escaleras podría ser riesgoso en su estado.
Yo si decidí continuar con la escuela porque es lo que te queda para ofrecer algo a tus hijos por lo menos el estudio, yo quiero superarme y eso”.
Alumna del Colegio Progreso preparatoria incorporada a Cobach, Diana Lizbeth Morales tuvo que luchar contra sus prejuicios, aceptar su estado y seguir su formación académica, pues será una forma de brindarle un mejor futuro a su hijo.
A tres semanas de dar a luz, la adolescente cuenta que no ha tenido ningún inconveniente al asistir a clases y con el paso de los meses tanto sus compañeros como sus maestros se acostumbraron a convivir con ella en su estado, y actualmente no recibe comentarios negativos.
“Para mí ha sido fácil venir a la escuela porque no he presentado complicaciones ni nada, no es algo que amerite una interrupción a mis estudios”.
Sus padres al principio supusieron que tendrían que cuidar tanto de su hija como se su nieta, ambas unas niñas, y le repitieron más de dos veces que se desarrolló tanto personal como académico se vería truncado a partir de ahí.
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"Lo más difícil sin duda fue enfrentar a mis papás, ellos tenían puestas sus esperanzas en mi, así me lo dijeron, que los había decepcionado y que de ahora en adelante toda mi vida cambiaría y que ya no podría seguir adelante con mis planes".
Sin embargo, a las pocas semanas entendieron que la mejor forma de llevar la situación de embarazo a temprana edad de su hija, era brindándole consejos y apoyo moral, lo que permitió a la joven trascurrir estos ocho meses con tranquilidad y bajo los cuidados de su mamá.
Hace dos años conoció a Juan, padre del bebé que está por nacer y por quien desde entonces, narra , el sentimiento de atracción hacia él comenzó a surgir y hasta hace apenas unos meses consiguió que formalizaran su relación, ahora con él comparte la experiencia de prepararse para ser padres.
Yo les daría un consejo a todas las adolescentes que están en la misma situación que yo, que sigan con la escuela porque es lo que les queda, que pienses en sus hijos para que los puedan sacar adelante”.
Aún cuando su hijo todavía no nace, a Diana le ilusiona pensar en este día como un nuevo festejo que le recordará la dicha de ser mujer.
En un futuro tiene planes de iniciar una carrera universitaria, la cual está en proceso de elegir.
Reinciden adolescentes que se embarazan por primera vez en Sonora
En Sonora, cuatro de cada 10 embarazos son de mujeres de 15 a 19 años y existe registro promedio de ocho mil 500 embarazos de adolescentes por año.
La entidad ocupa el lugar 23 a nivel nacional respecto a la tasa de fecundidad en adolescentes, de acuerdo con datos del sector salud, lo que significa que 70 de cada mil mujeres de los 15 a los 19 años de edad se embarazan.
La responsable estatal del programa de Salud Sexual y Reproductiva de los y las Adolescentes de la Secretaría de Salud, Paola Valencia Navarro, señaló en entrevista para Notimex que ese tipo de consultorios forman parte de una estrategia federal adoptada en Sonora.
Explicó que en esos lugares se brindan servicios de médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales especializados en el trato de adolescentes para prevenir embarazos y también para trabajar con las mujeres que se han embarazado.
“Si una adolescente embarazada acude a una unidad de salud donde hay un servicio amigable, la canalizan a ese servicio y el médico la consulta y dependiendo su situación la deriva a un hospital porque es un embarazo de alto riesgo”, expuso.
Señaló que a ese embarazo se le da seguimiento porque se busca evitar que las menores salgan del hospital sin el conocimiento para su uso de un método anticonceptivo y con ello evitar que de nueva cuenta se embaracen.
Se trabaja en fortalecer la atención postevento obstétrico en los hospitales y en las unidades de salud para saber si utiliza algún método para prevenir embarazos o bien para trabajar en ese tema con ellas.
Valencia Navarro precisó que en lo que va del año en Sonora han acudido por primera vez a consulta siete mil 215 adolescentes a las unidades de los servicios de salud, cuyas edades fluctúan entre 10 y 19 años de edad.
Zonas marginadas son las que concentran el mayor problema
La Jurisdicción Sanitaria número Uno en Hermosillo, específicamente la unidad de salud del fraccionamiento Floresta, registra más consultas por embarazo en adolescentes pues de enero a octubre de 2016 acudieron 217 menores.
Refirió que 12 de ellas son menores de 15 años de edad y explicó que es en las zonas marginales del área urbana donde se presentan más embarazos y no sucede así en la zona rural como se ha pensado.
Valencia Navarro destacó que el embarazo de una adolescente repercute en áreas como salud pública, economía y salud mental porque hay mucha violencia, “son patrones de conducta que se van repitiendo”.
De acuerdo a los datos que proporciona la Encuesta Intercensal 2015, 13.2 por ciento del total de las adolescentes sonorenses ha tenido al menos un hijo nacido vivo, 85.9 por ciento de ellas tiene uno y 12.8 por ciento tiene dos.
En México, las últimas estadísticas arrojan que anualmente se registran en México más de 400 mil nacimientos de bebés de madres menores de edad, lo que representa 20 de cada cien nacimientos cada año, según cifras de la Secretaría de Salud federal.
En Sonora, cuatro de cada 10 embarazos son de mujeres de 15 a 19 años y existe registro promedio de ocho mil 500 embarazos de adolescentes por año.