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Vivir, aunque crimen tenga control de la seguridad

En este lugar, la presencia del Ejército no ha inhibido la operación de las bandas dedicadas al robo de combustibles y a otros delitos

Escrito en ESTADOS el

PUEBLA.- Jesús es repartidor de muebles, su gesto serio se combina con la preocupación de salvar todos los días la vida, cuando circula las diferentes rutas de distribución en distintos puntos de Tecamachalco y hacia municipios aledaños, como Tlacotepec, el más peligroso de la región, donde el jueves pasado murió una mujer en una balacera.

Él es uno de los más de 70 mil habitantes del municipio huachicolero de Tecamachalco. Aquí, la vida se alteró a partir de que algunos optaron por dedicarse al robo gasolina. Ahora, ante la ausencia de combustible en el poliducto Minatitlán-México, que atraviesa la región del llamado Triángulo Rojo -por la ordeña y venta de gasolina y gas LP-, terminaron como asaltantes de caminos y comercios.

En Tecamachalco, ubicado a 50 minutos de la capital poblana, la presencia del Ejército y del resto de los uniformados nacionales no ha inhibido la operación de las bandas locales que se dedican al robo de combustibles y a otros delitos, porque todos están coludidos, declaró el regidor Jorge Jesús Leonel Rebollar Mier.

Ellos son quienes los dejan circular por todas partes, les dan el paso y les indican por dónde deben andar para no ser detenidos, agregó en su narración el regidor, quien, como ciudadano y funcionario, está preocupado por la inseguridad que se vive en Tecamachalco y en la región donde la violencia lejos de contenerse escaló.

Pero la inseguridad no se vive sólo en Tecamachalco, sino en los municipios aledaños, como Yehualtepec, afirma el taxista David. En ese municipio han dejado cuerpos esparcidos en la carpeta asfáltica y acabaron con la vida de policías. Los vecinos molestos por los excesos de las bandas, recordó, el mes pasado incendiaron las bodegas “donde los malos almacenaban lo robado”.

“La verdad es que la inseguridad sólo la podemos parar los ciudadanos, porque a las autoridades poco les queda por hacer”, expresó David.

 Con David coincidió Jesús, quien describió que, en sus entregas de muebles, ve los convoyes con personal castrense en las comunidades alejadas de Tecamachalco, donde han tenido enfrentamientos, pero al final, sólo queda en balazos, no agarran a nadie y las bandas siguen operando.

Los comerciantes de Tlacotepec, ahora tienen que salir por productos como cerveza y coca cola, porque las empresas ante los asaltos frecuentes en carretera, optaron por suspender las rutas. “La verdad es que muy pocos nos animamos a llegar hasta allá porque sabemos que en cualquier momento nos asaltan o nos toca una bala pérdida”, compartió Jesús.

La inseguridad que azota a la región de Tecamachalco, gobernada en este momento por Morena y en el pasado por el panista Inés Saturnino Hidalgo, también preocupa a las madres de familia, quienes han ordenado a sus hijos adolescentes evitar las salidas nocturnas.

“Mis hijos sí me hacen caso y les he dicho: aquí te quedas y no sales, y sólo así, porque en las noches escuchamos a lo lejos los balazos. No hemos vistos nada, pero se escucha y lo mejor es estar en las casas”, narró Julia, sentada en una banca del zócalo con una nieve en la boca, acompañada de su pequeña hija.

 

Alrededor del zócalo, los restaurantes lucen semivacíos, los taxistas se quejan de que el pasaje les ha bajado en 30 por ciento porque la gente prefiere no salir y menos los jóvenes por la noche.

Hasta a los ambulantes les afecta la inseguridad, debido a que a partir de las cinco de la tarde tienen prohibido comercializar sus productos, explicaron fruteras del parque central de la cabecera municipal.

Sin embargo, el zócalo tiene vida. Las jacarandas que florecen en primavera dan sombra a algunos enamorados y a las mamás, quienes advierten el peligro de las balas perdidas. No obstante, este día irónicamente, motivaron a sus pequeños a participar en una rodada por el cuidado de la vida, del agua y las mascotas.

En distintos puntos del zócalo también están algunos hombres que intentan pasar inadvertidos y observan el movimiento de los que circulan por ahí.

Al fondo, se mantiene la presidencia municipal, cuya fachada deteriorada resta vida al zócalo protegido por árboles, testigos de la balacera que en meses anteriores enfrentaron los custodios del penal municipal, cuando hombres encapuchados y con armas largas, llegaron a bordo de tres camionetas a balear la comandancia para rescatar a unos detenidos. Así les recordaron quiénes tiene el control de la seguridad en Tecamachalco.