MONTERREY.- Doña Olga Guadalupe tiene unos 35 años de habitar en la colonia CROC, un populoso y peligroso sector del norte de Monterrey; su esposo recolecta basura en un carro de tracción animal, pero asegura que “no siempre tengo para comer”.
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En la misma colonia habita su hija Juana María y afirma que ambas familias llegaron y se apoderaron de las viviendas, que estaban abandonadas. “Nosotros le metimos, le hemos arreglado y pus aquí estamos, de vez en cuando llega un papel del Infonavit para cobrarnos. Los que estaban aquí la dejaron porque el sector esta feo”.
Ambas forman parte del alrededor de 200 mil familias que habitan irregularmente en Nuevo León, principalmente en la zona metropolitana, muchas de las cuales, pasan limitaciones económicas y no todas acceden a los principales servicios públicos.
En los últimos 10 años, Nuevo León ha sido el estado que más ha disminuido el porcentaje de población en pobreza extrema, al pasar de 118,700 personas en 2008 a 25,200 en 2018, lo que representó una baja de 78.7 por ciento, señalan a su vez las más recientes cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Nuevo León tiene el menor porcentaje de población en pobreza extrema, con el 0.5% en esa condición y según la última medición de Coneval la población en pobreza extrema en la entidad pasó de 0.6% en 2016 a 0.5% en 2018.
Coneval destaca que a nivel nacional la proporción de personas en situación de pobreza pasó de 44.4% en 2008 a 41.9% en 2018, y el número de personas en esta condición pasó de 12.3 millones en 2008 a 9.3 millones en 2018.
Eugenio Montiel, director de Fomento Metropolitano de Monterrey (Fomerrey) el organismo dedicado al asunto de la tierra, afirma que el problema de los predios irregulares es grave en la entidad, ya que suman unos 488 en todo Nuevo León, cada uno de ellos con un promedio de entre 300 y 500 familias.
La cifra es bastante importante, considerando que, a lo largo de los 45 años de existencia de Fomerrey, se han constituido 298 fraccionamientos, además, se han regularizado 142.
Es decir, imagínense que los 488 fueran factibles de regularizar; hay un universo muy importante por atender. Es una tarea que ha estado muy rezagada, que ha caminado muy lento y que tenemos que ponerle todo nuestro empeño a que suceda. Son predios de asentamientos completitos, no son lotes, en estospueden estar involucradas 300 o 500 familias
Detalla que, entre los predios irregulares más grandes, uno de ellos está localizado en la colonia CROC.
“Al poniente de la ciudad de Monterrey, en donde tan sólo, ahí, hay mil 600 predios sin regularización”.
Dichos predios, dijo, no tienen escritura o poseen dobles escrituras y eso se tendrá que solucionar.
“Todo eso requiere un análisis, una dirección y una ruta crítica que, insisto, no se tiene este análisis y eso es lo que estamos haciendo para determinar acciones a corto, mediano y largo plazo en el tema de regularización”.
Montiel Amoroso explica que hay sitios en donde la regularización no procede porque están en zonas de riesgo, como arroyos, ríos o bajo torres de alta tensión.
Ahora hay que buscar los acuerdos entre los poseedores y los propietarios legítimos de la tierra. “Si hay asentamientos irregulares es porque hay un dueño y no es el que lo habita; hay que buscar esa mediación de común acuerdo y con lo que la ley disponga se pueda llevar a cabo la regularización”.
Elizabeth Robledo tiene veinte años de habitar en un predio irregular al poniente de la zona conurbada, cuentan con energía eléctrica, drenaje y agua. “Estás bien, pero la inseguridad pega, aquí hay muchos malandros”, indica.
A mediados del 2029 murió Juanito, un líder del llamado “Pozo” en la colonia Industrial, que durante medio siglo luchó porque se regularizaran los predios de unas 600 familias. Nadie le hizo caso, ningún gobierno les solucionó. Los vecinos siguen ahí, ya hicieron derechos y sólo ellos entran al lugar, “porque quien es desconocido no pasa”, refiere una vecina.