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Violencia contra mujeres periodistas en México; la mirada de una periodista

El problema y tamaño de la agresión a las periodistas es paternalista, pues no explica por qué es diferenciado, ni por qué debía aplicarse una mirada de género

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Escrito en ESTADOS el

La periodista Sara Lovera, luego de un minucioso análisis que realizó a las recomendaciones realizadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos durante el periodo 2001-2017 en torno a las agresiones a periodistas, hace señalamientos que son el punto de partida de este texto:

La Recomendación general número 24, de fecha 8 febrero de 2016, tuvo un cambio de enfoque. Allí se hacen apuntes sobre el marco jurídico internacional, se acude a los fundamentos de las previsiones internacionales, se recoge la estadística de más de 15 años y, por primera vez, se hace mención a casos específicos. Las cifras son contundentes: 109 asesinatos; mil 49 expedientes de quejas e investigaciones; se dice que hay tres agresiones por día; 20 desapariciones de periodistas en ese mismo periodo. Se explican las agresiones a mujeres periodistas que empezaron a ser visibles a partir de 2010 y se reconocen como casos preocupantes. Se menciona el marco legal nacional e internacional que busca una vida sin violencia para las mujeres. 

Se podría decir que la visión de la CNDH sobre el problema y tamaño de la agresión a las periodistas es “paternalista”, pues no explica por qué es diferenciado, ni por qué debía aplicarse una mirada de género sobre todo al tratarse de una recomendación extensa que logra abarcar el historial estadístico de más de 15 años, donde no se ahorra líneas ni texto. Siendo una recomendación altamente didáctica, no veo por qué no se tomó una página más para exponer la diferencia entre agredir a una mujer o a un hombre periodista. 

Sin embargo, allí se recoge un párrafo textual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su numeral 34. La CIDH ha manifestado su preocupación ante la situación de las mujeres periodistas y los riesgos diferenciados que enfrentan por el ejercicio de la profesión en las Américas, de manera particular ha sostenido “la poca atención dada hasta ahora al fenómeno y los obstáculos evidenciados para su denuncia y comprensión”. Podría añadirse a esta omisión de la CNDH al no diferenciar agravios, casos y asesinatos por sexo, siendo guardiana de los derechos de las mujeres y de la transversalidad de género, que no se preocupa por usar un lenguaje inclusivo en su discurso. 

Y en una nota a pie de página, la periodista advierte que en un estudio publicado por Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) dejó claro que durante un largo tiempo en la Comisión no se vio a las mujeres periodistas.

En ese mismo texto, Lovera hace referencia a Artículo 19 y considera que esta organización civil ha hecho un mejor esfuerzo por mejorar su percepción hacia las agresiones que sufren las mujeres en el periodismo. 

La organización civil Artículo 19 ha venido mejorando su percepción de la participación femenina en el espacio periodístico y las agresiones que esta población ha sufrido. En su recuento del periodo 2009- 2015 registró un total de 356 agresiones contra mujeres periodistas en México, siete fueron asesinadas y tres permanecen en la calidad de desaparecidas. De acuerdo a los datos de este reporte, 2015 fue el año más violento con 84 agresiones. Hubo más agresiones en Ciudad de México con 76; Veracruz con 52 y Oaxaca con 27. Los principales actores fueron funcionarios. La forma de agredir a las mujeres, según el estudio que ella cita, fue a través de las amenazas (174) y las intimidaciones (82). Aunque, indica que en el ámbito digital la violencia hacia ellas creció, la característica de este tipo de agresión es el uso del lenguaje violento, descalificador, discriminatorio y misógino. El insulto más reiterativo es llamarlas “Feminazis”. Y destaca otra observación de Lovera sobre el tema:

La organización subraya que, por las características de los ataques, no solamente son violentadas por ejercer su derecho a la libertad de expresión sino, en muchos de los casos, “por reflejar acciones contrarias a un rol de género predeterminado por sus agresores, los cuales creen ostentar un poder sobre ellas para vulnerarlas de manera diferente”. ¿Qué quiere decir Artículo 19? En su informe no lo explica, pero puede suponerse que han sido discriminadas, maltratadas durante una cobertura de prensa; ofendidas o han recibido durante su trabajo algún tipo de hostigamiento o abuso sexual. 

Otra gran institución mencionada por la periodista es la Unesco, que en su informe señala durante el periodo de 2007-2012 fueron asesinadas 23 mujeres periodistas en el mundo, la causa principal fue estar en ambientes de guerra, aunque también advierte un tipo de violencia que se ha desarrollado con la aparición de las llamadas nuevas tecnologías: 

El estudio señala que, si bien las mujeres se han beneficiado considerablemente gracias al acceso a las comunicaciones a través de Internet, esta tecnología también facilita el ejercicio de nuevas formas de violencia como acoso cibernético, invasión de la privacidad, campañas de difamación, amenazas de violación, videos virales con violaciones, seducción y abuso a través del correo electrónico y los sitios web, entre otras amenazas. Se trata de un ambiente en línea particularmente difícil para las mujeres periodistas y todas las usuarias, pero especialmente para quienes cubren temáticas típicamente dominadas por los hombres: guerra, política, narcotráfico y conflictos sociales. 

En este recorrido, Sara Lovera señala un aspecto constante pero poco advertido en este tipo de estudios y análisis sobre la violencia contra periodistas:

Se puede observar, adicionalmente, que la mayoría de los grupos que monitorean esta problemática no desagregan los datos según sexo. Algunos de ellos han rastreado casos individuales de encarcelamiento o violencia contra mujeres periodistas y han registrado testimonios de mujeres víctimas a través de entrevistas. Pero no puede calcularse correctamente el conteo. 

Y un mes como marzo, con un día significativo como lo es el ocho, hay tantos temas de los cuales hablar, pero la constante es una preocupación por la violencia hacia las mujeres.



Elvira Hernández Carballido es doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Especialista en estudios de la mujer por el Colegio de México. Ha sido miembro y presidenta del jurado del Premio Nacional de Periodismo.

Ha recibido reconocimientos como el Premio Rosario Castellanos (1990) y Premio Periodismo por la Infancia (1991).

Documentos y Estudios de la Mujer (Demac) le otorgó dos menciones honoríficas: la primera por la biografía sobre mujeres periodistas del siglo XIX y la segunda por testimonio de vida. Por su trayectoria a favor de los derechos y la igualdad de género recibió en 2014 la medalla Omecihuatl por el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México.