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Villa Unión, un pueblo fantasma tras ataques de la Tropa del Infierno

La Fiscalía de Coahuila obtuvo 10 órdenes de aprehensión contra los presuntos responsables; comerciantes y vecinos viven con miedo

Escrito en ESTADOS el

A una semana de que 150 integrantes del Cártel del Noreste entraran a Villa Unión, Coahuila, las calles de este pueblo permanecen vacías.

Solo algunos comercios se arriesgan a abrir sus puertas, mientras un grupo de trabajadores realiza reparaciones al edificio de la presidencia municipal por los enormes orificios ocasionados por las balas.

Los habitantes de esta ciudad, poco más de seis mil personas, continúan sus días con miedo.

La policía municipal dejó de existir. Los únicos ocho agentes permanecen bajo resguardo. Militares realizan recorridos de vigilancia, no obstante, el temor permanece entre los policías estatales que contuvieron la irrupción que duró más de 50 minutos hasta que llegó el Mando Único de Allende.

Algunos habitantes afirman que el miedo se ha apoderado de Villa Unión, una localidad ubicada a 65 kilómetros de la frontera con Texas, tras el ataque que causó la muerte de al menos 23 personas.

Entre los 6,000 habitantes hay temor de que regrese la violencia como la ocurrida entre 2010 y 2013, cuando los sanguinarios Zetas reinaban la región con secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas.

Y estos días han sido un recordatorio de lo que ocurrió en 2011 a tan solo 20 kilómetros del lugar, en el municipio de Allende, cuando una venganza entre miembros de Los Zetas dejó al menos 70 muertos, un número indeterminado de desaparecidos y decenas de casas destruidas o quemadas sin que las autoridades hicieran nada para evitarlo.

“A un narcotraficante no le puedes dar un abrazo y que no te responda con un balazo”, dijo un expolicía local de Allende, que tuvo que huir junto con 14 miembros de su familia debido a las amenazas de Los Zetas.

“Es la única forma de repelerles, la única manera de evitar que estas personas vuelvan a entrar y gobernar nuestros municipios a balazos”. A su juicio, el ataque a Villa Unión es la muestra de que los criminales “quieren volver a apoderarse” de los pueblos.

El temor invadió incluso al propio obispo de la diócesis, Alonso Garza Treviño, quien acudió al pueblo a dar apoyo a sus feligreses.

“Siempre está el riesgo”, dijo. “Somos un territorio muy codiciado por muchos grupos”.

Homenaje a policías caídos

El jueves pasado, una salva en honor a cada uno de los cuatro elementos de seguridad caídos en el cumplimiento de su deber durante los enfrentamientos de Villa Unión -el pasado fin de semana-, fueron disparadas en los patios de la Secretaría de Seguridad Pública del estado.

La bandera de México y el Escudo de Armas del estado ondearon a media asta en señal de luto.

“Esta es la dimensión de nuestros elementos. Ésta es la fuerza de nuestras corporaciones. Este es el corazón y la casta de los coahuilenses, que lo entregan todo para defender a nuestro estado y proteger a lo que más a amamos, nuestras familias, nuestras hijas e hijos”, dijo el gobernador Miguel Riquelme.

Además, entregó 11 patrullas para la Policía de Reacción Inmediata Estatal para Villa Unión y municipios circunvecinos, así como 3 patrullas a la Policía Municipal.

Riquelme anunció la compra de 200 armas largas y 100 cortas a fin de reforzar el equipamiento de las corporaciones, que sumadas a la suma de esfuerzos del Estado y la Federación dan una exitosa.

Por otra parte, la Fiscalía de Coahuila obtuvo 10 órdenes de aprehensión contra los presuntos responsables de irrumpir la paz en Villa Unión.