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Vendió boletos de rifa de avión, pero no pudo pagar escuela de su hija

Hace un mes volvió a trabajar con la nueva normalidad, pero los estragos de la suspensión ocasionó que no le alcanzara para pagar universidad de su hija

Escrito en VERACRUZ el

Veracruz, Ver. – Cuatro meses estuvo cerrado el pequeño local de boletos de lotería de Sarahí, ubicado en el corazón del Centro Histórico de la ciudad de Veracruz. La pandemia de covid-19 obligó a suspender las ventas, dejándola sin el único ingreso que obtenía para mantener a su familia.

Hace apenas un mes que volvió a retomar actividades bajo la nueva normalidad, al igual que los demás locales que se encuentran en el primer cuadro de la ciudad de Veracruz.

Sin embargo, los estragos de la suspensión de los trabajos no esenciales como medida para controlar la propagación del virus a mediados de marzo, ocasionó que no le alcanzara para cubrir el pago de la universidad de su hija mayor.

Los ahorros que tenía los invirtió en los gastos del diario, por lo que al comenzar el semestre no contaba con el suficiente dinero para pagar la colegiatura, fue también ese el principal motivo por el cual, pese al miedo del contagio, decidió volver a trabajar. 

Mientras acomoda una hilera de boletos que esperan la llegada de los clientes, comentó que las ventas siguen sin mejorar, a principios del mes de agosto solo alcanzó 30 por ciento de lo que normalmente vendía.

Con todo y la rifa de los boletos del avión presidencial, relató que apenas y alcanza a ganar 50 por ciento sobre lo invertido, lo que destina a deudas y gastos en su casa.

Aunado a esto, como no tenía suficiente dinero para invertir en los boletos de la compra de la rifa del avión, no logró vender la cantidad que le solicitaban sus clientes.

Con un letrero que se encuentra pegado frente al local, demuestra la demanda que estos boletos tuvieron entre la población.

“Mi forma de vender fue apuntar teléfonos y cuando ya tenía el dinero para comprar los boletos les hablaba a los clientes para que vinieran. Así es como no perdí a esos clientes”, comentó.

El temor de volver a cerrar invade todos los días a Sarahí

La mayoría de sus clientes frecuentes tomaron una pausa en la compra de los boletos, a causa del desempleo, algunos apenas están regresando, pero ya no se llevan la misma cantidad que antes de la pandemia, dijo Sarahí.

A pesar de que espera recuperar sus ventas en los próximos días, afirmó que el temor de que vuelvan a cerrar los negocios no esenciales es constante, ya que admite que esta vez no tendrá cómo sobrevivir, pues los pocos ahorros que tenían ella y su esposo se terminaron.

Como consecuencia de este paro de actividades tuvo que hacer ajustes entre las personas que trabajaban junto con ella, ya que al no tener el suficiente ingreso no puede costear el sueldo que le daba a sus dos empleados.

“Nos estamos turnando, un día viene una señorita que me ayuda y al siguen yo, así para que ella no gaste en carros, ya que no hay suficiente venta”, comentó.

Verónica vende botellas para comprar sus boletos de lotería

Con una bolsa negra de botellas de plástico que sostienen en la mano, llegó Verónica su primera clienta, minuciosamente observa el aparador donde están colocados en una hilera los “Cachitos”, los Tris y “Rascaditos”.

Para comprar sus boletos ella junta botellas de plástico, latas y cualquier cosa que se pueda reciclar y así juntar para comprarse al menos 100 de estos sorteos, con la esperanza de poder ganar alguno de estos premios en efectivos que ofrecen.

Comentó que ya un par de veces ha logrado ganar premios de hasta 6 mil pesos, que los ocupa para pagar la comida o deudas atrasadas que tiene, es por eso que siempre asiste al mismo lugar, para ver si de nueva cuenta "le pega al gordo".

Mientras los demás clientes llegan solicitando el boleto de la rifa del avión, Verónica dice que ella no lo va a comprar pues sus posibilidades económicas no se lo permiten.

Por eso solo compra los que tienen un valor de cinco o 10 pesos, pero ahora debido a la situación económica solo adquirirá los que valen un peso.

Al igual que Verónica otras cinco personas más que se encuentran formadas en fila, esperan con ansias poderse ganar uno de los tantos premios, la mayoría admite que lo ocuparían para pagar las deudas que la pandemia del covid les generó.

ygr