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Universidad Autónoma de Yucatán ignora a víctima de abuso sexual durante 2 años

Estefanía fue abusada en un Centro de Rehabilitación donde hacía prácticas profesionales y a pesar de denunciar, la Universidad de Yucatán no hizo nada

Escrito en ESTADOS el

MÉRIDA.- En 2019, durante sus prácticas profesionales en el Centro de Rehabilitación Arca de Noé A.C., Estefanía Balam Campos fue víctima de abuso sexual. La joven estudiaba la licenciatura de Nutrición de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Un día después del horror que vivió, pidió ayuda a la docente encargada de las prácticas profesionales, María del Rosario Barradas Castillo, pero la ignoró y minimizó los hechos. 

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Sin embargo, la joven decidió contar su historia a través de sus redes sociales. En una publicación detalló que, en febrero del 2019, su jefa directa en el Centro de Rehabilitación, Adda.P.V y su pareja David.E.G., la encerraron en una habitación para abusar de ella.

Me llevaron a su cuarto, me encerraron, me obligaron, me besaron, fue horrible, abusaron de mí y yo no sabía qué hacer. Fui a decirle a la responsable de prácticas y lo único que me dijo que como mamá me aconsejaría que denuncie

La docente encargada de las prácticas cambió a Estefanía de sede, la puso a revisar materiales educativos en la Facultad de Medicina. Nunca canalizó la denuncia de la joven y, de hecho, la UADY aun envía estudiantes de diferentes carreras al Arca de Noé para hacer sus prácticas.

Y aunque en aquel entonces la estudiante solicitó una junta con el director de la Facultad de Medicina, Carlos José Castro Sansores, y la coordinadora de la licenciatura de Nutrición, Alina Dioné Marín Cárdenas, fue hasta 2020 que logró ser escuchada, después que estudiantes denunciaran en un tendedero los casos de acoso sexual.

“La responsable de prácticas lo único que me dijo es que como mamá me aconsejaba que denunciara. Me mandó con la psicóloga de la escuela y fui dos veces, porque dijo que no fue abuso sexual ¿Cómo chingados no va a ser abuso sexual?”, fue el reclamo de la joven durante una junta que tuvo con el director de la Facultad de Medicina, Carlos José Castro Sansores. 

También expresó su enojo, pues la docente María Barradas le confesó que no verifican los lugares donde envían a los estudiantes a hacer sus prácticas.

Dijo que no revisan el lugar donde nos envían, que solo mandan solicitud y que piensan que es bueno para los estudiantes ¿Cómo chingados no van a revisarlo? Es una institución que se supone tiene prestigio. Aquí no hay prestigio, porque no defienden al alumno, no les importa porque no hicieron nada

PONEN EN MARCHA PROTOCOLO… UNA ENCUESTA

Tras el encuentro, la directiva de la Facultad de Medicina puso en marcha una encuesta para evaluar el trabajo de la docente María. El grupo no estuvo conforme, pues este mecanismo no era suficiente para exponer todas sus inconformidades.

Además, otro de los reclamos de los estudiantes es que el discurso que puso en riesgo a Estefanía, y a todos, es que a partir del inicio de las prácticas deben obedecer en todo a la Institución donde ingresan. A la joven, su jefa y agresora sexual le pidió ir por la tarde, fuera de su horario de prácticas.

El primer día de prácticas tuvimos una junta grupal, nos dijo que pertenecemos a las instituciones, que si no podían acudir fuera del horario y días estipulados por el calendario escolar, nuestro deber era ir sin objeciones

Luego de la encuesta, el 13 de mayo, los estudiantes hicieron un escrito para solicitar una junta presencial y abordar mejor la situación. Nunca tuvieron respuesta. 

El 30 de junio enviaron otra carta a la dirección de la Facultad y el 1 de julio les respondieron por correo, les solicitaron la evidencia del primer escrito. Ese mismo día, la coordinadora Alina Marín llamó al jefe de grupo para confirmar la reunión, pero nunca acordó la fecha.

EGRESADOS YA NO SON ESCUCHADOS

Para el 31 de agosto le comunicaron a la coordinadora Alina que buscarían el diálogo con el director. Estaban cansados de ser ignorados. En respuesta, el director les envió un mensaje vía Whatsapp a través del número de Alina.

“Ustedes en su calidad de egresados (exalumnos) han concluido esta parte de la formación y ya no son alumnos de la facultad, por lo que comprenderán con quien tengo que darle seguimiento a esta problemática es con alumnos vigentes”, se lee en el texto.

La UADY ignoró durante más de un año la solicitud de ayuda de Estefanía y el director de la Facultad de Medicina, Carlos José Castro Sansores, quien escuchó de voz de la joven el abuso sexual que vivió, simplemente decidió cerrar la carpeta con la excusa que ya egresó de la Universidad.

En la junta de 2020 con el director Castro Sansores, ella externó sus temores. “Tuve miedo, estuve esperando un año para contar esto, tenía miedo que me truncaron la posibilidad de salir de aquí, pero ya no tengo miedo. Lo que sea que me van a hacer háganlo", dijo Estefanía.

Cabe mencionar que la joven intentó denunciar ante las autoridades correspondientes, pero los abogados a los que acudió le comentaron que era poco probable llevar ante la justicia a sus abusadores sexuales. 

ESTEFANÍA ES RESPALDADA POR COLECTIVO

La colectiva UADY Sin Acoso se pronunció sobre el tema y en un comunicado reiteró que Estefanía denunció en tiempo y forma ante las autoridades académicas, por lo que, aunque haya egresado sigue siendo responsabilidad de la Universidad. 

También señalaron que el Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género, Discriminación, Hostigamiento, Acoso y Abuso Sexuales de la UADY y el Código Penal de Yucatán contemplan como abuso sexual encerrar a una persona en una habitación para hacerle actos sexuales no consensuados.

Además, le recordaron a la directiva de la UADY que minimizar la denuncia y esperar que pase tiempo para no resolverlo es violencia institucional. Y otra de las cuestiones externaron más preocupa es que, la Facultad de Medicina continúe enviando estudiantes para realizar sus prácticas profesionales en el Centro de Rehabilitación Arca de Noé A.C.

RECUERDAN EL CASO DE KARLA

El 15 de septiembre, Karla Jhaquelin Gutiérrez perdió la vida mientras realizaba su servicio social en el centro de salud del municipio de Tahdziú. La versión oficial es que cometió suicidio; sin embargo, su madre la señora María Guadalupe Ku Cobá relató que su hija sufrió ataques de ansiedad y fue obligada a vivir en la precariedad. 

Además, ocurrieron situaciones que la pusieron en peligro, la joven las notificó a la UADY, pero nunca la escucharon. Llama la atención que Karla era pasante de medicina, pertenecía a la misma facultad que Estefanía y ocurrió durante su servicio social.


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