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Una larga noche en Juchitán ante miedo de nuevo sismo

Los istmeños no han podido recuperar el sueño desde aquella noche del 7 de septiembre cuando el crujido de la tierra cimbró más de 50 mil viviendas

Escrito en ESTADOS el

OAXACA, Oaxaca (La Silla Rota).- El silencio ronda por las calles y avenidas de Juchitán de Zaragoza, solo se perciben  murmuros y se tratan de plegarias entre sus habitantes, para que después de una larga noche puedan ver la luz del siguiente día.

Los istmeños no han podido recuperar el sueño desde aquella noche del 7 de septiembre cuando el crujido de la tierra cimbró más de 50 mil viviendas, derribó en segundos de 12 mil casas y terminó con la vida de 78 personas.

La zozobra se siente a flor de piel, los que perdieron todo viven, duermen y comen en la calle, hoy su mejor refugio; y el resto, cuyas viviendas resistieron la sacudida han optado por salir y vivir a las afueras de sus casas, donde no hay peligro que sus paredes puedan caerles encima.

Desde el pasado 7 a la fecha más de 4 mil 400 réplicas se han registrado, algunas cada dos minutos, pero el sábado cuando el movimiento de 6.1 grados, la más fuerte de las manifestaciones que le han continuado al terremoto de 8.2 grados, regresó el pavor entre los habitantes de esta región.

Por si no fuera poco, al desastre por el terremoto se le ha sumado fuertes lluvias que hace dos noches inundaron los pequeños refugios de los damnificados, “nos llueve sobre mojado”, dice Catalina Robledo que perdió todo su patrimonio.

“Tenemos miedo, mucho miedo, estoy ya no es vida, cada ruido, movimiento del aire pensamos que se trata de un nuevo temblor”, dice uno de los vecinos de la séptima sección de Juchitán que no se despega de su mecedora día y noche.

Una mujer que apenas y siente un movimiento de la tierra, se coloca en medio de la calle, alza los brazos con dirección al cielo, cierra los ojos y en voz baja repite: “Santo Dios, bendícenos a todos, no permitas que esto continúe, perdónanos por el mal que hemos hecho y regresa la tierra a su lugar”.

Así viven día y noche los juchitecos, a quienes el pasado 7 de septiembre la tragedia entró por debajo de la tierra y en segundos terminó con lo que más querían, la vida de sus familiares y el patrimonio de su vida.


kach