Luego de las multitudinarias protestas que se vivieron en la capital de Jalisco en contra de la violencia machista, la Universidad de Guadalajara (UdeG) informó que las consignas que las mujeres plasmaron en muros y pisos del edificio de Rectoría General y el Museo de las Artes (MUSA), no serán borradas hasta completar la debida documentación de las mismas.
(Foto: Carolina Solís)
A través de un comunicado, la Universidad dijo que el propósito es que se dé a conocer y atender cada una de las denuncias e ideas de las manifestaciones.
“Esta casa de estudios escuchará cada palabra consignada en las paredes y pisos de sus espacios”, señaló.
Además señaló que se respetará la libre expresión de las manifestaciones y su sentir con respecto a los casos de violencia que se ha manifestado al interior de la institución.
Durante la protesta del domingo 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, mujeres plasmaron su enojo en las paredes y edificios y comercios.
Aunque todo transcurría tranquilo, en la Rectoría de la UdeG la irá de las mujeres explotó.
Según información de El Debate las mujeres reprochaban los múltiples casos de acoso, hostigamiento y abuso sexual a alumnas y maestras por parte de estudiantes y docentes.
Según la Defensoría de Derechos Universitarios hay más de 30 denuncias en proceso, tanto en prepa como en universidad.
Por estos hechos, frente a Rectoría, hubo pintas, gritos de repudio, de rechazo.
La pintura alcanzó a la estatua de Fray Antonio Alcalde y una mujer se puso enfrente para defenderlo.
Participantes de la #Marcha8M grafitearon la escultura de Constancio Hernández Alvirde, doctor Honoris Causa de la UDG; así como de Fray Antonio Alcalde. A ambos les pintaron paños verde. A la par manifestante gritaban "UdG encubre violadores. Fuera violadores de la Universidad" pic.twitter.com/UbYTlnWUju— Elizabeth Ibal (@ely_ibal) March 9, 2020
Con los brazos en cruz y un rosario en la mano derecha, la mujer trataba de impedir que grafitearan la efigie del fraile.
Esto provocó enfrentamientos entre las manifestantes y la mujer. Se hicieron de palabras, de empujones e incluso de golpes y jalones de cabello.
Durante la protesta no se registró ningún otro acto de violencia.