Ciudad de México (La Silla) .- La noche empezaba a caer en la bulliciosa Ciudad de Veracruz. El ruido por el paso del ferrocarril y el de las grúas cargueras del recinto portuario quedó rebasado por sirenas, rechinidos de llantas y motores de camiones Hummer que rodeaban las oficinas de la Dirección de Tránsito Municipal.
Era el 3 de junio de 2009, decenas de Policías Federales y del Ejército Mexicano tomaron la sede de los agentes viales ubicada en la avenida Montesinos, del Centro Histórico, a uno pasos de donde se dieron los primeros enfrentamientos armados entre veracruzanos y la Marina estadounidense, en la invasión de 1914.
En segundos, las calles aledañas estaban cerradas por los militares, otros soldados ya habían ingresado para asegurar a más de 80 oficiales de Tránsito que estaban en el cambio de turno, el rumor se corría por todo Veracruz y los curiosos llegaban para ver de cerca las detenciones de quienes, por mucho tiempo, consideraron verdugos de la ciudadanía, por imponer infracciones a diestra y siniestra.
Era la primera intervención de las fuerzas del orden a una corporación municipal, sin embargo, no sería la única, vinieron en los años siguientes por lo menos otras dos más, todas relacionadas con la sospecha de contubernio entre esos elementos y el crimen organizado.
Ese 3 de junio, la orden venía desde la Ciudad de México. El Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa estaba empecinado en encontrar a Francisco Serrano Aramoni, Administrador de la Aduana Marítima de Veracruz, desaparecido desde el 1 de junio de 2009.
Las autoridades de la Procuraduría General de la República tenían en su poder videos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Administración Portuaria Integral que daban cuenta como el funcionario del puerto fue privado de su libertad en el Puente Morelos, del centro jarocho.
Las imágenes revelaban que en el operativo del levantón habían participado patrullas de Tránsito de Veracruz, por eso es que la Secretaría de la Defensa Nacional decidió intervenir a los turnos vespertino y nocturno.
Con los días el número de detenidos pasó de 80 a 46. Más tarde, el 5 de junio, se dio a conocer que la PGR solo arraigaría al director, Héctor Peñafiel y otros seis de sus agentes.
En agosto de ese mismo año, se dio a conocer la detención de los implicados en el secuestro de Aramoni, cuyo cuerpo sigue sin aparecer, eran Ricardo Elvira Ramón, lugarteniente de Braulio Arellano Rodríguez, El Gonzo, quien era líder de Los Zetas en Veracruz.
Los demás detenidos eran: Pedro Hernández Rivera, escolta de Ricardo Elvira, y los agentes de Tránsito municipal de Veracruz, Hugo Herrera González y Miguel Ángel Villa Martínez, además del perito de esa misma corporación, Arturo Hernández Leal.
Peñafiel fue dejado en libertad por su inocencia y en la actualidad en uno de los activos más importantes del Partido Verde Ecologista de México en la zona conurbada.
Se unen al hampa
Sin embargo, esa no es la única ocasión que personal emanado de Tránsito de Veracruz está envuelto en hechos criminales. En septiembre de ese mismo año la Secretaría de Marina Armada de México detuvo a uno de los mandos de la corporación vial.
Se trataba de José Osiris Cruz Cabrera, detenido por sus presuntos vínculos con el Cartel de los Zetas y por participar también en la desaparición de Aramoni.
El mando fue arrestado junto con otras 11 personas entre ellas su suegra, la entonces regidora del ayuntamiento de Veracruz por el PAN, Guadalupe Torres Rivadeira.
En el 2013, varios diarios de circulación local informaron sobre la muerte de Juan Carlos Carranza Saavedra, alías El Ñaca, identificado como el líder máximo del Cartel de Jalisco Nueva Generación, en el estado de Veracruz.
Se detallaba que el presunto delincuente fue asesinado en Zapopan, en mayo de ese año. El señalado era conocido en el Puerto Jarocho por haber servido durante muchos años a la Dirección de Tránsito Municipal, al igual que los anteriores.
Tras esas detenciones llegaron varios atentados en contra de oficiales en activo. Hasta ahora las autoridades no han dado una cifra oficial de las bajas que se han registrado en la corporación.
Sin embargo, según recuentos dados a conocer por medios del puerto, del 2009 a la fecha han muerto en hechos violentos, por lo menos, unos 10 oficiales.
Los últimos casos se dieron en noviembre de 2015, cuando sicarios mataron al Director de Transporte Público, de Tránsito Estatal, cuando comía con un líder transportista en Antón Lizardo, en Alvarado. En esos hechos fallecieron otras cuatro personas, escoltas del funcionario.
Días mas tarde, otros dos agentes viales fueron privados de su libertad y luego encontrados muertos con mensajes involucrándolos con el crimen organizado. Ambos elementos formaban parte de la avanzada del exgobernador, Javier Duarte de Ochoa, preso en Guatemala.
Ya en el mandato del actual gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ha intervenido dos veces las oficinas de Tránsito de la ciudad de Veracruz, ahora ya dependiente del gobierno estatal y no del municipal como parte de la instauración del Mando Único.
En enero de este 2017, la Fuerza Civil del Estado detuvo y cesó a 15 de agentes viales por sus presuntos malos manejos dentro de la función pública, además de que los mandos de más de 72 delegaciones en el estado fueron dados de baja.