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Tradiciones que dañan: por cohetes Valeria convulsionó todo un día

Valeria, quien vive con daño cerebral e hipersensibilidad al oído, convulsionó por los cohetes lanzados por guadalupanos el 12 de diciembre

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Uno tras otro, desde las tres de la madrugada, comenzaron a escucharse los estruendos de los cohetes que lanzaron feligreses de la Virgen de Guadalupe el pasado 12 de diciembre. Inmediatamente, Valeria, una joven de 21 años con lesión cerebral e hipersensible al sonido, comenzó a convulsionarse.

Rápidamente, Patricia Obregón Montes, su mamá, le colocó unos audífonos especiales que compraron para reducir 50 por ciento del ruido ambiental, la aisló en el cuarto más lejano de su casa y se estuvo con ella hasta que por la mañana pudo conciliar el sueño… sin embargo, durante el día continuaron los cohetes y las convulsiones.

Fue un día pesado, comentó Patricia Obregón a La Silla Rota Hidalgo, quien junto con Valeria, viven en la colonia Francisco I. Madero, municipio de Cuautepec de Hinojosa, justo a un lado de una capilla de la Virgen de Guadalupe.

“Estas temporadas decembrinas son difíciles no solo para mi hija, sino también para muchos niños que son hipersensibles a los ruidos repentinos, pues tradicionalmente se festeja tronando cohetes. Esto también afecta a los animalitos y, desde luego, al medioambiente”, indica Patricia Obregón, quien además es la presidenta del Centro de Atención a Niños con Lesión Cerebral Valeria A. C.

Su hija, Valeria, nació sana. Sin embargo, a los tres días sufrió un daño neurológico severo, una septicemia multifactorial, es decir una infección en sangre que le afectó al cerebro y comprometió su salud para toda su vida.

En estas fechas lo que hacemos es no salir porque en cualquier momento nos puede agarrar el coheterío. Ese día (12de diciembre) Valeria tuvo muchas convulsiones en el día y cuando logró estabilizarse un poquito, como a las 4 de la tarde que estaba comiendo, otra vez comenzaron los cohetes y se volvió a convulsionar”.

En vísperas de Navidad y Año Nuevo, hizo un llamado a la población y a las autoridades a ser más empáticos y comprensibles para no afectar a personas vulnerables a los ruidos incluso a los animalitos.

Yo vivo frente a un refugio de perros. El 12 de diciembre también se espantaron mucho, incluso, comenzaron a pelearse entre ellos, estaban totalmente alterados por el ruido de los cohetes”.

Por ello, pidió que estas actividades puedan ser reguladas pues “afectan al medio ambiente, a los animales, a las personas sensibles, adultos mayores, niños con daños neurológicos, bebés e incluso, a cualquier persona común que está en la tranquilidad de su casa y cuando menos siente, son alterados por los fuertes sonidos”, expresó.

El próximo 27 de diciembre, el Centro de Atención a Niños con Lesión Cerebral Valeria A. C. cumplirá diez años. Actualmente, atienden a 30 familias con niños con daño neurológico que va desde leve hasta severos como Valeria.

Además de ayudar a las personas que padecen estos daños, también dan contención a “sus “cuidadores primarios”, es decir, sus mamás quienes suelen estar estresadas debido a la excesiva carga de trabajo, no solo de cuidar a sus hijos, sino las necesidades de un hogar.

Ojalá y puedan ponerse en nuestros zapatos y sepan que puede haber afectaciones por estas prácticas… quizá estas las ven ‘de lejitos’ y la gente piensa que está exenta. Si podemos llegar a las autoridades y que se pueda regular, tanto en la arquidiócesis o también en gobierno, es un trabajo conjunto entre gobierno, sociedad, organización civil y ciudadanos. Yo, simplemente, no puedo festejar causándole daño a otra persona”.


sjl