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Totontepec, el municipio que le cerró la puerta a la comida chatarra

A pesar de ser un municipio de la esperanza, Totontepec no sólo se blinda del covid, sino de la comida chatarra prohibiendo el paso a todos los distribuidores

Escrito en ESTADOS el

Dos días antes del anuncio del gobierno federal para el retorno a la “nueva normalidad” en los “municipios de la esperanza”, Totontepec Villa de Morelos, ubicado en la Sierra Norte de Oaxaca, lejos de pensar en relajar sus medidas de sanidad, decidió endurecerlas y agregarles un elemento esencial para mantener la salud de su población: prohibir el acceso de productos chatarras y bebidas alcohólicas.

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Los anaqueles de Sabritas quedaron vacíos, lo mismo los refrigeradores de Coca-Cola. “Las empresas no aportan nada a la comunidad más que enfermedad y basura”, expresa Toribio Bravo Reyes, edil de la localidad a manera de explicar una de las razones que los llevó a cerrarles el acceso.

Con fecha 11 de mayo la autoridad municipal emitió una circular en la que prohibía el acceso a las empresas repartidoras de “Coca-Cola, Bimbo, Gamesa, Sabritas, Barcel, Pepsi y todo tipo de marcas de bebidas alcohólicas. Solo podrán entrar y salir de la comunidad proveedores de frutas y verduras”, subrayó.

Aunque drástica, la medida fue considerada necesaria para evitar algún caso positivo de Covid-19, pues justo el 10 de mayo, Tamazulapam del Espíritu Santo, población colindante registraba su primer contagio.

“La población ha tomado dichas medidas con seriedad, se ha instalado vigilancia para confirmar que se cumplan los lineamientos establecidos”, indicó.

Esta determinación, entre otras asumidas como parte de las medidas sanitarias por el Covid-19, lleva tres sentidos: por un lado, evitar el acceso a la localidad de personas ajenas a ésta; por otro eliminar malos hábitos alimenticios a fin de que la población tenga buena salud para enfrentar alguna enfermedad; y tres, fortalecer la economía interna pues el haber suprimido los refrescos y botanas embolsadas, ha llevado a sus habitantes a consumir frutas y verduras que se producen en el lugar y los municipios vecinos. En el camino, otro beneficio más se sumó: la reducción de basura.

“Los sabriteros y refresqueros no aportan nada positivo a la localidad, ni siquiera un bote para tirar la basura que generan, en cambio quienes vienen a vender sus frutas y verduras al mercado sí lo hacen, dan su aportación y además se refuerza el consumo local”, indicó.

Así, mientras que la pandemia avanza en la capital del estado con 51 casos nuevos tan sólo de martes a miércoles, Totontepec, ayuntamiento establecido en la Sierra Norte, sin ningún caso de coronavirus, no sólo ha extremado precauciones para evitar un posible brote, sino que ha sentado las condiciones para una nueva normalidad, que requiere de cambios en sus hábitos alimenticios para evitar la obesidad, diabetes, hipertensión y todas aquellas enfermedades que coloca a las personas en vulnerabilidad ante el Covid-19.

Hasta antes de esta restricción, los camiones repartidores llegaban cada 15 días a surtir las tienditas, lo mismo las repartidoras cerveceras con las consecuentes afectaciones. De acuerdo con el edil, la basura ha disminuido en un 30 por ciento hasta este momento.

La idea -agregó- es que la medida se mantenga de manera permanente aun cuando se levante el cerco sanitario. El reto -dijo- es que al ser un municipio de usos y costumbres cuya autoridad permanece durante un año en el cargo, las próximas autoridades mantengan esta medida.

La penetración de alimentos procesados y ultraprocesados en cada rincón de la entidad está conduciendo a la extinción de los alimentos nativos en las comunidades indígenas y rurales de Oaxaca, con consecuencias graves en la salud de la población.

Estudios realizados por Aleyda Pérez Herrera, doctora en nutrigenómica e investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIDDIR) Oaxaca, señalan que en las comunidades Benito Juárez y Yuvila, región de la Sierra Juárez, producto de la adopción de dietas occidentalizadas la población hay presencia de enfermedades como obesidad, diabetes, colesterol alto.  

La población consume cada vez menos alimentos como hongos silvestres, guayaba, chía, cacahuate, aguacate y tomate verde de milpa.

En su lugar han introducido el consumo de bebidas carbonatadas, es decir refrescos, bocaditos dulces o salados, helado, confitería, margarinas y untables, galletas, pasteles y tartas, barras de cereal, bebidas con sabor a fruta, entre otras.


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