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Texanos cruzan a Tamaulipas para dar clases a hijos de migrantes

Felicia Rangel, coordinadora del programa educativo, explica que a los niños se les enseña inglés, matemáticas, artes y para ello se les imparten materiales

Escrito en ESTADOS el

CD. VICTORIA.- Marcel Junot, tiene ocho años y es uno de los niños haitianos que se encuentran en albergues para migrantes de Reynosa, hasta donde una agrupación estadounidense les imparte clases de diferentes materias, principalmente la enseñanza del idioma inglés.

Para las clases se prioriza a niños de siete a 15 años de edad, pero no se les niega a los adultos que lo solicitan.

Felicia Rangel, coordinadora del programa educativo, explica que a los niños se les enseña inglés, matemáticas, artes y para ello se les imparten materiales como cuadernos, lápices, plumas, colores y libros de cuentos, para colorear.

“No sabemos si estos niños podrán pasar a Estados Unidos, pero no deben sufrir la injusticia de vivir en la ignorancia que puede ser una de las mayores injusticias pues no podrán obtener un empleo, no podrán defenderse”, menciona.

Luca Gómez, de 20 años, es uno de los maestros, es texano, hijo de padres mexicanos, platica que le gusta a dar clases. “Estoy estudiando para ser maestro, maestro de matemáticas. Para mi dar clases  es como una forma de poder ayudar a las personas”.

“Son niños que vienen de condiciones muy graves, difíciles. Me han platicado de la miseria que vivían en su país y se salen las lágrimas”, añade.

OFRECEN EMPLEO

La organización estadounidense también ofrece empleo a los migrantes que tengan formación magisterial para que también impartan clases. Para ello además del material didáctico se les proporcionan una laptop para recibir desde Estados Unidos asesoría en la enseñanza.

Gómez continua diciendo que los niños llegan al módulo o lo que ellos llaman escuela una hora antes de iniciar la clase y se van una hora después pues quieren seguir aprendiendo. “Tienen mucho entusiasmo muchas ganas de aprender. “Para que se diviertan y aprendan les ponemos caricaturas en inglés. Con juegos les vamos enseñando a leer y escribir, hablar en inglés para que si sus padres no logran entrar a Estados Unidos al menos puedan llevarse algo que es valioso importante que es la educación, el aprendizaje”.

A cada uno de estos módulos asisten más de 30 niños migrantes, pero también otros tantos adultos que quieren aprender a leer y escribir, aprender inglés. “Debido al desconocimiento del idioma hay migrantes los cuales son víctimas de abusos por parte de patrones que los contratan para efectuar trabajos, pero su necesidad es mucha”, indicó Gómez.

Marcel abraza los cuadernos, los colores y sonríe más cuando Luca mete la mano a su mochila pasar dulces y barras de chocolate que reparte entre los niños. Todos los niños piden un chocolate más para compartir con sus papás.

 “No sabemos si podrán ingresar a Estados Unidos, si pronto tendrán un trabajo, en donde vivir pero hemos venido a enseñarles para que su viaje no se ha inútil que se puedan llevar algo y aprender a leer y escribir es algo muy valioso”.

Felicia Rangel insiste en que ello es su forma de ayudar a los migrantes a que su situación pueda ser menos difícil pues por su ignorancia son objeto de atropellos.

Luca les dice a los niños que si quieren aprender a jugar futbol americano. Entonces es el griterío y les promete que mañana traerá un balón.

“Allá hacíamos una pelota de papeles y trapos”. Ellos contentos de comer chocolates, de jugar de mañana, de aprender inglés.

esc