TIJUANA.- El campamento de migrantes que esperan en la garita internacional de Tijuana para ser recibidos en Estados Unidos y solicitar asilo político sigue creciendo y las autoridades aún no tienen claro cómo disolverlo.
Las lluvias regresaron esta semana y también visitó la ciudad Alejandro Encinas, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, quien dijo que siguen apostando por convencerlos de retirarse.
“Nada va a hacerse por medio de la coerción o de la fuerza, tiene que haber entendimiento, tiene que haber acuerdo, respetar sus derechos”.
El funcionario federal fue entrevistado luego de inaugurar en la parte norte del municipio una oficina de atención de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), y dijo que antes de ese acto oficial conoció el campamento de la garita El Chaparral.
Actualmente la explanada de ese cruce internacional tiene más de 100 casas de campaña, algunas con hasta 10 personas cada una, y estimaciones no oficiales calculan más de 500 personas entre adultos y menores de edad, lo que significa un aumento del 100% en un lapso de tres semanas.
Mientras tanto, la Secretaría del Trabajo a nivel federal paga la renta de una nave industrial en la zona este de Tijuana desde la llegada de las primeras caravanas de centroamericanos, pero nunca ha pasado de unas decenas de albergados.
Los migrantes consideran que el lugar está muy alejado de la frontera (se encuentra aproximadamente a una hora de la franja fronteriza en transporte público), y por eso no acuden.
El subsecretario Alejandro Encinas dijo que la disyuntiva siempre ha sido la ubicación de los albergues de gobierno en la frontera norte, y dejó ver que por ahora no hay planes para habilitar otro espacio más cerca del cruce internacional para convencer a los migrantes de acudir.
“El convencimiento para que se ocupe el albergue es el primer paso que vamos a dar. Si hubiera condiciones en otro lugar más favorable, por su puesto que lo atenderemos”, anotó.