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Suman 10 intentos de linchamiento en Oaxaca este año

Tras la crisis de seguridad y falta de justicia, durante el 2020 se han registrado 10 intentos de linchamientos en Oaxaca, mientras que uno se consumó.

Escrito en ESTADOS el

OAXACA. - Su cuerpo se quedó sin fuerza, la boca sangrando abundantemente mientras suplica por agua. Esta rodeado, amarrado, de rodillas con el cuerpo semidesnudo en medio del griterío que le lanza el hartazgo en una frase: “Ya estamos hasta la madre de ustedes” 

El intento de linchamiento contra un adolescente de 17 años de edad señalado por el robo de una motocicleta, ocurrió el pasado 4 de septiembre en la agencia de Santiaguito en el municipio de San Lorenzo Cacaotepec, Oaxaca, entidad del país donde, ante la crisis de justicia y seguridad, impera la “Ley de Talión”.

Con 10 intentos de linchamiento y un linchamiento cometido en el primer semestre de 2020, el estado sureño es la entidad que encabeza en el país por número de casos de la llamada “justicia popular” o justicia por propia mano de acuerdo con los registros de la asociación Civil Causa Común.

Linchamiento en Tlaxiaco, Oaxaca (Cuartoscuro)

En su documento "Galería del horror: atrocidades registradas durante el primer semestre del 2020”, detalla que en ese lapso fueron registrados 41 intentos de linchamientos en México: Oaxaca con 10, Puebla con 9, Estado de México 8, Tlaxcala 4, Morelos con 3, y uno cada uno los estados de Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Hidalgo, Quintana Roo y Veracruz.

Los 11 linchamientos consumados ocurrieron tres en Puebla, 2 Estado de México y con uno cada uno, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí y Veracruz.

Los datos recopilados por Causa Común a partir de notas hemerográficas a lo largo de los primeros meses del año, no son las únicas que muestran la crisis que ha llevado a Oaxaca a la aplicación de justicia por mano propia.

El Informe Especial sobre los Linchamientos en Territorio Nacional realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indica que en 30 años (1988 a 2018) en el estado ocurrieron 60 linchamientos, entre tentativa y ejecución, de los cuales 35 correspondieron a los últimos cinco años de ese periodo. 

“Los linchamientos son actos ilícitos, que constituyen una de las expresiones más graves de la crisis que en materia de inseguridad, violencia e impunidad enfrenta nuestro país”, indica el informe.

El recuento realizado por el organismo autónomo puntualiza que en el lapso mencionado hubo 862 casos. De éstos la mayoría los concentra Estado de México con 242; Puebla con 182; la Ciudad de México con 79; y Oaxaca con 60. En total 583 ha ocurrido en estas cuatro entidades, sumando más que el 50 por ciento.

Linchamiento en Panotla, Oaxaca (Cuartoscuro)

El crecimiento de este fenómeno social es “drástico”, indica el informe al precisar que en la Ciudad de México tan sólo de 2013 a 2018 se cometieron 42 linchamientos; en el Estado de México 143; en Puebla 157 y en Oaxaca 35.

Lo anterior coincide con que estos estados encabezan por número de casos a lo largo de 30 años. Una hipótesis formulada en el informe respecto del alto índice de linchamientos en las anteriores entidades, es el contexto de altos niveles de impunidad.

Impunidad, caldo de cultivo para linchamientos 

El hecho de que Oaxaca sea uno de los estados del país que encabeza el número de linchamientos o tentativa de éstos, refleja la crisis estructural del estado de derecho y en materia de seguridad, señaló el titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla.

“Los índices de impunidad también son graves y es una muestra de que las instituciones no están siendo eficaces”; sin embargo, agregó que “no podemos renunciar a que sea el estado y las instituciones las que impartan justicia, pues de hacerlo serían personas o grupos de personas que decidan sobre nuestros derechos sin que exista un procedimiento para ello, lo que nos coloca a cualquiera en un estado de vulnerabilidad”.

La crisis en materia de justicia y seguridad -dijo- ha llevado al crecimiento de los niveles de violencia a niveles preocupantes. Si a lo anterior se le suma la lentitud de los procesos judiciales -abundó- se tiene el caldo de cultivo adecuado para provocar indignación y desesperación en las personas para hacer estos actos que “no están justificados, pero que de alguna forma encuentran su origen en esta situación”.

Los niveles de corrupción -añadió- aumentan las prácticas de impunidad y requieren estrategias estructurales para subsanar cada una de las problemáticas.

Agregó que es fundamental mejorar las condiciones de vida de la gente en materia de salud y trabajo pues todas estas circunstancias inciden en la calidad de vida de las personas.

(Cuartoscuro)

Permitir o aceptar los linchamientos, consideró, tienen implicaciones sobre la legitimidad y aceptación de las propias instituciones de seguridad y la ciudadanía misma.

Algunos casos 

El último intento de linchamiento registrado por los medios de comunicación ocurrió el pasado viernes 4 de septiembre en la comunidad de Santiaguito, San Lorenzo Cacaotepec. Las imágenes difundidas a través de las redes sociales muestran como un grupo de habitantes golpean y semidesnudan a una persona a quien acusan de haberse robado una motocicleta. El presunto ladrón suplica que lo dejen de golpear y pide agua.

En esa misma semana, otro video muestra la detención de una persona del sexo masculino en inmediaciones de San Felipe del Agua quien había ingresado a robar a una tienda de autoservicio. El sujeto fue atado y cacheteado.

Meses antes, el 3 de abril, habitantes de Chicapa de Castro, región del Istmo de Tehuantepec, lincharon a un sujeto colgándolo de un árbol. El hecho fue difundido a través de la cuenta en Facebook @chicapadecastro.oaxaca en donde se escribió:

“Hoy, nuestra comunidad (Chicapa), dormirá entre tranquilidad e incertidumbre, unos presuntos delincuentes, fueron capturados, en nuestra comunidad; uno, remitido directamente a Juchitán de Zaragoza, y el otro fue linchado por la multitud enardecida”. En otro mensaje escribió: “Después de confesar sus fechorías y los lugares donde cometerían más robos, los vecinos decidieron ahorcar a uno de los delincuentes. Dejando así un precedente”.

Desde hace varios años, con el incremento de la delincuencia en la entidad, distintas colonias se encuentran organizadas en comités internos de seguridad. Con lonas advierten a la delincuencia que en caso de ser sorprendidos no recurrirán a la policía sino al linchamiento.