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Sigue batalla legal por Tren Maya; otorgan amparo contra consulta popular

Juez Primero de Distrito considera que en el proceso de la consulta popular se violó el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas

Escrito en ESTADOS el

Por considerar que la consulta popular violó el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, el Juzgado Primero de Distrito ordenó al gobierno federal la suspensión provisional de los trabajos del proyecto del Tren Maya.

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El amparo fue presentado el pasado 6 de enero por el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (CRIPX) y concedido por el Poder Judicial el 14.

En conferencia, la asesora del CRIPX, Elisa Cruz, explicó que, a partir de la resolución del amparo, las autoridades federales tenían una semana para presentar diversos informes y reportes sobre el proyecto, lo que no ha ocurrido, además de que los trabajos no se han detenido, por lo que denunció se continúa violentando los derechos de las comunidades mayas.

La suspensión provisional significa que se detenga todo aquello que vaya en ejecución del tren Maya y pueden constatar que no es así. Las autoridades no se detienen, continúan adelante, ellos son los que violentan el estado de derecho

Por el momento, dijo, siguen a la espera de la audiencia constitucional donde presentarán las pruebas para exigir la cancelación de los trabajos del proyecto del Tren Maya. “La consulta no se puede repetir porque se violentaron derechos y normas, y si se repite estaría viciado”, advirtió Elisa Cruz.


Por su parte, Ernesto Jiménez, otro representante del CRIPX, denunció que, como parte de las irregularidades en la consulta popular, la información proporcionada previo al ejercicio fue parcial.

Nosotros, como integrantes del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil, pedimos más información, nos dijeron que no había más información. Constatamos que primero votaban y después se iban al diálogo de la asamblea ¿y eso ya de qué sirve

También hizo hincapié en uno de los problemas de Calakmul -comunidad donde pasaría el tren-: falta agua potable para la población. “En Calakmul siempre nos quedamos sin agua ¿Cómo piensan atraer turistas si no pueden satisfacer nuestras necesidades?”.

Jiménez señaló que otra de las principales preocupaciones es que tampoco se cuenta con el proyecto ejecutivo del Tren Maya, es decir, hay una falta de transparencia en los procesos del gobierno federal.

A su vez, la directora de diálogo y movimiento del CRIPX, Artemia Fabre, dijo que no están en contra de la transformación de la nación, siempre y cuando sea con los mecanismos correctos. “Un país que no tiene respeto por el debido proceso, violenta a sus pobladores. Nosotros le apostamos a un proceso de transformación del país y tenemos que reconocer cuando no es correcto”.

Para Romel González, coordinador de la organización Democracia y Desarrollo, lo que los pueblos necesitan son recursos para conservar la selva y no un tren que promueva su destrucción.

Cabe mencionar que en la demanda de amparo señalaron como autoridades responsables al presidente Andrés Manuel López Obrador, al director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), Rogelio Jiménez Pons; a la Secretaria de Gobernación; Olga Sánchez Cordero, y al Director General del Instituto de Pueblos Indígena (INPI), Adelfo Regino Montes.

Una consulta cuestionada

El 14 y 15 de diciembre se desarrolló la consulta popular en 84 municipios, donde se instalaron 268 mesas en Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

El lunes 16 de diciembre, el presidente López Obrador informó que las comunidades indígenas y la población en general de los estados por donde pasará el Tren Maya respaldaron mayoritariamente dicho proyecto, por lo que en enero próximo comenzará la primera licitación y en marzo o abril darán inicio las obras.

En la conferencia matutina, presentó los resultados de las consultas populares, así como el plan de construcción de la obra que estará a cargo de Fonatur, con un presupuesto de 120,000 millones de pesos.

La propuesta recibió un 92.3% de opiniones favorables, lo que se traduce en que, según cifras oficiales, de los 100,940 ciudadanos mayores de edad participantes, 93,142 votaron a favor del proyecto, mientras que 7,517 (7.4%) se manifestaron en contra y hubo 281 (0.3%) votos nulos.

Desde entonces, algunos miembros de grupos originarios dijeron sentirse excluidos de los planes y expresaron su rechazo a un proyecto que, consideran, afectará sus reservas ecológicas y sitios sagrados.

“El gobierno que pretende desarrollar el proyecto del Tren Maya aún no ha informado de manera clara y convincente los perjuicios y consecuencias reales a nuestra vida”, alertó en diciembre pasado Alberto Rodríguez, portavoz del grupo Consejo Maya del Poniente de Yucatán.

Precisamente, al no contar aún con los estudios de impacto ambiental -según explicó el secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo-, la información distribuida por el gobierno desde el 15 de noviembre evitó abordar esa problemática.

“Aquí en estos documentos que me dan yo no le entiendo, no sé qué quiere decir esto. No es que estemos en contra, pero casi no sabemos nada, no sabemos si nos van a quitar nuestra tierra o nos van a mover”, señaló Georgina Romero, habitante de Tulum.

El Tren Maya es uno de los grandes proyectos de infraestructura que el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa desde su llegada a la presidencia el 1 de diciembre de 2018. La extensión ferroviaria tendrá una inversión estatal de 120,000 millones de pesos y está pensado como una herramienta de turismo y carga. Alrededor de las estaciones se crearán centros urbanos y turísticos.

El proyecto -que forma parte de los planes más ambiciosos de infraestructura de López Obrador junto al nuevo aeropuerto de Santa Lucía para dar cobertura a la capital mexicana, y el tren de mercancías que unirá el océano Pacífico con el Golfo de México a través del Itsmo de Tehuantepec- está previsto que entre en operación en 2024 y permita conectar puntos turísticos como las ciudades de Cancún y Mérida con los sitios arqueológicos de Chichen Itzá y Palenque.