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Santa María del Mar se ahoga en el aislamiento tras sismo

Un viejo conflicto agrario, ha originado que la ayuda sea bloqueada hacia San Mateo del Mar, hecho intensificado por el olvido gubernamental

Escrito en ESTADOS el

OAXACA (La Silla Rota).- Santa María del Mar, agencia municipal de Juchitán de Zaragoza, parece estar condenada al olvido gubernamental. La comunidad indígena ikootjs fue afectada por el terremoto del pasado 7 de septiembre; sin embargo, la ayuda que requiere es salir del exilio en el que se encuentra.

Desde hace casi una década, esta localidad huave, enfrenta un conflicto agrario con sus vecinos de San Mateo del Mar, quienes al no cederles parte de su territorio, la incomunicaron con el resto de las poblaciones cercanas. Su única vía de acceso es por mar o aire.

Ante el sismo, esta añeja enemistad ha ocasionado que la ayuda enviada a Santa María del mar sea bloqueada o condicionada.

Santa María está rodeada de agua, al ubicarse en la barra que divide el Golfo de Tehuantepec y la Laguna Inferior, sus habitantes perdieron su derecho a la libre circulación y a servicios básicos. Cadenas de acero impiden el paso por su camino, los cables de energía eléctrica que sujetaban postes de luz fueron trozados adrede y lo mismo pasó con la red de agua potable; padecen un destierro en su propia tierra, literalmente; viven ignorados por las autoridades municipales, estatales y federales.

Aquí, quién osa cruzar la zona en conflicto, por mil 300 hectáreas en disputa,  podría no salir bien librado.

A las dos comunidades no solo los hermana la misma lengua y raza, también la desgracia que dejó terremoto de intensidad de 8.2 grados ocurrido hace un mes 7 días, pero ni los momentos difíciles que atraviesan lograron sensibilizar a los habitantes de San Mateo del Mar para  abrir el camino a sus vecinos.

Condicionan el paso

Para llegar territorio de Santa María hay que solicitar anuencia a la agencia de Lagunas de Santa Cruz, perteneciente a San Mateo, sujetarte a una revisión y si trasladan víveres hay que bajar la mitad de todo.

Antes de cruzar los topiles (policía local) lanzan una advertencia: "no nos hacemos responsables de lo que les pase, el camino esta estropeado y pueden llegar dispararles, son gente mala".

“No, nos quisieron abrir el camino, al contrario, al mismo gobierno federal que entró cinco días después del sismo, lo condicionaron; y a quienes están trayendo ayuda les dicen: si dejan aquí un tanto pasan y si no se regresan”, señala el secretario de la agencia Santa María del Mar, Juan Bartolo Jiménez.

La desgracia del terremoto y el exilio ahondan crisis en Santa María 

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El secretario detalla que en la comunidad los dos sismos del 19 y 23 de septiembre,  afectaron unas  180 viviendas y dejaron 100 familias sin hogar y a la espera de los apoyos prometidos.

Pero los sismos no han sido el único problema de la localidad, el nivel de la laguna superior invadió varias casas, las lluvias que se registraron dejaron lagunas generando un foco de infección y sin atención médica.

“Nosotros pertenecemos al municipio de Juchitán, pero desgraciadamente a la presidenta, Gloria Sánchez, no le hemos visto la cara. Tan siquiera para que nos diga en qué les puedo ayudar, nada”.

“Nuestros hijos que emigraron, debido a la situación por la que atravesamos, y radican en Chihuahua, Tijuana, nos han mandado la ayuda; también de otros estados ha llegado, del gobierno muy poco”, Bartolo Jiménez.

La ayuda humanitaria de Santa María solo llega por mar y en las lanchas que utilizan para conectarse con el resto de mundo. Incluso hasta los vehículos oficiales de la agencia tienen que ser trasladados por esta vía.

La mayoría de los habitantes de la población ya no se acuerdan como era su vida cuando tenían energía eléctrica y aparatos electrodomésticos, ahora se preocupan por levantar nuevamente sus viviendas.

Gobierno les da paliativos: planta de energía eléctrica y lanchas

Las autoridades de Santa María lamentan la indiferencia de las autoridades estatales, pues a principios de año cuando exigieron solucionar el conflicto agrario con San Mateo, el gobierno prefirió darles más lanchas y una planta de energía eléctrica que gasta 50 litros de gasolina semanales, y  pagada con la aportación de los mismos pobladores, pero se negó abrir el camino.

“Pensamos que este gobierno sería diferente, pero nos han demostrado lo contrario. Nos reunimos con Alejandro Murat y le pedimos la reapertura de un nuevo camino, pero nos dijo que salía muy caro”.

El gobierno federal prefiere, en cambio, trasladarse vía aérea para bajar las pocas despensas que llevaron y después de un mes instalaron casas de campaña donadas por el país de Canadá para la gente que se quedó sin casa.

Vivir en el olvido

En la casa de Leonel Ramírez se aprecian los estragos de una inundación. El sismo cuarteó la estructura, pero el agua de mar y las lluvias que la invadieron terminaron por dejarla inhabitable.

 “Todo aquí se llenó de agua, ahora que ya bajó un poco ya no podemos vivir, tuvimos que irnos para la iglesia”, detalla Leonel.

 El hombre de 50 años, dice: “me quede solo, mi mujer se fue para Oaxaca con mis hijos que estudian allá, tenía mucho miedo porque no deja de temblar y porque prácticamente no tenemos casa”.

 La misma situación se repite con la señora Rosalba Mateus Regena, cuya vivienda se fracturó por el terremoto y  su terreno resultó anegado de agua por las intensas lluvias que se presentaron. Ella, su esposo y tres hijas, viven frente a una laguna verde llena de mosquitos.

“Mi hija de 8 años acaba de enfermad de dengue, sí esto nos está pegando, pero mientras no baje el agua pues aquí vamos estar porque no hay dónde ir”.

 Aquí, las mujeres se dedican al hogar o bien a realizar artesanías una vez que terminan la secundaria; mientras, los hombres se dedican a la pesca; “hasta la forma de ganar sustento es difícil aquí, donde nos pega la ignorancia del gobierno”, reclama la mujer.