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Roberto, el policía que dio su vida por proteger a la gente en Zempoala

Roberto buscó trabajo en la SSP de Zempoala para estar cerca de sus padres y de su esposa, con quien tenía una niña de un año y tres meses; esta es su historia

Escrito en HIDALGO el

La gente se debería de dar cuenta. La persona que se pone el uniforme de policía no se lo quita hasta que se deja caer, entrega su vida por otros y eso es algo que nadie valora, dice Carlos, mientras sostiene la gorra de su hermano, Roberto Meneses Vargas, quien perdió la vida el pasado 13 de junio, durante un enfrentamiento contra delincuentes que asaltaron el auditorio municipal de Zempoala.

El joven de 24 años participó en el operativo para recuperar 1.9 millones de pesos del Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que siete sujetos sustrajeron poco antes de las 10 de la mañana.

Carlos, quien forma parte de la Policía Investigadora del estado, fue el primero en arribar al Hospital General de Pachuca y logró ver a su consanguíneo todavía con signos vitales. Sus padres habían salido a trabajar.

Mi hijo me pregunta que si estoy sola, me dice que hubo una balacera. Nos dice que ya va para allá, que (Roberto) estaba lesionado, pero nosotros al llegar pues, no estaba lesionado. Llego a cerrarle los ojos a mi hijo. ¿A quién se le ocurren este tipo de cosas?, pero aquí no hay tiempo ni hay hora, desgraciadamente la delincuencia así es”, relata María Guadalupe Vargas Rangel.

VOCACIÓN EN EL SERVICIO PÚBLICO

El policía -quien logró que 768 beneficiarios de Zempoala cobraran su pensión días después- no era oriundo de allí. En la sala de su casa en la ciudad de Pachuca, Guadalupe recuerda que Roberto siempre quiso ingresar a una corporación de seguridad.

“Mientras estábamos desayunando me dice: ‘mami, yo quiero estar ahí, yo quiero estar igual que mi hermano’, él trabaja en una dependencia como ministerial. Tenemos una persona muy allegada a nosotros que es de Mixquiahuala y pues le dije: ‘bueno, si esa es tu decisión, vamos a verlo, no le decimos nada a tu papá’”, añade.

Simón Meneses Rubio describe las dudas que tuvo en 2016, cuando Robert, como le decía a su hijo, le externó cuál era su vocación.

No estaba yo muy de acuerdo porque en primera es muy peligroso, usando las armas, a mí no se me hacía verlo en esas circunstancias de que algo le fuera a pasar, luego pues allá la gente no quiere a la policía y les tiraban mucho”.

En la zona, una de las principales tareas de apoyo a las fuerzas federales por parte de la Policía Municipal es el combate al robo de hidrocarburo; además, se han registrado intentos de linchamiento, como el del 13 de octubre de 2016, que dejó tres elementos locales y estatales heridos, tras rescatar a un presunto ladrón de una multitud.

“Nos decía: ‘a mí a veces me cuesta mucho trabajo laborar con los mismos compañeros porque hay gente que sí quiere hacer su trabajo y hay gente que no porque ya está maleada o tienen comodidad’. Él fue ascendiendo y sabemos que lo tenían en muy buen concepto”, narra la madre.

Hace un año tres meses, Meneses Vargas buscó trabajo en la Secretaría de Seguridad Pública de Zempoala para estar más cerca de sus padres y de su esposa, con quien tenía una niña de un año y tres meses.

Según Carlos, los delitos más comunes son diferentes que en Mixquiahuala, pues en esta parte se registran atracos violentos a transporte de pasajeros, sin embargo, el riesgo para los uniformados no desaparece.

Malos, rateros y corruptos son algunos adjetivos que tienen los elementos de la Policía, pero la familia de Robert coincide en que no todos se comportan así, además de que la ciudadanía no conoce las condiciones de su trabajo, que se enfrentan a delincuentes mejor armados que ellos o que deben permanecer encerrados durante algunas jornadas, a veces sin alimento.

DEMANDAN QUE SU MUERTE NO QUEDE IMPUNE

El 14 de junio, autoridades estatales y municipales rindieron honores al oficial en Zempoala. En el camino al cementerio fue escoltado por sus compañeros de la Secretaría y el cortejo fue saludado por los integrantes de corporaciones vecinas.

Tras la ceremonia solemne, el alcalde Héctor Meneses Arrieta fue cuestionado sobre si había sido una omisión asignar sólo a dos policías para vigilar la entrega del recurso millonario, pero el edil informó que se puso a disposición el doble.

“Había cuatro. Dos elementos era lo que nos había pedido siempre la Secretaría del Bienestar, cuando se elevó a 2 mil 550 pesos –la pensión– nos pidieron tres elementos, nosotros proporcionábamos cuatro. Estamos revisando ese protocolo y vamos a aumentar los elementos”, declaró esa ocasión.

El día del robo, el secretario de Seguridad Pública de Hidalgo, Mauricio Delmar Saavedra, reveló que los criminales provenían del Estado de México, uno falleció en el lugar y otro más resultó herido, quien junto con cinco sujetos más fueron aprehendidos.

Yo quiero que las autoridades competentes nos apoyen en esa cuestión de que no quede impune ese ratero, que se haga justicia, que no salga. Tenía 24 años, empezaba a crecer y dejó a una pequeña de un año tres meses, ¿qué le vamos a decir, cuando tenga unos 10 años y nos pregunte qué le pasó a mi papá? Le vamos a tener que decir la verdad y no se vale”, señala el abuelo de la pequeña.

"NOS DEJAN DESTROZADOS"

La madre de Roberto Meneses Vargas comparte que un pedazo de su vida lo dedicó a evitar que los pequeños replicaran conductas que los acercaran a la criminalidad, con campañas del área de prevención del delito desplegadas en escuelas, donde explicaba los ciclos de la violencia.

“Queremos que la familia de ese delincuente sepa que destrozó tres familias (…) Ya no lo voy a ver, ya no lo voy a abrazar y ya no me va a acompañar a ningún lado. Ese dolor se lleva aquí adentro desde que amaneces hasta que anochece, tienes el dolor ahí plantado porque ya no te lo puedes quitar, te falta la otra parte de tu corazón”.


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